lunes, 1 de diciembre de 2008

Una copa de vino





Tendría unos 29 años, no me encontraba inscrito en ninguna página de contactos ni hacía mayor uso del messenger que hablar con mi círculo de amigos y participar en algún foro específico de alguna de mis aficiones.

Tenía un perfil en msn muy sencillo, hablando por encima de mí, de mis aficiones e inquietudes (todas muy confesables) y una foto muy.... comedida.

Un día en la oficina, recibí una solicitud para agregarme como contacto acompañada de un correo:

Hola, me ha gustado mucho tu perfil. Me pareces un chico interesante y me gustaría charlar contigo para conocerte algo mejor. ¿Te apetece?

Besos.

Beatriz.


En esa época no estaba tan acostumbrado como ahora a conocer a gente mediante msn y fue una sorpresa para mí recibir este correo.

Se lo enseñé a mi compañera de trabajo y confidente.

- Laura, mira.
- Toma!!!! ¿Y que vas a hacer?
- ¿Qué quieres que haga? Pues hablar con ella ¿no?
- Madre mía, en que líos te metes.......


En seguida la admití, y comenzamos a hablar, una charla que desde el principio resultó muy divertida, Hicimos un pase de fotos y cuando ella comenzó a pasarme las suyas llamé a Laura.

- Mira, mira. Esta es.
- Vaya.. ¿no esta nada mal no? (lo cual, viniendo de Laura, siendo como es significa, “pero si es un cañón!!!!”)
- Jo, pues sí.
- Y cuantos años tiene?
- 25 me ha dicho....

Laura siguió a lo suyo mientras me miraba con cara de..... “Tu sabrás, a mi no me digas nada.”

Nuestra charla continuó en un tono muy agradable, en seguida salieron a relucir nuestras vertientes traviesas, tanteábamos entre risas y un juego encubierto que cada vez se hacía más evidente.

- Oye, que chulo esto chatear, no? Realmente me pareces un chico muy majo.
- Pues sí... tú también.... y estoy pensando que me encantaría conocerte.
- A mi también.
- Pues pongamos una soluciona a esto no?
- Te apetece una copa de vino?
- Me apetece
- Bien, te espero cuando salgas de trabajar en mi casa.

Laura!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Comentamos la situación y Laura poco menos que me tomaba por loco.

- Pero tú estas tonto??? Cómo vas a ir a casa de alguien que no conoces?
- Pero si es muy maja!!!!
- Ay ay ay.....

Entre risas me deseó suerte, me dijo que tuviera cuidado y que esperaba que fuera una chica maja de verdad.



Beatriz vivía en un pequeño pueblo de la periferia de Madrid. Quedamos en que me recogería en la plaza.

Cuando la vi llegar en su Golf, y mientras me abría la puerta del coche invitándome a subir, no pude disimular el hecho de que mi mirada recorriera la preciosa figura que vestía con una camisa blanca y una faldita tableada roja al más puro estilo colegiala. La blonda de sus medias se asomaba traviesamente cuando, en ocasiones, movía las piernas al conducir.

Llegamos a su casa, un precioso duplex en las afueras y me ofreció a la anunciada copa de vino. Disfrutamos volviendo a charlar de nuestro hobbies, pero nuestras mentes traviesas conducían nuestra conversación a aspectos más íntimos y dejaba entrever un deseo mutuo que iba creciendo más y más por momentos.

Cuando dijo:

-¡¡¡Pero si no te he enseñado la casa!!!!

Me guió a la segunda planta y mientras subía las escaleras de caracol yo dejaba espacio detrás de ella mientras me deleitaba mirando sus medias bajo su cortita falda de colegiala, mientras ella, consciente de la situación, disfrutaba sintiéndose observada y cada vez más deseada.

Me enseñó su habitación y el tonteo crecía hasta sus límites mas peligrosos pero a los dos nos apetecía seguir jugando.

Así hicimos, volvimos al salón, tomamos una y otra copa de vino mientras nos íbamos acercando más y más hasta que comenzamos a besarnos.

Fue como un banderazo de salida, nos comíamos el uno al otro, besábamos nuestros labios, nuestros cuellos y nuestras manos jugaban recorriendo nuestros cuerpos.

