domingo, 29 de abril de 2007

Historia de un blog.


Me embarqué en la navegación por internet para buscar fantasías que poder ofrecer a mi pareja (cuando la tenía). Siempre he sido muy imaginativo y he tenido y tengo ideas sin parar, pero claro, a todos nos gusta ampliar nuestros horizontes ¿no?

El caso es que en mi navegación cuando encontraba sorpresas que ofrecer, estas siempre versaban en torno a lo mismo, le ofrecí un trío… le ofrecí un hombre y fue muy morboso, su fantasía era hacerlo con otra mujer y se la busqué…

Todas las sorpresas que alguien preparaba a su pareja requerían un tercero. Y no era eso lo que buscaba, quería pensar que entre dos se puede hacer muchas cosas . No por prejuicio, ni mucho menos. Pero si es cierto que creo que hay espacio para todo, para el morbo con invitados pero también para el morbo solo entre dos sin dejar de explorar nuevas situaciones. Me gustó, porque además me hacia esforzarme por encontrar nuevas ideas, y eso me encanta, me motiva, me excita...

Con esa idea nació este blog. Con la de compartir mis fantasías, historias montadas, sorpresas, y buscar que la gente que lo leyera y se animara a colaborar.

Sucedió lo que sucede siempre, todo tiene vida propia, y el blog la cobró. Al final comencé a relatar experiencias, experiencias que me gustaría que provocaran tu imaginación, que me gustaría que provocaran en ti nuevas fantasías, nuevas curiosidades, nuevos deseos, o que alimente los existentes.

Al final no me centré solo en las relaciones de dos, sino que fui narrando experiencias que he ido viviendo, y que me han parecido que cada una de ellas podía aportar algo, una forma distinta (según para quien) de entender el sexo, las relaciones... o en algún caso he narrado como me siento, o como vivo, intento vivir o quiero vivir…

El objetivo actual del blog es algo difuso aún jejeje, pero creo que su intención viene ser la de provocar a quien aun no se ha planteado nada distinto, a quien sea traviesill@, incitar o dar nuevas ideas para sus encerronas o sorpresas, compartir sensaciones o puntos de vista, explorar nuevas situaciones, y como no, continuar conociendo gente como la que he conocido, (ver relatos) que me han aportado y me siguen aportando. Lo cierto es que el blog me ha abierto puertas para conocer a gente realmente maja, con la que hemos podido compartir mas que momentos morbosos.

Si te apetece colaborar, eres bienvenid@

martes, 24 de abril de 2007

A oscuras


El timbre sonó antes de tiempo, abrí la puerta con las luces apagadas y ante su “hola” con su bonita sonrisa y su suave voz, la besé, la apoyé contra la pared y continué besándola. Se que a ella le gusta como la recibo, apasionadamente, sin dejarla pasar, abordándola en la misma puerta sin poder esperar. Se que le gusta mi arrebato nada mas verla, y continué besándola. Sentía mis besos, mis caricias, como la desnudaba sin prisa… No, no, miento, con prisas, sin pausas, con cuidado pero sin esperar un segundo. Sentía como vendaba sus ojos, como recorría su espalda con mi lengua y mis labios mientras acariciaba sus senos. Sintió en su oído como le decía que iba a ponerle nata para luego lamerla, y sintió como cuando la apoyaba contra la pared pretendía que se quedase así. Sintió como daba tres pasos hasta la cocina, como cogía la nata, y como me acercaba hasta ella. Como me acercaba a ella y volvía a besarla, como la esparcía por su espalda para luego lamerla, recorrerla, sintió como besaba su cuello, como apretaba su pecho, como la besaba, sintió como mi respiración se aceleraba, como emitía pequeños gemidos por el placer que le estaba proporcionando.

No se bien en que momento sintió, que la nata no se la ponía yo, no se bien cuando noto que no era yo quien la lamía, que esos no eran mis gemidos, que esa no es mi forma de acariciar, que ese cuerpo que estaba pegado contra ella semidesnudo era mas alto que yo, que el pelo que tocaba era corto y no largo como el mío.

Se que lo sospechó cuando la recibí con la luz apagada, pero no se en que momento sintió, que alguien desconocido pegaba su cuerpo contra ella, que alguien desconocido, estaba besándola, pellizcando sus pezones, y hundiendo su mano en su humedad.

Yo miraba desde la cocina, les veía entre penumbras, los dos cuerpos semidesnudos bailando en mi hall, dos cuerpos que no se conocían entregándose entre las sombras, entregándose al placer.

En la oscuridad podía vislumbrar como se exploraban, como sus manos pasaban de acariciar sus cuellos a acariciar sus sexos.

Después de dejar que se reconocieran, llevamos de la mano a Ana a mi habitación, tumbada, vendada, expuesta, entregada a nosotros, entregada a esa fantasía que hacia tiempo me habia comentado.

Jugamos con ella, gemía con las caricias de la lengua de Cum, disfrutaba lamiéndome, besándome, acariciándome, chupaba mi polla con suavidad, y con mas ímpetu según Cum iba intensificando sus caricias. Yo podía ver como disfrutaba con sus dedos entrando y saliendo, oía el chapotear de su flujo, y veía como Cum lamía con placer su vulva… su clítoris…

Nuestros cuerpos bailaron con ella, buscábamos su placer, su gozo, la penetramos, la lamimos, la excitamos, se corrió con nosotros... su fantasía se habia cumplido.

Ana y yo reímos después, charlamos y disfrutamos de nuestro invitado. Cum resultó un perfecto compañero de travesuras, un chico encantador que me sorprendió con la conversación que tuvimos antes de que llegara Ana. Un chico que es un caballero, que le gusta ir de frente y sin mentiras, alguien que sabe estar a la altura de las circunstancias, sabe ser morboso, cariñoso y con un gran sentido del humor. Gracias Cum, para Ana buscaba lo mejor, y lo encontré.

Un domingo cualquiera



Solo dormí tres horas. La noche anterior había estado en Talis, con Eva, Conchi y Antonio. Una noche fantástica, Eva es un sol y Conchi y Antonio una pareja encantadora como pocas… Nos quedamos solos al final de la noche, así que aprovechamos para improvisar una pequeña sesión de fotos, Antonio tiene una mano impresionante para hacerlas.

