lunes, 31 de diciembre de 2007

Sexo y Arte


En muchas ocasiones Gala y yo compartimos fantasías, nos las contamos, dejamos la semillita creciendo en la mente del otro y esta va germinando y convirtiéndose en un deseo irrefrenable.

Habíamos comentado en alguna ocasión como nos gustaría hacerlo en un museo, y hablando de cuales podrían ser, El Prado se alzaba como uno de los lugares que más morbo nos proporcionaba.

En ocasiones la improvisación y el dejar que las situaciones surjan solas crean momentos de terrible excitación, pero en otras, la consumación de lo imaginado, el tiempo para que esa idea vaya excitándote y casi apoderándose de ti hacen del momento final un momento cumbre.

Nos dirigimos al Museo del Prado, había una cola considerable por la que tuvimos que esperar. Lejos de enfriar la situación y sintiendo tan cerca el momento de poder vivir una experiencia tan morbosa en un lugar con tanta afluencia de publico, excitaba nuestras mentes, nuestra imaginación.

Mientras esperábamos para poder entrar, comentábamos diversas situaciones y éramos conscientes que la gente que estaba cerca nuestro, mientras hacían gala de su alto conocimiento del arte, en ocasiones ponían el oído y no nos cabe duda que estimulábamos su imaginación.

Por fin entramos, ambos nos deseábamos, no queríamos perder tiempo, entramos fugazmente en la sala Fortuny, pero decidimos dejarla para mas tarde, cuando pudiéramos admirarla...”mas relajados”


Acabamos encontrando unos aseos en el Claustro del edifico Moneo no muy frecuentados, lo cual no nos convencía demasiado, ya que el riesgo de la situación era uno de los factores que más alimentaba nuestro morbo. De echo llegamos a pensar que por la situación de estos seria difícil que nadie entrara, eso nos hizo relajarnos en nuestra prudencia, dando por perdido ese riesgo que tanto deseábamos... que equivocados estábamos.

Nuestro deseo hizo que nos quedáramos en ese cuarto de baño que habíamos encontrado.

Gala iba con bonito vestido corto, en ocasiones, con algún movimiento dejaba ver la blonda del final de sus medias, es una imagen que me seduce y me provoca tremendamente.

Supongo que ambos pensábamos entrar en el baño, echar el pestillo y vivir ahí nuestra fantasía, sin embargo la ausencia de gente hizo que nuestros besos y nuestras caricias comenzaran en el aseo, junto a los lavabos.

Mi mano comenzó a explorar sus piernas, por fin podía acariciar sus medias y explorar el delicioso recorrido que comenzaba donde ellas terminaban, mientras Gala empujaba su cadera y presionaba con su mano mi sexo.

Le fue muy sencillo a la excitación apoderarse de nosotros. Sujetándola de las piernas la senté en la encimera del lavabo.
Ella, con una mirada que reflejaba toda su provocación, toda su entrega y todo su ofrecimiento retiró sus braguitas dejándome su sexo expuesto a mi vista, dejándolo a la altura del mío, de manera que solo hizo falta desabrochar mi pantalón para que comenzaran a rozarse.








No hubo muchos preliminares, no eran necesarios, deseábamos follarnos, tenernos, hacernos gemir, despertar todos nuestros deseos y sueños en ese mismo momento.

Pude notar todo su calor y humedad al entrar dentro de ella. Gala se encontraba ahí sentada, con sus piernas abiertas ofreciéndose a mí, mientras yo comenzaba a penetrarla, suave al principio pero con mas ímpetu a cada momento.

- ¿Te imaginas que entra alguien? Pueden pillarnos... – comentábamos traviesos buscando evidenciar el riesgo que corríamos.

Sin embargo no sentíamos ese peligro como algo cercano, no se oían voces, no notábamos la presencia de nadie cercano, lo cual se alejaba de la situación con la que habíamos fantaseado.

- ¿Cambiamos de sitio? – Nos propusimos muy traviesos buscando algo mas de emoción.
- Vale.

Gala se bajó de la encimera, pero mi excitación, la excitación que ella me provoca por sus ideas, por sus travesuras, y por verla con la falda subida y muy accesible me hicieron rogarla...

- Espera, quiero un poquito mas...-

La coloque apoyada en la encimera y desde atrás volví a penetrarla, ufffffffff, me encantó sentir como entraba hasta dentro de ella, como su cara se tornaba más viciosa frente al espejo, como disfrutaba viendo mis expresiones de placer con cada envite que hacia contra su sexo...