Cuando introduje la mía bajo su falda y ella esperaba que presionara con firmeza su sexo... no la toqué, cogí sus braguitas y de un tirón se las bajé hasta medio muslo. Comencé a tocarlas, estaban empapadas y le contaba como estaba mojando mi dedo en ellas.

- Joder, es que me tienes empapada....
- Mmmmmmm me gusta tenerte así...
- Tú eres un cabronazo.... me tienes salida como una perra... se nota que te gusta jugar...
- Mucho..... – le decía mientras mis dedos resbalaron dentro de ella.

Gimió mientras en su cara se esbozaba una preciosa sonrisa de placer y en la que se leía.. “Por fin”.....


Se dejó llevar, se abandonó a mis besos, a mi mano presionando con fuerza sus generosos pechos y a mis dedos abriéndola y empapándola aun más. Así permaneció dejándose hacer unos minutos hasta que de repente me frenó en seco, me sentó y me miró fijamente a los ojos. La carita de niña buena se había transformado en la cara de una mujer viciosa dispuesta a todo.

Se sentó encima de mí, abrió mi pantalón dejando mi polla al aire, dura, erguida, deseosa de sentirse caliente y húmeda dentro de ella.... justo en el momento en el que esperaba que se la metiera comenzó a frotarse. En esta ocasión, la sonrisa traviesa de su cara decía.... “Ahora vas a sufrir tu cabrón”. Cuando comenzó a restregarse contra mí, notaba como me empapaba, me estaba volviendo loco, viéndola con su preciosa melena rubia, sus ojos verdes y ese aspecto de colegiala viciosa frotando su coño contra mi polla. La sentía dura, palpitando, deseando meterse dentro de ella. Me miraba desafiante, sabiendo que en ese momento era dueña de mi deseo y que me tenía a su merced.

Quería que se siguiera frotando, me gustaba sentir cómo me empapaba mientras la cogía con fuerza del culo cuando de repente cogió mi polla con su mano y se la introdujo de golpe, hasta dentro.....

Estallé en un gemido, la locura se apoderaba de mí, y cogiéndola en vilo la voltee dejándola tumbada en el sofá mientras la embestía con fuerza, con la rabia contenida del deseo con el que ella había jugado. Levantaba sus piernas para llegar mas dentro aun, ella gritaba de placer, se retorcía mientras yo empujaba cada vez con más fuerza hasta que sus gemidos anunciaron el orgasmo en el que estalló mientras me clavaba con fuerza sus uñas.....

Nos dejamos caer exhaustos y entre risas hablábamos de lo curioso e improvisado de nuestra cita....

Decidimos acomodarnos en su habitación, refugiados bajo su manta charlábamos aun cuando acariciando acariciando......

- Joder, si sigues empapada....
- Lo sé, no se porqué... me pones muy cachonda....

No pude evitar volver a tocarla... pero ahora deseaba saborearla... disfrutar su excitación en mi boca... y así hice...

Comencé a recorrer sus labios con mi lengua, suavemente, degustando el tacto y el sabor de cada uno de sus labios, rozando su interior, rozando su clítoris pero sin llegar a jugar con él. Beatriz se revolvía, se movía, intentaba ofrecerme su coño, acercármelo para que comenzara a devorarlo, pero yo quería seguir con calma, deslizando mi lengua, mis dedos...

Mi excitación también iba creciendo y deseaba volver a ver como se corría. Mi boca cubrió por completo su coño absorbiendo, saboreando, succionando... Cada vez lo hacía con más ansia, con menos cuidado, con el deseo creciendo y deseando que se corriera para volver a penetrarla una vez más....

Mis dedos entraban y salían cada vez mas rápido mientras mi lengua se movía frenética en su clítoris, robándole gemido tras gemido...




Volvió a correrse. En esta ocasión no esperé, no continué lamiendo hasta que el placer fuera tan insoportable que tuviera que retirarme, en el momento que se corrió me levanté y la penetré de golpe, volvió a gemir, y yo volvía a sacarla entera para volver a meterla de golpe una y otra vez...

Me retiré y cogiéndola casi en volandas la puse a cuatro patas para volver a follarla como la perra que era. Giraba su cabeza y me miraba viciosa...

- Folla cabrón... fóllame... joder... así no aguanto mucho.. me voy a volver a correr....