Estaba disfrutando mi domingo de descanso, sin hacer nada especial, solo descansando y procurando no dormir, así por la noche caería pronto y el lunes no me costaría madrugar.

Un mensaje al móvil removió todos mis planes de descanso. Escarlata se disponía a desbaratar mis planes de sosiego para convertirlos en puro morbo y excitación.

Había leído algunos relatos míos, nos habíamos dado mutuamente una impresión muy maja, de simpatía y gente divertida, hablamos y se las ingenió para hacerme salir de mi letargo dominguero.

Quedamos a las 12 en Pintor Rosales, y durante este tiempo me sorprendió con el envío de mensajes que hacían subir la temperatura de la situación. Comenzamos un vaivén de sms cada vez mas calientes que nos hicieron ir acelerándonos ya antes de vernos.

Cuando la ví quede impactado, una preciosa rubia de pelo corto y ojos claros, carita redondeada y una mirada en la que yo quería leer “ven”. Botas vaqueras por encima de la rodilla y una minifalda vertiginosa que dejaba ver unas piernas preciosas.

Nos acercamos y no recuerdo si con un hola anterior o no, comenzamos a besarnos. Sus labios y los míos jugaban por primera vez mientras sentía el abrazo de su pierna. Mi mano deseosa de explorar, buscaba por debajo de su falda deseando encontrar la excitación que nos habíamos ido sugiriendo por el móvil.

¡Menuda presentación!!! La noche prometía, nos subimos al coche y nos dirigimos a talismán. Ambos íbamos confirmando lo que por teléfono habíamos imaginado. Escarlata es una mujer encantadora, risueña, inquieta, morbosa hasta los limites del escándalo y disfrutaba de su conversación tanto como de la vista que me ofrecía su pequeña minifalda cada vez deslizándose mas hacia arriba.

En seguida nos dimos cuenta que ambos deseábamos lo mismo para esa noche, provocarnos, jugar con nuestros deseos, sentirnos libres, y dejarnos llevar.

No pude evitar tocar sus piernas y continuar buceando debajo de su falda. Encontré lo que mas me excita, unos labios húmedos, suaves, abriéndose para facilitar mis caricias… mi pantalón me delataba y la noche cada vez se hacía mas interesante.

Cuando llegamos a Talis en la barra nos tomamos no la primera, sino las dos primeras copas. Había unas cuantas parejas más tomando algo y nosotros nos fundíamos en charlas conociéndonos, tocándonos…

Me gustaba la sensación de estar hablando con ella y desearla hasta el punto de interrumpirla con mis besos, con mis caricias. Escarlata, sabiendo perfectamente como excitar a un hombre, se sentaba y dejaba que su falda me permitiera ver por debajo de ella, disfrutaba viendo como mi deseo aumentaba.

En algún momento de la conversación nos interrumpíamos besándonos, ella, tocaba mi pantalón, y yo jugaba con sus pechos, preciosos tersos, erguidos, bajaba mi mano y retiraba su braguita para excitarla, acariciaba sus labios, introducía un dedo, luego otro… la juntaba contra mi y mis manos la penetraban por delante y por detrás, sus suaves gemidos en mi oído hacían que me excitara, que el morbo se apoderara de mi. Ella lo sabia, era lo que buscaba, volverme loco, envenenarme. Mis dedos deseaban derribarla, y cabalgaban entre su clítoris, su culito y su interior, ella se estremecía y la gente a nuestro alrededor miraba, nos observaba…

En este juego nos tomamos dos copas. Escarlata me contaba como se sentía libre de hacer lo que quisiera, me preguntaba ¿pero de aquí me pueden echar? Y cuando le decía que probara, que veríamos a ver que pasaba, que se sintiera libre, su imaginación se disparaba, su morbo crecía, y su descaro era nuestro deseo.

En plena excitación, volvíamos a beber, ambos deseábamos lo mismo, follarnos como locos, yo quería penetrarla, salvajemente me sentía lascivo, deseando su cuerpo, su vicio, verla gemir… ambos sabíamos que eso pasaría, así que sin hablarlo decidimos seguir con ese juego, excitarnos casi hasta el orgasmo y frenar. bajábamos al baño, nos lamíamos, nos excitábamos y volvíamos a subir. Estábamos calentando el ambiente, el nuestro y el del resto de parejas que nos observaban.

Pensé que no podía mas, mi excitación tiene limites, me gusta hacerla crecer y abonar el deseo, pero Escarlata me estaba excitando con cada movimiento, se mostraba ante mi, me acariciaba por encima del pantalón, jugaba con su escote, abría sus piernas para que pudiera observarla, y mirándome a los ojos lamía su dedo y comenzaba a acariciarse, yo miraba, ella notaba como disfrutaba y decidió alegrar mi vista jugando con un hielo, se frotaba con el, se acariciaba con ambas manos… Quería tocarla, hundirle mi mano. Le robé el hielo y era yo quien ahora me hacía dueño de su deseo, ella se estremecía en su banqueta abierta de piernas, con su coñito al aire a la vista de todos, y yo metiéndola el hielo y sacándoselo, jugando con él por su clítoris mientras mis dedos la violaban…

Me preguntó – ¿aquí podemos hacer lo que queramos?-

-Probemos- respondí.

No había acabado de hablar cuando se fue a la pared que teníamos a dos metros, apoyó sus manos y comenzó a mover su culito…

No tengo ni idea de si miraban o como miraban, me fui a ella, aparte su braguita y comencé a restregarme. Mi polla se frotaba por sus labios, se empapaba, rozaba su clítoris, su coñito la buscaba... la quería dentro, la deseaba, tanto que allí mismo, la penetré con fuerza contra la pared. Notaba como ella disfrutaba de ser el centro de atención, como le gustaba ser mirada, deseada, como quería que fuera yo quien le hiciera gozar de placer, del morbo, de la situación…


Su culito se movía contra mi, mi polla abría sus labios encontrando su calor, bañándome en su humedad, ¡¡¡dios!!! No me podía creer que estuviera tan cachondo y que fuéramos de nuevo a la barra a continuar bebiendo y charlando.

