miércoles, 6 de junio de 2007

Por fin a solas


Mucho tiempo desde que nos conocimos, demasiado sin duda. Y cosas que pasan por estos lares que a pesar de habernos encontrado íntimamente en mas de una ocasión nunca lo hicimos a solas. Sin embargo ambos sabíamos que entre nosotros había crecido algo, algo mas que el deseo, que el morbo de nuestras aventuras. Era el deseo de nosotros, de poder encontrarnos a solas, en nuestro estado mas puro, y ambos con el mismo deseo, el de entregarnos. Ella lo deseaba, yo lo deseaba y ambos lo sabíamos.

Los deseos fluían ya por mi mente una semana antes y cuando iba en el avión iba como un niño nervioso a su primera cita...

Cuando llegué a su casa, ahí lucía Ricci. su espléndida sonrisa, sus rizos dorados y una mesa digna del mejor de los restaurantes, no sabría decir que cené pero la presentación recuerdo que me hizo abrazarla y besarla, se notaba que quería que me encontrara mimado todo el fin de semana y lo consiguió.

Esa noche la pasamos solos por fin, hablándonos, contándonos que nos había pasado en esos meses en los que no pudimos tener contacto. Empezamos a sentirnos, pausadamente, con calma, entre caricias lejos de crear una situación tórrida, ella se dedico a cuidarme con calma, nos besamos… nos acariciamos y por fin nos entregamos…

El día siguiente fue toda una aventura. cuando acabamos nuestra sesión de fotos nos arreglamos y salimos a cenar.

Al lado de nuestra mesa había una lámpara muy bonita, casualmente hice una foto que salio preciosa, y con la emoción se la enseñé a la camarera que nos atendía, nos pareció curiosa y graciosa la frase que nos dijo. – ¡Que romántico!!! ¡Ojala me pasara a mi algo así!!!-

Que romántico…. Nos veía como una pareja de enamorados, una pareja de tortolitos y en realidad eso éramos. Lo que ella no se podía imaginar, es que estuviéramos comentando cuales habían sido nuestras aventuras, hablando sobre nuestros amantes, y contando futuras travesuras.

Desde luego estábamos experimentando otra forma de amar, otra manera de sentirse enamorado, dándonos libremente tal como somos, sin ocultaciones, sin dobles intenciones.

Esa noche reímos, bailamos, y dormimos abrazados como enamorados…


La mañana se despertó inquieta, nos teníamos que despedir y el cariño que nos habíamos dado dejo paso a la pasión, volvimos a amarnos, hicimos el amor, follamos y en un momento dado ella frenó de golpe.

Me tumbó boca arriba, comenzó a estimularme con su largo pelo rizado, lo paseaba por mi cuerpo… me rozaba suave, mi piel se erizaba, me besó, me recorrió con sus labios, besó mi pecho como si el de una mujer se tratara, lo excitó, cuando lo dejo erecto, cuando me notó excitado continuó su beso hacia abajo…

Fue cruel conmigo, se entretuvo en mis muslos, jugaba con mis nalgas, mis ingles… yo deseaba el abrazo de sus labios, ella lo sabia y se hacia rogar… jugaba a acercarse a alejarse, me miraba regodeándose en el deseo que me estaba provocando.

Sus labios por fin me cubrieron por completo, notaba mi polla durísima, latiendo, cálida y húmeda dentro de su boca, ella subía y bajaba con su boca suavemente, se entretenía cada vez que llegaba a mi capullo y cuando se disponía a bajar de nuevo presionaba con sus labios y me hacia sentir como la penetraba, toda la presión entrando hasta el fondo.

Me acariciaba mientras, su boca seguía lamiéndome, a veces con sus labios a veces con su lengua recorriendo todo mi escroto hasta acabar en la línea recta que dibujaba mi excitación. Su mano jugaba con mi culito, lo acariciaba, lo estimulaba, subía cogiéndome los testículos mientras su boca seguía empapándome, poniéndomela mas dura aún. Comenzó a combinar sus lamidas con las caricias de su mano, yo ya no podía prever donde iba a sentir el placer, mientras sentía húmedo mi capullo, sentía sus dedos masturbándome desde la base. Mi polla iba a reventar, ella sin prisa lo sabia y se entretenía. Notaba como dentro de mi algo quería salir, cada vez que mi polla entraba hasta dentro de su boca sentía un leve empujón de un torrente que crecía cada vez mas, no recuerdo si fueron 5 o 6, ya no aguantaba mas, mis gemidos acompasaban sus movimientos.

Note un río, como un chorro nacía dentro de mi, cuando comenzó su recorrido por el interior de mi polla era como si me quemara por dentro, note cada milímetro que recorrió rápido, amplio, abundante, estalló fuera de mi bañando todo lo que encontró a su paso. Me tensé, me retorcí, gemí, y ella lejos de abandonarme al placer, me acompañó en el con suaves caricias que me relajaban aún mas.

Esa tarde nos despedimos, como todo lo que somos, dos amantes, dos enamorados, dos amigos, dos confidentes, dos traviesos y dos exploradores de la vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A solas…,

yo diría con todo travieso, con todo..

Besos rojos (hoy encendidos por ti)