Y así fue en seguida volvió a estallar en un nuevo orgasmo, orgasmo que lejos de relajar la pasión de Beatriz parecía excitarla mas aun...

- Fóllame el culo!!!!

No la hice esperar, abrí su culo con las manos y metí mi polla, con cuidado al principio y con más fuerza y vicio en cuanto su primer gemido anunciaba su predisposición...

Me miraba y me pedía más...

- Córrete.. córrete.. damelo por favor, lo quiero.....- Me decía con voz de putita...

Me estaba excitando tanto verla tan morbosa que no tardé en correrme sin controlar si gemía o gritaba....

Continuamos la noche igual, follando, descansando cinco minutos y volviendo de nuevo a entregarnos a nuestros deseos hasta que caímos rendidos casi al amanecer.

Justo cuando cerraba los ojos comencé a oír mucho tráfico, pitidos....

- Vaya trafico que hay en este pueblo no? .- Le dije entre sueños.
- Si... si.. .- Me respondió ella igual.


Al rato después de despedirme de ella para ir a trabajar, baje a buscar mi coche y........
No estaba!!!!!!!!! Todo el jaleo anterior era por culpa de mi coche. Lo había dejado mal aparcado con la intención de poder ver a Beatriz cuanto antes. La grúa se lo había llevado por lo que comenzó una nueva aventura, recuperarlo...




domingo, 16 de noviembre de 2008

UN POLVO


- Come!!! – Me dijo sin dejar tiempo si quiera a que la besara.

Inmediatamente hundí mi cabeza entre sus muslos. Aunque quería tomarme mi tiempo no pude, no fui capaz de comenzar a excitarla lentamente, no tuve más remedio que comenzar a devorarlo, sabía y olía como a mi me gusta. Estaba excitada, tanto que mi gusto y mi olfato lo agradecieron hundiéndose aún más en ella para no perderse ni una sóla sensación.

Cogió mi polla y empezó a acariciarla lentamente, sabe que me vuelve loco sentir como la recorre con suavidad, sentir sus dedos revoloteando y poniéndola dura como una piedra. En seguida abandonó las caricias lentas y suaves para cogerla con más fuerza de arriba abajo y presionando el capullo de manera que hacía que se lo devorara frenéticamente

En otras ocasiones me gusta tomarme mi tiempo, excitar lentamente, jugar con mi lengua e ir excitando más pausadamente antes de soltarme. Pero sentirla tan viciosa, tan deseosa de sexo me estaba volviendo loco, lo suficiente como para no perder tiempo, y entregarme a lo que los dos deseábamos, SEXO. Mi mano inmediatamente abrió su culito, mi dedo jugaba en él, sólo la puntita, pero lo suficiente para ver como cada vez que jugaba aumentaban sus gemidos. En seguida, con la otra mano, empecé a meterle los dedos en el coño completamente empapado. También respondía con el movimiento de sus caderas, notaba como la excitación en ella crecía rápidamente, tanto como en mí, sintiendo como aceleraba el movimiento de su mano en mi polla.

Enseguida empezó a revolverse estallando en un orgasmo brutal, se retorcía, buscaba separarme, hacerme parar, que dejara de lamerla, que la sacara los dedos, pero yo me rebelaba e intentaba continuar. Cuando parecía que iba a parar lamía de nuevo su clítoris o movía nuevamente mis dedos frotándola suavemente, notaba como su orgasmo, cuando parecía finalizar, volvía una y otra vez, con más intensidad en cada ocasión. Ella se revolvía cuando podía, ya que en otras ocasiones quedaba tendida y completamente exhausta.

Por fin, lo consiguió, me detuvo en mi cruel deseo de continuar proporcionándole placer.

Cuando inmediatamente me situé entre sus piernas, todavía tenía la respiración entrecortada, aún se le escapaba algún gemido, y un escalofrió la estremeció cuando sintió mi polla completamente excitada resbalar sobre su clítoris. Se retorcía una y otra vez y yo me aprovechaba de ello, frotándome contra ella, empapándome en sus fluidos...

La penetré sin cuidado y de nuevo volvió a correrse. Lo cierto es que yo no me explicaba qué estaba pasando, no sabía si es que seguía aún con el primer orgasmo, si eran coletazos de ese, o si se había corrido dos veces más. El caso es que la veía excitada como nunca, incapaz de parar de correrse y no iba a ser yo quien desaprovechara la oportunidad de disfrutar todo ese placer brotando de ella.