Querría haber seguido, pero era consciente que merecía la pena esperar.

Pasamos a la zona de mesas al lado de la entrada, no tardaron en entrar dos parejas, no me cabe duda que disfrutaban mirándonos. El punto exhibicionista de Escarlata me excitaba y estaba claro que yo no era el único.

Me regalo un strip tease precioso. Fue al desnudarse cuando pude disfrutar de su precioso cuerpo, con unas braguitas tipo culote preciosas, sus movimientos eran provocadores, lascivos, sabía que me excitaba y disfrutaba con ello.

Disfrutaba de esa situación, hacer y no hacer, tocar y esperar, penetrar y parar, pero ya no podía mas, había logrado envenenarme, había logrado sacar mi parte mas salvaje, que la deseara hasta el punto de avasallarla, contra la pared comencé a besarla, ya no quería parar, solo quería disfrutar su cuerpo, hacerlo mío, besaba sus pechos, los pellizcaba, mientras mi mano… mis dedos entraban y salían de su coñito empapado, nuestros cuerpos se pegaban, sus gemidos me excitaban, el movimiento de su coñito en mi mano acompañaba mis caricias pidiendo cada ve mas, y cuanto mas se retorcía de placer, mas salvaje me volvía yo, la tenia contra la pared, sujeta con mi brazo, abierta de piernas y entregada al orgasmo que se avecinaba. Fue cuando mis dedos dejaron de acariciarla para casi golpearla en sus movimientos cuando explotó, se aferraba a mi, gemía, se corría, me empapaba, y sentir como chorrea en mi mano me volvía mas frenético en mis embestidas.

Le lleve a los sillones, y sin miramientos la follé, quería de nuevo esos gemidos, quería de nuevo esos jadeos, quería aprovechar la sensibilidad de su coñito recién corrido para que sintiera con mas intensidad aún mi polla abriéndola, frotándola, pegando fuerte en su interior. Ella abría sus piernas recibiéndome, estaba empapada, mi polla resbalaba y con cada golpe en su interior ella respondía con gemidos que me asalvajaban aun mas…

Me miro a los ojos, salida, excitada, viciosa, y si ya me encontraba salvaje, me la puso aún mas dura cuando me dijo “¡¡¡joder!!! ¡¡¡Párteme el culo!!!

No tuve cuidado, lo abrí sin miramientos, estaba tan húmedo, que sin prepararlo, sin abrirlo un poquito, sin tener que lamerlo o bañarlo con mi saliva, entró hasta dentro…

Golpeaba fuerte, follaba su culito vicioso, y ambos gemíamos, llamábamos la atención. Incluso puede que oyeran las guarrerías que le decía, haciéndola imaginar rodeada de pollas, doblemente penetrada y sus síes me excitaban mas y más, me asalvajaban, me enloquecían, me llevaban a perder todo control sobre mi y entregarme al placer desmedido.

Continuamos toda la noche igual, de cama en cama, y de barra en barra. Hasta que a la vuelta en el coche, cuando parecía que nos habíamos desfogado allí, recordando nuestra experiencia nos excitamos hasta el punto que se subió encima de mi mientras conducía. No paramos de hacerlo, incluso cuando llegamos a su coche, seguíamos en la calle. Fallándonos, lamiéndonos, masturbándonos….

Me llamaba traviesillo y se reía… ¡dios mío! Menuda traviesilla es ella.

domingo, 15 de abril de 2007

Mojados

Por fin entramos en calor, a gusto, relajados, juntos en la bañera con el agua caliente, sales y nuestras manos acariciándonos.

El día comenzó casualmente viendo pasar un tranvía de madera a nuestro lado.

- ¿Donde va? –
- A Soller –
- ¿Vamos?
- ¡Vale!

Lloviznaba, y disfrutamos de ese viaje charlando de las mil cosas que nos apetecía charlar.



Cuando llegamos a Soller el diluvio apareció, un río se desbordó carreteras cortadas, sin tranvía y sin autobuses de vuelta anduvimos por todo el pueblo en busca de un taxi. Al principio con cuidado para no mojarnos o mojarnos lo menos posible, pero al final y con el chaparrón que nos estaba cayendo, nos acabamos “integrando con el medio”. No haría mas de 15 o 16 grados, y sin embargo ya no nos importaba mojarnos, estábamos completamente empapados, ya no esquivábamos los charcos, yo saltaba en ellos al mas puro estilo Geene Kelly.

Encontramos un taxi y casi tiritando llegamos a casa directos al baño los dos, agua caliente... ¡¡¡por fin!!!

Nos fundimos en un baño caliente, abrazados, mimándonos…

Ricci recibió la llamada, un “amigo” suyo, ¡Me encantan esas situaciones!

La lleve de la mano al sillón de su cuarto de baño, la senté, y con la toalla secaba con cuidado el interior de sus muslos, su sexo…

Ella sabia lo que me proponía, y sabia que lo último que buscaba era que acabara su conversación, así que siguió hablando con el.

Me arrodillé ante ella, y comencé a besar sus muslos, cada vez me acercaba mas, mas y mas, lentamente, pero con un objetivo que ambos conocíamos perfectamente.

Ricci se acomodaba, abría sus piernas, me ofrecía su sexo para que pudiera llegar a el con la mayor comodidad, y así lo hice.

No quise entretenerme, no quise juguetear en sus labios, no quise jugar con mi lengua alrededor de su clítoris. Metí mi lengua dentro de ella y comencé a arrastrarla húmeda y calida hasta presionar con la suficiente fuerza y con la suficiente suavidad para que en su conversación se dejara entrever un suspiro, un indicio de gemido… ese era mi deseo…

Tenia su mirada picara, su mirada viciosa dibujada en su rostro, esa que me excita, esa que me vuelve aún mas travieso. Continué lamiéndola, mi lengua jugaba con su clítoris de arriba abajo, de un lado a otro. Oía como mantenía a duras penas su conversación, se retiraba en ocasiones el teléfono para poder dejar escapar un gemido algo mas libre que los anteriores, y luego intentaba continuar su conversación mientras sus caderas bailaban en mis labios.