Sin haberlo comentado ambos comenzamos a ser más conscientes de nuestra situación.





Nos encontrábamos en unos aseos públicos en el Museo del Prado, con una puerta sin pestillo donde cualquiera podría entrar y pillarnos en semejante aventura.

Comentábamos, como si entrara alguien nos gustaría mantener nuestra postura, mirar a sus ojos de manera que pudiera sentir la provocación y el deseo que desprendíamos...

Por fin fuimos plenamente conscientes de la facilidad con la que podría moverse el manillar de la puerta, lo único que separaba nuestra intimidad de la posibilidad de recibir invitados.

Nuestros pensamientos se reflejaban en nuestros movimientos, cada vez más fuertes, cada vez mas excitados, nuestros gemidos, nuestros ojos compartiendo la situación a través del espejo, nos acompañaban en nuestra aventura.

No quería acabar, quería recorrer todos los baños del Museo, pero el placer que Gala me proporcionaba, sumado a su imagen reflejando todo el vicio del momento y el riesgo que crecía en mi mente, se apoderaron de mí hasta el punto que me descontrolé. Mis movimientos no eran medidos, simplemente, aumentaban su fuerza, su ritmo y abandonados al placer que Gala me ofrecía...






No lo recuerdo, pero se que no controlé los gemidos que acompañaron mi orgasmo, así, como no se quien pudo llegar a oírlos...

Gala, con mucho cuidado, lamió y limpio el resultado de mi placer y mientras ella se lavaba las manos, y yo, además de no haber abrochado todavía mi pantalón del todo y con la cara aún sofocada, sentí como se abrió la puerta. Una señora de la limpieza entró a algo y sin duda intuyó lo que allí había pasado hacia dos escasos minutos.

Primero miró a Gala, después a mí, y con un gesto que entremezclaba la timidez de no saber como actuar y el... “Madre mía lo que deben haber hecho estos aquí” Entró en el cuarto de baño y después salió sin volver a levantar la mirada.

Una vez recompuestos volvimos a admirar con mas calma a Fortuny y pudimos deambular por las salas de Goya, Van der Heyden y Soroya entre otros...

Por cierto, acabo de ver que la semana que viene aun continua la exposición de Ester Partegàs en el Reina Sofía... Puede ser interesante...


domingo, 16 de diciembre de 2007

No soy un amo


Había estado patrullando la zona para garantizar la seguridad de Claudia. Pensaba que podría ser más peligrosa, pero debido a las cercanas fechas navideñas se ve que el Ayuntamiento había “limpiado la zona”.


Llevábamos tiempo hablando de ello, Claudia me comentaba en mas de una ocasión su fantasía de sentirse “puta” y en concreto así, no prostituta, palabra mas suave que incluso nos puede ha hacer pensar en una diferencia de “caché”.

También hablábamos sobre sus deseos de sentirse dominada. Como me comentó una amiga en una ocasión “cualquiera te cuenta a ti una fantasía” por lo que me puse en marcha.

Una semana antes le di una instrucción muy concreta. – No quiero que tengas ningún orgasmo-.

La semana continuó entre llamadas, sms, mails y conversaciones en las que nos excitábamos, en las que buscaba excitarla al máximo, le pedía que hiciera cosas por mí.

- Estoy en la biblioteca.- me comentaba en alguna ocasión Claudia conectada al msn.
- Acaríciate por encima del pantalón.
- ¿Cómo voy a hacer eso?
- HAZLO!!!!-
- UFFFFFFFF, ya......
- Ahora hazlo por debajo de tus braguitas...
- Pero me van a ver!!!!!!
- HAZLO!!!!!!
- Eres un cabrón.
- Puedes insultarme, pero no permito que cuestiones mis ordenes o serás castigada
- Ufffffff tengo el dedo empapado de mi excitación.....

En términos similares actuábamos cuando estaba en el autobús, subiendo las escaleras del metro, o simplemente sentada por la noche en su casa, situación que aprovechaba para excitarla aun mas y provocarla cuando le contaba como yo SI me iba a desahogar y como no quería que ella alcanzara el orgasmo que esa noche solo podía ser para mi.

Sus insultos se sucedían uno tras otro, Claudia obediente, buena sumisa acataba y obedecía mis instrucciones.

Llegó el día indicado, Capitán Haya se encontraba libre de profesionales, lo cual desmerecía ligeramente al menos la parte acordada, para la que venia después, la sorpresa, no influía en absoluto.