Movía mi polla con cuidado, fuerte, iba cambiando y en cada embestida, notaba un nuevo orgasmo. Me movía hacia arriba procurando rozarla el clítoris mientras entraba, me colocaba hacia atrás haciéndola notar como toda mi excitación entraba recta, directa, completa. Al sacarla me gustaba tocármela, sentirla empapada por sus fluidos, mojando mi mano en ellos y restregándolo por su culo.

Se corrió una y otra vez, me tenía tan excitado que no pude evitar correrme rápidamente dentro de ella, sintiendo como derramaba todo el deseo que mi cuerpo contenía en su coño, explotando y dejando estallar todo el deseo y el morbo que estaba sintiendo. Los dos nos corríamos al unísono, sentía como clavaba sus uñas en mí mientras yo gritaba muerto de placer.

Era la primera vez que nos corríamos juntos, aunque lo cierto, es que en este momento, no era difícil, ella, no había parado de correrse.

En esta ocasión, el antes y el después...... importan?.





domingo, 2 de noviembre de 2008

Una jovencita.

Después de unos días hablando por fin nos decidimos. Era un día de diario, pero la conversación ya habÍa alcanzado los tintes necesarios para que la cita se convirtiera en inmediata e irremediable.
Carla tiene 18 añitos recién cumplidos (al menos eso me dijo...), su cara combinaba perfectamente la inocencia de su edad con el morbo que llevaba dentro y que podía leerse en su cara, evidentemente cuando ella quería. En nuestras conversaciones había podido notar como se desenvolvía a la perfección en el juego del erotismo, de la excitación encubierta. Sabía perfectamente cómo manipular la imaginación de un hombre y llevarle al terreno que ella quería.
Charlando sobre fantasías y experiencias me dejó entrever una cuenta pendiente: - Algo que nunca han conseguido es que me corra haciéndome algo. - ¿Haciéndote qué? - No pienses que te lo voy a decir. - Tendré que averiguarlo y conseguirlo. - Eso han dicho ya otros... - Ya, pero creo que sé que puede ser, y soy bueno en ello. - Insisto, eso ya me lo han dicho otros... No habíamos concretado cual era el plan, pero por conversaciones anteriores supuse que iríamos a tomar algo para conocernos mejor.
Mientras conducía afianzaba mi deseo de aprovechar ese tiempo para seducirla. Al llegar la esperé dando un paseo por su calle mientras ella bajaba, por fin nos vimos y nos saludamos, no estaba pensado, hablado ni previsto, pero un suave beso en los labios fue el comienzo de la noche.
Carla lucía el aspecto de una jovencita coqueta, con vaqueros bien ceñidos que dibujaban a la perfección unas piernas preciosas, un top que insinuaba de manera generosa sus perfectos pechos y una preciosa melena ondulada y negra como el azabache. Cuando subimos al coche encendí el GPS con intención de que me avisara de los “limites de velocidad” para evitar multas. Carla me pregunto de una manera sorprendentemente espontánea:
- ¿Para ir a tu casa necesitas el GPS?
Me dejó sorprendido y no quise entrar en los detalles de porqué daba por sentado que iríamos a mi casa y menos cuando veía en ella una intención clara y evidente de lo que pretendía esa noche, de cual era su deseo.
Cuando llegamos a mi casa abrimos una botella de Amaretto y nos servimos primero una copa y después otra mientras charlábamos, reíamos y continuábamos seduciéndonos, jugando el uno con el otro. Guiábamos la conversación, si, la guiaba yo, pero ella también hacía gala de una gran destreza. Lejos de dejarse llevar o de facilitar de manera apresurada sus intenciones aunque evidentes, jugaba a acercarse, a alejarse, a acercarme a alejarme...
La conversación iba subiendo de tono, yo me iba fijando en sus “guiños”, hacia donde guiaba la conversación, su forma de mirarme, su forma de acercarse... Cuando resultaba no sólo evidente, sino inevitable me dispuse a besarla y....
- ¿Qué haces? – Una sonrisa enorme se esbozó en su cara mientras con una mano en mi pecho frenaba de manera inequívoca mi atrevimiento.
- ¿Y eso? – Pregunté imaginando de que se trataba...
- Das mucho por supuesto ¿No crees?