Mirándola a los ojos moje un dedo en mi boca. Lo introduje con suavidad, sabiendo como le gusta que vaya acariciando cada centímetro que recorre y como disfruta cuando al llegar al final lo arrastro hacia fuera. Mi dedo la violaba lentamente mientras mi lengua cada vez lamía de manera más convulsiva, sus esbozos de gemidos, cada vez eran menos esbozos y mas suspiros.

Disfrutábamos de su incapacidad para soltarse, de su obligación de mantener la compostura, de su vicio contenido, de su deseo queriendo explotar. Acompañaba con sus caderas mi dedo lascivo dentro de ella de tal manera que a veces dudaba si era yo quien se lo metía, o era ella quien empujaba para que llegara mas dentro. Mis labios y mi lengua se volvían locos cuando notaban su respiración entrecortarse, buscaba que fuera incapaz de hablar del placer.

Cuando no pudo más, despidió a su amigo, y comenzó a gemir con libertad, dándose ya entera, entregándose como antes no habia podido, como antes le excitaba tanto no poder, dando rienda libre a su deseo, abandonándose por completo al placer, a ese placer pleno tan deseado momentos antes.

Ya no era momento de seguir lamiendo, nuestros sexos se encontraban excitadísimos, el suyo abierto pidiendo mas y el mío duro, pulsando, queriendo sentir su calor y su abrazo intimo. Arrodillada en su sillón mi polla resbalo entre sus fluidos hasta llegar a lo mas profundo, por fin gemíamos libremente, nos empujabamos, nos arqueabamos, disfrutaba de cada centímetro que entraba, sacaba mi polla casi entera, para poder embestirla de nuevo. Ambos tan excitados que en ocasiones descompasábamos nuestros movimientos, yo mis embestidas y ella los empujones de su culito hacia mi.

Cuando quedamos exhaustos, cogí mi pareo con intención de retratar la belleza de rizos dorados que tanto placer y cariño me estaba ofreciendo este fin de semana y fue ahí, cuando como en otras muchas ocasiones Ricci volvió a sorprenderme, parecía nacida para la cámara inventando nuevas formas, poses, contrastes…

miércoles, 11 de abril de 2007

Tirar las barreras

Quiero tirar las barreras, sí, quiero tirarlas todas. Sé que puede sonar degenerado, ¿lo es? Sinceramente no lo se. Sé qué me lleva a ello y sé que lo que me lleva a ello es simplemente las ganas de vivir a gusto conmigo mismo.

Gente que ha leído mi blog me comenta que es infiel, me comenta que no han tenido nunca una fantasía obscena, es posible que sea cierto, a mi no me pasa. Yo tengo una imaginación muy fértil, soy muy imaginativo y tengo fantasías, de todo tipo, con dos, tres, cuatro, mas personas, románticas, obscenas, atrevidas, dulces, guarras… ¿Qué he de hacer con ellas?

Cuando estas en pareja y deseas a otra persona, y eso pasa sino en todas las relaciones, en el 95% ¿Qué hay que hacer? Callar, mentir, ocultar, ¿vivir deseos y fantasías ocultas? ¿Tener un morbo clandestino?

No quiero, lo siento. Quiero poder expresarme, quiero poder vivir mis fantasías sin tener porque avergonzarme de ello, quiero poder hacer mis sueños realidad, sí, todos, los sexuales también.

Quiero sentirme libre. No entiendo porque cuando una relación comienza se ha de avanzar en ciertos aspectos y retroceder en otros. Al principio se cuentan diez mil fantasías locas, y poco a poco, vamos retrocediendo hacia lo “políticamente correcto”

Quien de vosotros no conoce mas de una pareja que se son infieles, que se mienten, que desearían tener una aventura y no se atreven. ¿Quién no ha fantaseado con un desconocido, con un trío, con una situación socialmente no admitida?

Creo que todo esto son simples prejuicios, es como se nos ha enseñado que debemos vivir y sentir.

Nos han enseñado que debemos morir por amor, eso es bonito, sufrir por amor es romántico, frases como “sin ti me muero” nos hacen crear relaciones de dependencia.

Muchas veces cuando nos planteamos tirar barreras para hacer un trío, estamos pensando en las sexuales, pero hay mucho mas detrás, al menos para mi.

Si conseguimos llevar las riendas de nuestra vida, no entregarle la vida a nadie, sino compartir todo lo que somos, sino conseguimos no engañarnos a nosotros mismos, sino conseguiremos dejar de mentir, dejar de ocultar, no podremos ser consecuentes, no podremos ser libres para disfrutar, para vivir, para sentir la vida.

Todas estas barreras son difíciles de derribar, demasiado tiempo siendo guiados para poder salirnos del camino sin más. Pero es posible, solo es necesario, un poquito de inconformismo, de inquietud y quizás, un algo mas de atrevimiento.

Con todo esto no estoy abogando porque todo el mundo se lance a hacer tríos, intercambios o exhibicionismos, no. Quizás somos libres cuando en realidad podemos tomar la decisión de hacerlo o no, por nuestros deseo, no por maquillarlos con frases tipo, “yo necesito amor cuando estoy con alguien”, o “eso nunca me ha gustado” cuando ni siquiera te lo has planteado.

Lo siento, no me veo casado con dos niños y yendo de putas, o teniendo una o dos amantes y engañando a mi mujer, solo porque sea muy activo sexualmente, no me veo siendo formal, no me veo siendo lo que se espera de mi.

Quiero vivir emociones, situaciones, exprimir la vida

¿Y tú? ¿Como te ves?

lunes, 9 de abril de 2007

¿Diversión o sexo?



Mi sábado amanecía tranquilo, había salido todos los días anteriores, y decidí quedarme a descansar, no tenia ni intención de salir por la noche.