Claudia subió desde el Bernabeu siguiendo mis indicaciones, cubierta únicamente por su abrigo y la preciosa lencería que esa noche me ofreció.

Mas tarde me comento como era deseada por algunos Taxistas que al cruzar algún semáforo pudieron colar su mirada entre algún movimiento indiscreto de su abrigo.

Le indiqué en que semáforo debería pararse, y mientras se dirigía hacia él, justo antes de llegar un coche paró a su altura.

- Hola, ¿buscas compañía?
- Podría ser... ¿Cuanto me pides?

Otra de las instrucciones que le había dado era que se documentara y que se inventara una vida como puta, quería que tuviera experiencia para mis planes.


Después de detallarme sus tarifas, tiempos y reglas mientras abriendo su abrigo me ofrecía su mercancía, la hice subir.

La ofrecí la mitad de lo que había pedido con la promesa de una oferta muy atractiva si lo hacia bien. No cedió en absoluto, mitad de precio, mitad de tiempo.

Accedí, total, para probar la mercancía me valía.

Dijo que fuéramos donde yo quisiera ya que el tiempo apremiaba. Visto que debía darme prisa cogí su mano y la lleve a mi sexo.

- Si tenemos poco tiempo empieza ya.

Aparcamos al inicio de Castellana, lugar con poco transito y cercano.

Claudia se dispuso a ofrecerme el servicio contratado sin demora, desabrochó mi pantalón y con una profesionalidad absoluta, sin dejarse implicar en absoluto y totalmente impasible introdujo toda mi excitación en su boca, comenzó a hacer su trabajo impecable, sin la menor pasión pero con una técnica exquisita.

Dos parejas pasaron a nuestro lado buscando su coche que estaba mas adelante y no pasamos desapercibidos a sus ojos, miraron y se fueron sin querer volver a mirar (nunca dejara de sorprenderme la reacción de la gente cuando ve furtivamente algún tipo de relación sexual)

Claudia levantó la cabeza

- ¿Nos han visto?
- Calla y sigue comiéndomela, no me das mucho tiempo – le expeté mientras empujaba su cabeza hasta que le llego tan hasta dentro que tuvo que frenarme.

Una vez comprobada su habilidad hice que se tumbara en su asiento.

- Vamos a acabar de comprobar si eres una buena putita..... –

Sin duda lo era, me pedía mas, no me dejaba besarla pero quería mas y más, se abría y se ofrecía, no olvidaba el tiempo y me pedía que me vertiera en ella, intentando supongo finalizar su trabajo.


Disfruté de los servicios comprados, no tenia que estar pendiente de su placer solo del mío, era un juguete alquilado y me deleite en disfrutarlo de distintas maneras, viendo como entraba y salía lentamente, sorprendiéndola con un envite brusco, o dejándome llevar por los deseos mas salvajes y haciendo golpear mis caderas lo mas fuerte posible buscando llegar a lo mas profundo de ella.

- Córrete – Volvía a pedir buscando el fin de sus servicios.
- Basta - Me quite de encima y volví a mi asiento.

Le enseñé la cantidad que le ofrecía, quiero que vengas conmigo esta noche, estarás mucho mejor en mi casa que pasando frío en la calle.

Puso sus condiciones, y se ofreció solo por hora y media. Le arrojé el dinero y acepté

Durante el camino a mi casa en el coche fui preguntándole sobre su vida como profesional, Claudia había hecho bien los deberes y me fue contando como fueron sus inicios, como prefería unos clientes a otros y como se comportaba y afrontaba al hacerlo por dinero, parecía que lo que contaba lo hubiera vivido realmente.

Cuando subimos a casa parecía contenta de haber venido, pensaba que podría pasar la noche haciendo un trabajo sencillo, en un lugar cómodo y como ella decía – Un chico como tu (al verme bien trajeado) seguro que tiene mucho dinero para gastar – pensando en acomodarse, tomarse una copa.....

No había acabado de decirlo cuando la empujé suavemente hacia el sofá en mi salón hasta que calló sentada, desabroché mi pantalón y penetré su boca, ella no rechistó, y comenzó a devolverme los servicios que había pagado.

Después de disfrutar sus labios, su lengua, sus manos en mi sexo... la levante e hice que se quedara de pie con las manos apoyadas en mi sofá. La pregunte cuanto tiempo hacia que no tenia un orgasmo y al responderme que no recordaba si hacia quince días o un mes, le ordené que no se corriera sin avisarme.