El juego había cambiado, Carla quería llevar las riendas, tenía una intención muy clara y quería jugar aún más, quería desesperarme hasta el punto en que no pudiera aguantar más. Así, los dos conscientes de que sólo hacíamos tiempo jugando a quien reventaría antes. Continuamos charlando, aumentando más la temperatura de nuestra charla, compartiendo impresiones sobre experiencias, fantasías y deseos. Incluíamos que deseábamos el uno del otro.
Estábamos sentados en el sofá de mi salón y ella reposaba sus piernas sobre las mías. Mis manos jugueteaban con su rodilla, con su muslo y de manera muy medida jugaba a acercarse cada vez más a su ingle. Me entretenía entre los alrededores para luego bajar a la rodilla. En algún caso me incorporaba haciendo intención de inclinarme sobre ella pero luego volvía a acomodarme.
El juego continuó hasta que mientras yo hablaba de no sé qué Carla me interrumpió con un evidente desinterés sobre mi charla.
- ¿Es que me vas a dejar así? Coincidieron nuestras miradas y nuestras sonrisas, me acerqué a ella
- ¿No era lo que querías?
- Eres un cabrón.
- Y tú eres una putita que te gusta jugar a niña dura ¿no? – La dije mientras mi mano ahora ya de manera descarada, presionaba entre sus piernas robándole el primer gemido de la noche...
Comenzamos a besarnos, sus manos recorrían mi cuerpo, buscaron de inmediato mi erección, los juegos, los preliminares, ahora ya no tenían sentido, nos habíamos excitado lo suficiente como para que lo único que deseáramos fuera sexo, sexo ya.
Retiré su top sin ningún cuidado buscando saborear sus pechos duros y excitados, quité sus pantalones de manera apresurada, buscaba llegar a ella, tocar lo que sabía que encontraría, la humedad de su excitación. Mis dedos no entraron, más bien resbalaron dentro, Carla comenzaba a gemir más y más y comenzó a retorcerse cuando mi lengua rozó por primera vez su clítoris.
Me volvía loco ver como esa jovencita se retorcía de gusto como una verdadera puta con mis dedos y mi boca devorando su coño. Cada vez metía los dedos más dentro, cada vez lamía con más ansia. Carla se encontraba tan excitada que no sólo mojaba mis dedos sino que su humedad se derramaba por su culito. No tarde mucho en tener que sujetar sus muslos mientras ella en medio de un gran orgasmo, trataba de zafarse de los labios que aprisionaban su clítoris.
- ¿Joder, es vedad lo que me decías..... eres muy bueno!!!!! – Me dijo cuando por fin permití que recuperara el aliento por unos breves instantes. Su cara aún sin recuperar me excitaba, tenía ante mí a una jovencita viciosa, vendida a mis deseos.
Gimió cuando sintió como la penetraba de golpe, cuando su coño más sensible se encontraba.
- No sabía que fueras tan zorra, te ha gustado jugar conmigo ¿eh....?
- ¿Zorra yo? Tu si que eres un cabrón!!!! ¿Te gusta follarte a una jovencita como yo verdad? Te gusta pervertirla y volverla toda una puta ¿verdad?
- No ha sido difícil, tú eres una putita, una putita de esas que les gusta ir excitando tíos. Seguro que te gustaría ir por la calle con tu minifaldita y provocar a un cabrón para que te acabara follando en cualquier esquina ¿verdad?
- ¿Ves como eres un cabrón? Estás pervirtiendo a esta inocente niña, la estás haciendo una viciosa....
Verla en su papel de jovencita pervertida me estaba volviendo completamente loco, sentir como se volvía más y más viciosa, como se disfrutaba y se desenvolvía a la perfección en su papel me excitó tanto que estallé en un orgasmo brutal mientra la gritaba.
- Toma Zorra!!!!! Puta!!!!!!!
Había estado con mujeres que jugaban a ser jovencitas, con jovencitas que querían jugar a ser mujeres experimentadas, pero nunca habia disfrutado tanto con una niña que lo único que hacia era desarrollar a la perfección su propio papel.

domingo, 12 de octubre de 2008

Mi venganza (Aportacion de Laura)





El sms decía: “Aunque hemos quedado a las 17h, me gustaría que llegaras 10 minutos tarde. En fin, que me gusta que me hagan esperar. Apartamento 527. Cuando llegues encontrarás en el pomo de la puerta un antifaz, te lo pones y llamas”.