Entonces Ángel inicio en el Messenger. Hablando con él me dio toda la impresión de lo que luego fue. Ángel es un liante, un golfo, una de esas personas que son capaces de tentar, organizar situaciones, chinche, divertido, todo un torbellino…


Me propuso sumarme a una fiestecilla en Talismán. Sinceramente me daba pereza, pero las ganas de conocer a alguien tan travieso me pudieron. Ademas, por lo poco que conocia a Eva (solo un par de pinceladas sobre ella), me había dado la impresión de una chica simpática como pocas.

Nos tomamos todos un café antes de entrar a Talis. A Ángel sin duda le delataba la cara de pícaro. Eva sin embargo engañaba con esa carita rica y con esos ojazos que iluminan una noche. Mónica, una rubia encantadora, agradable y sensual. Cum, un chico alto e impresionante que al final resultó un buen compañero para planear travesuras, y Charlotte, una encantadora francesita, amante de la fotografía, de la conversación y de las nuevas experiencías.

Una vez en Talis y entre copas y risas, no tardamos mucho en acomodarnos muy cerca de la sala oscura, y como suelen decir… “tanto va el cántaro a la fuente…” que los cantaros entraron a la fuente oscura.

Las tres parejas derrochábamos deseo a borbotones. Me situé con Charlotte en la cama, besándonos llegué rápido a saborear su sexo, ella gemía, se estremecía, lo suficiente como para que una rubia preciosa la abordara echándose prácticamente encima de ella, quería disfrutarla, penetrarla con sus dedos, besarla y Charlotte correspondía con sus gemidos, abriendo las piernas pidiendo más…

Les dejé hacer y cuando me separé pude ver a Ángel, tumbado y a Mónica de rodillas al borde de la cama, con su culito en pompa, y llenándose la boca de él.

Comencé a explorarla, con mi mano, con mis labios. Me gustaba explorar su piel, sus labios, su interior con mi lengua. La recorría desde el clítoris hasta arriba, ella respondía empujando su sexo contra mi boca, yo me hundía más y más, mordisqueaba, succionaba…

En algún momento que no recuerdo encontré a Eva. Esa dulce chica se habia transformado, se encontraba viciosa, lasciva disfrutando entre manos, llenando su boca con Cum, y yo quise llenar mi boca con ella. Sin darme cuenta se encontraba medio tumbada, mi boca violándola, y las manos y los sexos envolvían sus gemidos.

Decidimos subir a continuar arriba. Los juegos eran incesantes, caricias, besos, sexualidad que flotaba entre nosotros, deseo que nos dominaba.

Ángel no ceso de disfrutar, hablador y animador, pendiente de todo el mundo, chinchando, atento a que todos lo pasáramos bien, un anfitrión excelente sin duda incluso fuera de su casa.

Eva peleó toda la noche, digo peleo porque su fogosidad es ilimitada, sentirse entre sus piernas, es violento, salvaje, una guerra entre dos cuerpos, sus piernas te atenazan, de su mirada brota el deseo mas vicioso, es una lucha de caderas, como si hubiera que determinar quien es mas fuerte.

Cum disfrutó e hizo disfrutar toda la noche, un estupendo amante para cualquier mujer sin duda. Por designios del destino, le toco sufrir las esposas y el vendaje que llevábamos preparado para Ángel. Se notaba que Eva y él esperaban ese momento, pelearon, se amaron, se dieron el uno al otro con la pasión desmedida que crea la espera del momento deseado. Disfrutaron toda la noche hasta que en las duchas, el dejó derramar toda tu excitación en su boca llenándola de él.

Charlotte, siempre dispuesta a complacer disfrutó de la experiencia de unas perlas húmedas recorriendo su intimidad. Esas perlas que instantes antes llevaba al cuello, ahora se enviciaban en su sexo, en su humedad. Me sorprendió su dualidad, pasaba del disfrute, del gozo a la calma, a la relajación. La veía de una esquina a otra, a veces disfrutando, a veces haciendo disfrutar, a veces relajada, a veces observando.

Sin duda lo que me tentó a sumarme a esa noche fue el conocer a una pareja que prometía simpatía, sexo y diversión, ese tipo de gente que a primera vista dices: -Hay que conocerlos-

En todo ese tumulto que formamos nosotros y al que se sumaron también otras parejas, yo me despisto, me disperso hasta tal punto que apareció un nuevo invitado. Si, ese al que ningún hombre quiere ver y que no te deja disfrutar de tus deseos.

Me costaba excitarme, y es que el jaleo me divierte, me divierte mucho, pero para la excitación, prefiero ambientes más íntimos, de dos, tres o cuatro.

A pesar de ello, ya habia oído gemir a Mónica abajo, cuando comencé a explorarla por detrás y esos gemidos me excitaban, provocaban el deseo de volver a hacerla gemir.

Tuvimos uno o dos encuentros en la cama, donde comenzamos a disfrutar el uno del otro, donde se atisbaba ese comportamiento que me excita, lascivo, vicioso, obsceno en ocasiones…

Tras agotarnos y con el sudor de nuestros movimientos decidimos ir a ducharnos, necesitábamos refrescarnos.


En la ducha comenzamos a enjabonarnos, el uno al otro, no buscábamos nuestra espalda buscábamos nuestro sexo, volvíamos a gemir como hacia pocos minutos.

Ella arrastraba mi excitación para sentirla, nuestros cuerpos se juntaban. Yo sentía su mano acariciándome, rozándome con su sexo, el chorro de la ducha que dirigía hacia mí para completar mi placer…

Me envenenó, me envenenó tanto que ahora no recuerdo si con suavidad o con brusquedad la empuje contra la pared, para poseerla de pie, me tenia excitado, me pedía que la golpeara con mis caderas cada vez mas fuerte, y yo embestía como poseído, poseído por el deseo que me habia despertado.

Casi a rastras la llevé de la mano a la cama mas cercana, donde de rodillas, comenzó a gemir, nos hablábamos, nos daba igual quien nos oyera, una pareja a nuestro lado nos observaba, observaba como cada vez llegaba mas dentro de ella, como ella cada vez gemía mas, como la cogía casi sin cuidado del pelo tirando hacia mi…Nos escuchaban, nuestras palabras obscenas, esas que adornaban nuestro vicio. Yo tratándola como ella deseaba ser tratada, y ella comportándose como lo que se quería sentir en ese momento.