La esposé y cogí dos de mis juguetes. Comencé a jugar con ella, le introduje uno de golpe y hasta dentro que mas bien resbalo para penetrarla hasta dentro casi resbalando, y el otro se lo metí por su culito, este se iba abriendo y recibiéndolo de manera que casi no me hacia falta empujar, activé su vibración y la subí las braguitas para sujetarlos dentro.

- No te muevas ni te corras – la ordené.

Claudia estaba allí, con su lencería, de pie y apoyada en mi sofá con sus manos, gemía sintiéndose doblemente penetrada, la vibración de mis juguetes aumentaban su excitación, sus piernas temblaban, sus jadeos se hacían cada vez mas y más fuertes, su voluntad se iba doblegando al igual que sus piernas que acabaron apoyándose en el sofá.

- Te dije que no te movieras. - Le dije con tono suave pero muy imperante.

Frente a su cara desabroché mi cinturón, lo saque de golpe, vi el temor en sus ojos mientras lo recogía en mi mano...
- No... con el cinturón no – rogó entre gemidos.....


Solté mi mano para sentir como mi cinto fustigaba su culito.

- Te dije que no te movieras –

Volví a azotarla en varias ocasiones, puso sus piernas rectas de nuevo y entendió que debía obedecer.


Me estaba excitando tanto que decidí hacer mas humana la doble penetración pasando a formar parte de ella. Retiré el vibrador que tenia en su culo para penetrarla de golpe, gemía cada vez mas, y yo no podía evitar empujar cada vez mas fuerte al notar lo bien que entraba.

Al tumbarla en la cama volví a insistirla en que no llegara, y procuré hacérselo bien difícil, mis dedos jugaban dentro de ella, mi lengua recorría cada centímetro de su sexo, aspiraba, lamía, y no quería parar de comer...

No sabemos si porque ese día estaba especialmente sensible o por si los deseos y la excitación de la semana se acumularon en ese justo instante, Claudia comenzó a retorcerse de placer mientras mis manos sujetaban fuertemente sus muslos para no dejar que se retirara...

El juego acabó, continuamos en mi casa, ahora mimándola y atendiéndola como sin duda Claudia se merece, y comentando la noche los dos llegamos a la misma conclusión, puedo jugar, quizás azotar un poco, pero no soy un amo. Si yo hago daño, en lugar de salirme decir "te lo mereces" me sale un "vaya, voy a por hielo". Unos azotitos... Juegos de instrucciones... pero no gusta provocar dolor.



domingo, 9 de diciembre de 2007

Un invitado ausente





¿Qué le puedo ofrecer? Esa era mi gran duda.

Admiradora confesa de mi blog hasta el punto de sorprenderme con muchos detalles sobre los relatos que he escrito, no había quedado conmigo antes entre otras cosas por, como ella decía: “con las que este monta a ver que numerito me prepara”

Una vez explicado que yo no voy por ahí, ni con el kit de las sorpresas, ni con cinco “compinches” para liar alguna y que puedo ofrecer una copa o una cena dentro de la normalidad establecida, se decidió a ofrecerme su compañía.

No quería saber nada de nada, si yo había preparado algo, o si se me ocurría alguna travesura, me había dejado muy claro que ella además de no querer saberlo, como le diera el punto me dejaba ahí. Quería una cita normal, para conocernos sin ningún tipo de expectativa mas, idea que me agradaba enormemente, ya que parece que como escribo lo que escribo, siempre tengo que sacarme una genialidad de la manga para ofrecer algo distinto.



El imprevisto de su afonía repentina parecía amenazar nuestra cita, pero la idea de que me tuviera que hablar a susurros y tener que aproximarme mucho para poder oírla me agradaba, daba juego a la provocación.

Después de tomar un vino nos dirigimos al restaurante, y cuando entramos tuve que confesarle “deseaba llevarte a la cama lo antes posible” y fue cuando nos acomodaron en la que teníamos reservada en un céntrico restaurante de Madrid.

África es una “chica fácil”. Soy consciente de lo mal que suena, pero sin embargo lo entiendo como un gran halago. Es una chica fácil porque con ella todo es muy sencillo, conversación interesante y muy espontánea, risas, bromas, es tremendamente “fácil” sentirse a gusto y relajado con ella. Y así transcurrió la cena, entre risas, conversaciones pendientes y deseadas, no se si más por el contenido o por el deseo de tenerlas en persona y como no, ciertas y discretas provocaciones. África se acercaba peligrosamente a mí para reír o comentar, y yo jugaba con el descaro de mirar sus bonitas piernas y la blonda de sus medias que en ocasiones su vestido juguetón dejaba entrever.




Su afonía no nos dejó mas opciones, a un lugar de copas no podíamos ir, ni a ninguno con música o el mas mínimo sonido ambiente, seria imposible poder oírla a pesar de sus esfuerzos por combatir la afonía, y como estábamos a gusto y queríamos continuar la velada, fuimos a mi casa después de casi sobornar a un camarero para que nos vendiera una botella de cava.

África tiene una de esas mentes que es tan difícil encontrar. Una mente juguetona y una de las pocas, por no decir casi la única que me ha dado una brillante idea para una interesante sorpresa. En sus deseos de jugar y en concreto de jugar conmigo, me advirtió “podemos hacernos una sesión de fotos, pero hoy nada mas, solo fotos”.

Accedí, tanto por el placer de su compañía, como por la dificultad real que veía en que se quedara en solo fotos y sobre todo porque me es difícil decir no a un juego cuando viene de alguien como África.

Llegué a casa pensando que primero montaríamos una sesión, además me apetecía esa idea, la idea de contenernos, excitarnos, provocarnos y tener que abortar la sesión debido a nuestros descontrolados deseos. La realidad se anticipó.





Comenzamos a besarnos y ella inmediatamente tomó las riendas, como suele ser normal en mi y quizás por el hábito, trataba de retomarlas en algún momento, pero África sabia mantenerlas muy bien, a las riendas y a mí donde me quería tener.

No tardó mucho en desabrocharme el pantalón y comenzar a lamerme, a chuparme. Cuando yo quería acariciarla me paraba, quería disfrutar de mí, usarme a su antojo.

Me tenia sentado en el sofá, con mi sexo expuesto a sus deseos, a sus labios, a su boca mientras me miraba traviesa, viciosa y provocadora. Paraba, se paseaba, se contoneaba ante mí, mostrándome lo que yo mas deseaba y sin dejarme llegar a él. Se colocó encima de mí y fue ella quien me hizo suyo.

Ya no podíamos detenernos, al menos eso era lo que yo pensaba, eran deseos acumulados los que estábamos desatando, pero ella una y otra vez jugaba a parar, - ¿Me llenas la copa?- me estaba desesperando, estaba jugando con mi deseo, sabia hacerlo y lo disfrutaba.

Continuamos dejándonos llevar en lo que podía haber sido un momento intimo mas entre dos personas que se desean, pero ansiosos por jugar comenzamos a sacarnos fotos. La luz tenue, nuestros movimientos, nuestra pasión en ese instante no dejaban opción a buenas fotos, unas movidas, otras oscuras, y otras no precisamente las que los dos denominaríamos como eróticas.

Era conocedor desde hace tiempo de sus deseos de jugar con una cámara de vídeo. Esta vez fui yo el que paró. Conecté la cámara a la tele y comenzamos a grabar.





La fantasía y la sorpresa nos sobrevino.

- ¿Te gustaría enseñárselo a alguien?-
- Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii- respondía entre gemidos que parecían imposibles por sus susurros.

Me dijo a quien. Y desde ese momento tuvimos un invitado que se encontraba ausente.

Le dedicábamos nuestro placer, el deseo de que nos viera, de que viera como ella gozaba, disfrutaba y dejaba escapar todo su vicio conmigo, con la intención de que su amigo al ver el vídeo pudiera verla mirando a la cámara, mirándole a el mientras yo la penetraba cada vez más y más fuerte.

Queríamos excitar a nuestro invitado, me gustaba la idea de que la mirara, me gustaba la idea de que el pudiera observar la misma cara de placer que estaba yo provocando, me gustaba ver como ella cada vez se volvía más viciosa, más lasciva...

Mientras dedicábamos a nuestro amigo invisible nuestro encuentro, yo la iba provocando, haciéndola imaginar lo que seria un encuentro real entre los tres, los dos dedicados a ella a la vez, dedicados a su placer. África se excitaba mas y más y a mí me volvía loco ver como su morbo crecía sin limite, tanto que lo deseaba todo...





Apoyada con las manos y las rodillas en mi sofá me ofrecía su sexo, me obligaba a su sexo, no permitía que parara. Yo cada vez me asalvajaba mas, golpeando mas y más fuerte mientras con mis dedos iba abriendo su culito, me iba introduciendo en él, quería hacerla imaginar, hacerla sentir doblemente penetrada...