Mientras notaba como cada vez mi polla la abría mas, acariciaba su cuerpo, comencé a jugar con ella, y mi sorpresa y mi placer, pero sobre todo mi morbo, llegaron al máximo cuando note que el cuidado no hizo falta, cuando note que no hizo falta ir poco a poco, cuando note que podía estar tranquilo que no le dolería, cuando note mi polla resbalando con suavidad, sin ninguna objeción, dentro de su culito. Eso me excitó aun más, no olvidaba tener cuidado, no lo olvidaba hasta que ella a mis preguntas respondía: -siiii, ¡¡¡mas fuerte!!!!!-


Para mi ese fue uno de los momentos mas morbosos de la noche, ese y la imagen de Mónica derramando mi placer por la comisura de sus labios, labios que no pude evitar besar para compartir ese placer.

La noche acabó como tenia que acabar, con risas y muy buen ambiente. Acabó después de haber conocido a un grupo que sabe combinar perfectamente el sexo con la diversión, y por supuesto, acabó con un deseo para el futuro, Eva, tenemos una cuenta pendiente. ;-)

sábado, 7 de abril de 2007

Sexo y lo que surja

A pesar de conocer hace tiempo el llamado “mundo liberal” y haber tenido varias experiencias, aún no había estado nunca con una pareja a solas, quiero decir, en ocasiones en algún local, si se me han dado situaciones con una pareja, pero estas han sido ocasionales y fugaces dada la situación.

Cuando hace tiempo veía anuncios en las webs, en los que un chico se “ofrecía” a una pareja, mientras yo me estaba “ofreciendo” a chicas o mujeres, mi pensamiento era: -que desesperado hay que estar-.

Como siempre los prejuicios y el desconocimiento nos condicionan, nos condicionan y nos niegan la posibilidad de explorar nuevas sensaciones, nuevas experiencias.

Hace mucho tiempo que empecé mi viaje, un viaje en el que poco a poco he ido despojándome de absurdos pudores, temores, de prejuicios, de imposiciones sociales sobre que debemos sentir y desear, sobre como debemos hacerlo, y sobre que NO nos esta permitido disfrutar.
La imagen de una mujer disfrutando de dos hombres, excitada, entregada, viciosa... Es una imagen que siempre me ha parecido morbosa. Creo que cada vez que la he imaginado me he excitado, pero claro, no es "políticamente correcto", aunque seria mejor decir socialmente.

Tenia en la cabeza la idea de disfrutar con una pareja, y no pude rechazar la invitación de Ana. No había tenido la oportunidad de charlar con Luís, pero ella parecía tan simpática y agradable que me hacia extender esa opinión hacia él.

Me recibieron en su casa. Yo he de reconocer que en el momento de llamar al timbre me sentía nervioso, sobre todo porque no sabia nada de Luís. Cuando le vi, la sorpresa fue muy agradable. Es de esas personas de aspecto tranquilo, callado, apacible, con una amplia sonrisa que reconforta, pero que también le delata. Cuando sonríe la picardía brota en su expresión.

Ana, mucho mas atractiva de lo que esperaba, guapa, simpática, muy agradable y cercana. Una mujer que desborda sensualidad en cada movimiento, en cada expresión, con sus palabras, sus miradas. Mi deseo se disparó en cuanto la ví.

Comenzamos charlando y riendo sobre lo que encuentras en algunos anuncios “Busco amistad y lo que surja”. Esto me recuerda al titulo de la película, ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?. Al final coincidimos en que en la mayor de las ocasiones se trata de “Busco sexo y lo que surja”. Slogan que ya he visto acuñado en alguna camiseta.

Coincidimos en que era lo que buscábamos los tres, y si, no nos cuesta reconocerlo. Buscábamos sexo.

Cuando dices esto, mucha gente te mira como un degenerado, es como si al ser capaz de disfrutar el sexo como tal, perdieras valores, moralidad, o te convirtieras en un ser frío e insensible. Es curioso porque cuando digo, "busco bucear" no lo piensan, ¿tanta diferencia hay? ¿Es tan distinto? En ambas situaciones se busca lo mismo, el placer y disfrutar. A veces voy a bucear y encuentro casualmente a compañeros que hacen esa inmersión mucho mas agradable y con los que luego me encanta charlar.

Esto fue lo que sucedió anoche. Ana y Luís, mucho mas experimentados que yo, me hicieron sentir a gusto, confiado y libre para expresarme y actuar.

Luís con su silencio y su sonrisa traviesa, comenzó a acariciar a Ana mientras yo besaba su mano, el resto fue mucho mas sencillo de lo que imaginaba.

Disfrutamos los tres, el placer de Ana era el deseo de Luís y el mío. Me volvía loco oír como sus gemidos respondían a las palabras que mi lengua dibujaba en su sexo, como ella hablaba al de Luís, como después de la explosión de placer me sentía aún mas dentro de ella, como Luís disfrutaba en ocasiones al salirse de la imagen.

Repetimos una y otra vez, buscábamos sexo, y eso fue lo que tuvimos. ¿Así? ¿Sin mas? Jejeje. No, entre medias las risas, el buen ambiente y la complicidad surgieron sin tener que provocarlo.

Anoche viví lo que para mi fue una experiencia nueva y muy morbosa, pero sin duda conocí a dos personas cálidas, libres y tremendamente encantadoras.

jueves, 5 de abril de 2007

SU PRIMER LOCAL

Después de esa noche, las provocaciones a la pareja, y mis susurros obscenos mientras disfrutábamos el uno del otro (ver: Provocando imaginación), Eva estuvo toda la semana fantaseando con situaciones. Me decía que le apetecía mucho ver como una pareja lo hacía, así que preparé nuestro siguiente encuentro.

Cuando la dije que la llevaría a ver a una pareja, ella me decía que no quería que le diera detalles, que prefería la sorpresa, no quería pensarlo, no quería echarse atrás.

Así lo hice, la recogí y fuimos a un local liberal de Madrid, uno donde no dejan pasar chicos solos, buscaba el mejor ambiente para ella, aquel que combinara morbo, sexo, pero también tranquilidad y comodidad.

Llegamos a Talismán, ella estaba nerviosa, pero a la vez excitada “como un niño de 5 años al que llevas a un parque de atracciones” (así decía sentirse).

Yo buscaba su comodidad, su confianza, no le conté mucho de lo que ahí podía suceder, solo le indiqué que si alguien la acariciaba y no era de su agrado que le retirara con delicadeza la mano, con eso bastaría, y también, que si no era suficiente me lo dijera de inmediato para ocuparme de ello.

Tras pedir una copa, nos subimos al Púb, estuvimos sentados un trago o dos, porque en cuanto le conté como funcionaba la sala oscura me pidió que la llevara a verla. Aún no había nadie, y nosotros solos en un rincón comenzamos a besarnos y acariciarnos. Ella estaba excitada, la novedad, la mezcla de temor a lo desconocido y el morbo que allí se respira… Mi mano se empapó al instante cuando invadió el interior de sus braguitas.

Fuimos aún solos a la cama que hay en medio de la pista, ella estaba embravecida me tumbó casi empujándome y comenzó a lamerme, a chuparme, a restregar sus agradecidos senos sobre mi.

La sala comenzó a llenarse, parejas gimiendo, excitándose a nuestro alrededor, nosotros excitadísimos no pudimos esperar mas y comencé a penetrarla. Ella me decía: -Nos están mirando- y cuando yo le preguntaba si le gustaba, dejaba escapar un “siiiiiii” que me excitaba aún más y provocaba que mis embestidas fueran cada vez mas contundentes.

Salimos sudorosos a refrescarnos con nuestra copa, y ella me hablaba de lo que le había gustado ser observada, pero quería mas, quería mirar.

Subimos a la planta de arriba, estábamos solos y tuvimos algún escarceo entre nosotros, hasta que una pareja llego y se tumbo enfrente. Eva no paraba de mirar, la chica gemía mientras el saboreaba su placer, lo que me incitó a disfrutar el de Eva.

Acariciaba su clítoris con suavidad, entrando dentro de ella en algunos casos, lo que le provocaba suaves gemidos que a mi aun me excitaban mas. Comencé a besarla, lamía sus labios, sus ingles, metía con suavidad mi lengua dentro de ella, y cuando alzaba la mirada, encontraba la suya clavada en la otra pareja, viendo como penetraban, acariciaban y se dejaban llevar entre respiraciones agitadas y leves gritos de lascivia incontrolada.

Sus caderas cada vez se movían más fuerte y más rápido contra mis labios, los gemidos inundaban la sala y mi boca se llenaba de su placer. No podía dejar de mirarles, (me confesó)

Estuvimos charlando, follando, dándonos cariño, comentando la experiencia… paso el rato y decidimos entrar de nuevo en la sala oscura. Le había encantado ver a la anterior pareja, - sus gemidos me volvían loca- me susurraba.

A Eva le estaba encantando la experiencia, me contaba como no podía imaginar sentirse tan a gusto y tan natural, le apasionaba mirar y ser mirada. Nadie nos había tocado aún y aunque ella sonreía tímidamente cuando se lo preguntaba, yo notaba que ella tenía su lucha interior entre el deseo y el temor a hacerlo.

Entramos de nuevo en la sala, había una pareja, el (Marco) tumbado, y ella (Alba) entre sus piernas disfrutándole y haciéndole disfrutar con su boca.

Quise llevar a Eva a la cama, pero ella me dirigió a la pared, el temor aun le pesaba, pero la excitación desinhibe, y desinhibe de tal forma que te hace perder la cabeza y dejarte llevar. Después de un rato de caricias, nos tumbamos a su lado, ambas parejas excitándose, a la distancia de casi una mano, en ocasiones no había ni 5 cms. entre la mano de Eva y la de Marco. Veía a Eva a gusto, excitada, morbosa así que decidí probar y comencé a acariciar suavemente el brazo de Alba, ella consentía, y fueron solo unas leves caricias.

Ambas parejas cambiamos las posturas, y ellas yacían casi pegadas en la cama, yo agachado lamía cada vez con mas fuerza el clítoris de Eva y Marco acariciaba a Alba con la que intercambie alguna caricia hasta que nuestras manos acabaron entrelazadas.

Note la mano de Marco en la pierna de Eva, en seguida la miré, estaba cómoda, excitada, parecía disfrutar, y cuando él llevo su mano a su pecho y ella lo estrechó fuertemente ya no me cupo ninguna duda.

Comenzamos a jugar los cuatro, revolviéndonos entre nosotros. Yo dirigía la mano tímida de Eva para que pudiera disfrutar la erección que Marco exhibía, mientras ella recibía en su boca mi polla excitada por la situación. Admirando el placer de Eva comencé a acariciar y sorprenderme con la suavidad de la piel de Alba, hasta que por fin logré alcanzar su sexo, húmedo y cálido en su interior, ella se acomodaba para recibir mis caricias, para dejarme entrar en él mientras la besaba... Los cuatro disfrutábamos de los roces de nuestros cuerpos y nuestras manos. Viendo la timidez de Eva guié su cara para que pudiera saborear a Marco. Ella disfrutaba en su boca y con mis caricias resbalando en su humedad y Alba me estremecía con sus labios aprisionando y recorriendo mi excitación

Continuamos el baile de caricias, tocándonos, excitándonos, chupándonos, yo notaba en todo momento la mirada de Eva clavada en mí con los ojos muy abiertos, me miraba sin cesar incluso cuando Alba y yo disfrutábamos de la pelea de nuestras caderas. Cuando se besaron vi a Eva excitada, la primera vez que besaba a otra mujer y tuvo la suerte que fuera Alba, lenta, calida, suave, cariñosa…


Al final fue cuando realmente nos dimos cuenta de la suerte que habíamos tenido, la primera vez de Eva y dimos con la pareja ideal. Estuvimos charlando, riendo, eran verdaderamente encantadores los dos, y cuando a la vuelta repasábamos lo sucedido aun nos convencíamos más, la delicadeza y el tacto de él, la suavidad y la dulzura de ella…
Cuando nos despedimos de ellos, la frase de Eva fue: -Jo, no podía haber salido mejor-

Marco, Alba, muchas gracias a los dos por ayudarme a que la primera experiencia de Eva haya sido algo especial e inolvidable.

domingo, 1 de abril de 2007

Provocando imaginación

No he fantaseado mucho con tríos y cosas así.