- Fóllame el culo!!!!!... fóllamelo!!!!... – Me pidió entre susurros y gemidos.

Su deseo me hacia verla aun más viciosa, más lujuriosa y eso me excitaba... dominaba y descontrolaba mis ansias de ella...

La penetre de un solo golpe. Un grito se ahogó en su delicada garganta, y tras un breve instante para que todo se amoldara, no solo yo comencé a penetrarla de forma salvaje, sino que ella me pedía aun más y más.




Parecía que no hubiera estado afónica en toda la noche, sus gemidos susurrantes eran ahora gritos de placer, yo no podía parar, no podía frenar y aún nos excitábamos mas cuando hablábamos sobre nuestro invitado, sobre lo que vería, sobre lo que participaría, sobre como él estaría debajo y los dos abriríamos sus placeres...

Sus gemidos aumentaron en volumen, intensidad y frecuencia con su orgasmo, sentir todo su placer precipitó el mío, cuanto mas fuerte era mi embestida mas notaba que se acercaba hasta que estalló dentro de ella dejándonos exhaustos y abrazados como un puzzle en el espacio del sofá.

Además del deseo que ambos llevábamos acumulado hacia el otro, habíamos invitado a alguien que aún no sabe que estuvo. Mostrarnos ante él, dedicarle nuestro placer... aumentó aún mas el morbo que generamos esa noche.

La noche continuó larga, nos hicimos fotos, reímos, continuamos deseándonos y entregándonos... Quizás se pueda entender como un “encuentro normal” Yo no lo creo, Dos mentes traviesas y morbosas son capaces de adaptar cualquier recurso para hacerla distinta, improvisar sin planificación, sin juegos pre-elaborados... ¿Qué mayor sorpresa?

Por cierto, un regalo ha resultado el olvido de la cinta en mi casa, ya que cuando he vuelto a ver el vídeo para poder ceñirme a la realidad en el relato, no he podido evitar interrumpir su escritura para recordar, para imaginar, que volvía a explotar dentro de ella.

domingo, 2 de diciembre de 2007

FANTASIAS, SORPRESAS Y HOMÓNIMA.


Cuando comencé el blog tal como explicaba en Historia de un blog . Buscaba incitar la imaginación de los posibles lectores que pudiera tener. Se que hay blogs con muchísima mas afluencia pero para mi resulta abrumador contar a día de hoy con 15.000 visitas, lo cual agradezco a todas y cada una de las personas que aquí han entrado.



Volviendo al tema, buscaba incitar la imaginación de quien pudiera leer mis relatos. Me marqué dos objetivos, que todos los relatos fueran vividos y que las fotos fueran hechas por mí, o a mí.
Además de estos, buscaba que quien pudiera leerlo se sintiera incitad@ a sorprender a su pareja, o su amante... a su alguien cercan@ con alguna idea que hubiera podido encontrar en mi blog.



Son varias las fantasias/sorpresas propuestas hasta hoy; hacerse pasar por otro El masajista y los pinceles(I El masajista) Preparar la casa como un espacio destinado al sexo (La casa del sexo) Juegos con vendas (Mi alumna, Relato en tiempo real ) Sorpresas con invitados (A oscuras , Una pareja especial , Provocando imaginación ) Sorpresas en algun local liberal (Su primer local )...
Llegados aquí, he de hacer un llamamiento a la imaginación, no es que me haya quedado sin ideas, algunas tengo ahí, y alguna podréis leer en breve, pero si me gustaría conocer ideas para sorprender que puedan estar circulando por vuestras traviesas cabecitas. Por esto os invito a mandármelas a mi correo muytraviesillo@hotmail.com.



Otra situación que me ha extrañado es la poca disposición en general que he encontrado en la gente para sorprender, para dedicarle tiempo y dedicación a una sorpresa realmente original a su amante, y como no, por supuesto a mi jejeje. Supongo que esto es debido a mi rol de “sorprendedor” que me ha generado el blog. Quizás en otro post adelante alguna de “mis” fantasías para “mí” para las que seguramente necesite algo de apoyo logístico.



Otra cosa que he buscado sin cesar ha sido a mi “homónima” Estoy convencido de que tiene que haber alguna chica tan deseosa de sorprender como yo, y no me refiero puntualmente, sino que disfrute como yo lo hago con los preparativos, la puesta en escena, el despliegue de los medios necesarios... Ya seria fantástico que además se animara a aportarnos su ideas y experiencias en un blog. Seria su lector numero uno sin duda.