Eso me respondió Eva cuando le preguntaba sobre sus fantasías, lo cual me pareció normal, a sus 19 años yo ni me lo había planteado.

Nos fuimos a tomar una copa, ella iba tremendamente provocadora, unas botas de tacón, medias de rejilla, una mini y un escote de vértigo, todo adornado con una preciosa melena rubia que reposaba en su pecho y unos ojos negros que me absorbían.

Fuimos a un local a tomar una copa, los dos rebosábamos deseo y nada mas llegar ya comenzamos a intercambiar algunos besos y caricias. Mi mano acariciaba su culo, fugazmente su pecho, rozándolo, como si fuera casual. En alguna de mis tímidas incursiones por el borde de su falda, intentando llegar a la calidez de sus glúteos me dijo: – Jo, el chico de al lado te ha pillado-

Giré la cabeza y vi una pareja, le dije a Eva, -mírale a los ojos- y comencé de nuevo a besarla, esta vez levantando un poquito su falda dejando a la vista del chico el final de sus medias y el principio de su piel.

Eva se deshizo en carcajadas: - Que fuerte, (me dijo) le he mirado y el chaval estaba mirando y se ha cortado.- Le pregunté si le había gustado, a lo cual ella solo me respondió con una sonrisa muy traviesa. Comenzamos a besarnos otra vez yo metía mi mano por detrás de su falda y ella me iba contando como nos miraba y como retiraba la mirada, en ocasiones colocaba mi mano delante de ella, en su tripa, bajando y dejando mis dedos justo a la altura donde podían presionar ligeramente y provocar algún suspiro consciente de cómo éramos observados.

Cuando yo le preguntaba si le gustaba provocar al chico, ella me decía que le estaba encantando. Yo le contaba que el chico seguramente se estaba excitando viendo la situación, y que esa noche iba a estar especialmente morboso con su chica, a lo que los dos decidimos provocar a ambos.

Nos dimos la vuelta de manera que ahora la chica estaba mas o menos frente a mi. Volvíamos a acariciarnos y cuando la chica me miró, cogí la mano de Eva y la lleve a mi pantalón mientras la miraba a los ojos, ella mantuvo la mirada brevemente, luego me miro a los ojos y luego ya se cortó.

Nos dimos cuenta que ambos nos miraban, no comentaban entre ellos, procuraban mirarnos sin que el otro se diera cuenta. Esa situación aún nos excitaba más.



Nos fuimos animando, hasta tal punto que coloqué a Eva de manera que su espalda y la mía taparan a todo el local como metía mi mano debajo de su falda para robarle mas suspiros, solo la pareja podía vernos.

A ratos bailábamos y la pareja (que se ve que ya había comentado la jugada) comenzó a ser muy simpática con nosotros. Yo estoy mas acostumbrado a este tipo de situaciones, pero Eva no, incluso así, en seguida se dio cuenta del brillo de los ojos de la chica al hablarnos, como me miraba a mi cuando me decía algo, y como la miraba a ella también. Al chico se le notaba nervioso, queriendo hablar con nosotros, alargar nuestra compañía durante la noche de cualquier manera.

Después de algún escarceo por debajo de su tanga (no pude evitar querer mojar mis dedos en su excitación), nos fuimos a casa, y casualmente en la salida nos encontramos con la pareja que también se marchaba ya, tonteamos un poquito con ellos y nos marchamos.

Estábamos excitadísimos, en el camino a casa hubo caricias, conversaciones, provocaciones, recordábamos la situación.

En la escalera ya habíamos parado a oscuras en un arrebato bastante salvaje y cuando entramos en casa ya no podíamos mas, ni encendimos la luz, completamente a oscuras y con las bragas a medio muslo, la penetré mientras ella se apoyaba con las manos en la pared, fue salvaje, deseado, descontrolado, Eva gemía, empujaba contra mi, me pedía mas con sus gemidos y con su cuerpo, y yo fuera de mi la embestía completamente enviciado y lascivo… nos arrastramos prácticamente hasta mi habitación donde continuamos dando rienda suelta a nuestro deseo.

Yo sabia como le había excitado la situación del Púb, y comencé a hablarle. Ella ya me había contado como le excitaba que un hombre la hablara mientras follaba.

Comencé a hacerla imaginar que a la salida del Púb habíamos ido andando con la otra pareja hasta encontrarnos protegidos por dos coches, le susurraba como yo le besaría mientras ella miraba al otro chico, como la otra pareja se excitaba, como comenzaban a acariciarse a nuestro lado, como yo la apoyaría de frente a un coche y comenzaría a penetrarla tal y como lo hice al entrar a casa, como la otra chica le cogería la mano, y se la llevaría a la polla excitada de su chico y como imaginaria que era él, el que la hacia gemir, como la deseaba, como deseaba hacer lo que hizo, meterla en la boca, y disfrutar de sus lamidas mientras la otra chica la acariciaba…

Eva gemía, imaginaba, gritaba si, si, siiiiiiiiiiii, cuando yo le preguntaba si deseaba chupársela, si deseaba esa polla, si deseaba disfrutar con dos pollas para ella, gemía y gritaba siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!

Estuvimos toda la noche imaginando distintas situaciones mientras no paramos de disfrutar. En los descansos me comentaba que jamás se había imaginado una situación así, ni la de el Púb, ni estar follando con un chico y mientras fantasear con esas situaciones.

Me encanta llevar a una chica un poquito mas lejos, sea cual sea la situación, Eva nunca había imaginado una situación así, y a mi me encantó provocar con ella y excitar su imaginación y sus fantasía.