No podía negar que tenía un gusanillo en el estómago. Pero también era cierto que no tanto como otras veces, con otros hombres. No podía decir porqué, pero también sentía cierta confianza.

No era la primera vez con aquél chico, pero la vez anterior fue a la inversa. En aquella ocasión era ella la que tenía los ojos vendados y no podía ver nada. Y….además, aquél primer día, estaba acompañada por su novia. Lo cual añadía un grado de seguridad.

Hoy le tocaba a él. Ella podría verlo, pero … tampoco vería sus ojos, su expresión. La duda seguiría estando allí. Esto tenía visos de convertirse en un hábito que ….. por otra parte tampoco estaría mal…hubo incluso un momento en que ella lo sugirió….”….te imaginas que nos viésemos siempre así, sin vernos del todo”

Era la primera vez que hacía algo así. La primera vez que quedaba con un hombre desconocido. Donde él se encontraba con los ojos vendados, y ella, ella…..dirigía toda la escena.

También le gustaba pensar en que él se arriesgaba. Iba a estar casi con una desconocida, a solas y con los ojos vendados….

Cuando abrió la puerta….. le gustó lo que vio….le gustó y mucho. Alto, pero no demasiado. Joven, pero no demasiado. Pelo castaño, algo largo. Delgado, lo justo. Después descubriría que atlético, y …. también lo preciso. Pantalón gris oscuro, camisa gris oscuro, nada de corbata (probablemente en el bolsillo, que ella no miraría), y americana, también oscura…Sí, definitivamente le gusta….y mucho…

Le coge de la mano. Trataba de transmitirle seguridad. “No tengas desconfianza”, “Yo en tu lugar tendría miedo”, “Eres atrevido”, “Todo va a salir bien….”

Se acerca a su cuerpo. Despacio. Quiere que él sienta como su cuerpo se aproxima. Acerca su cara a la de él. Acerca su boca a la de él. Busca sus labios. Despacio. Más despacio todavía, cierra los ojos…..por fin, ahora si, ahora ya,…. reconoce sus labios, sus besos….ahora si es él…

Huele bien, muy bien. Es de nuevo un buen principio. Para ella es importante el olfato. Necesita sentir de entrada un buen olor. El primer contacto siempre le entra por el olor. No necesita un olor a perfume o a colonia. Le gustaba sentir un olor agradable. Y él lo tiene…..

- ¿Tu también recuerdas mi labios, mis besos?
Él sonríe…

- Pues claro. No los había olvidado.

Ella toca su pelo, su nuca. Pasea sus manos y sus dedos por su cara, su frente, sus mejillas, envuelve su barbilla en su mano….tal y como a ella le gusta hacer. Es un gesto de posesión. Y piensa: “ahora eres mío. Yo te acerco y te alejo a mi cara, a mi boca, a mi cuerpo….”

Él quiere saber como es el entorno.
- Descríbeme el lugar. Qué hay a cada lado. Para que me sitúe…

Le gusta. Es inteligente. Es una composición de lugar. Busca marcos de referencia. Busca estar menos perdido.

Le coge la mano y lo lleva al centro de la estancia. Le va describiendo lo que hay a cada lado. Le ayuda a sentirse cómodo….




Vuelve a coger su mano, cruza sus dedos con los suyos. Lo lleva a la pared del fondo y allí lo inmoviliza. Pega su cabeza a la pared y vuelve a acercarse a él despacio. Piensa “Yo te llevo, yo te muevo, yo hago todo para que tu me desees…”

Él también confiesa:
- Para mi también es la primera vez que estoy con los ojos tapados con una mujer que casi no conozco.

- No me lo creo, pero da igual. Ahora te voy a desnudar. Poco a poco. Quédate ahí pegado. Yo hago….

Antes de quitarle nada …. toca su paquete….joder, qué suave, y ya está empalmado….ummmmmm. Desabrocha el cinturón y ….antes de quitar los pantalones, mete la mano dentro y…… ¡¡¡¡sorpresaaaaa….!!!!, no lleva slipssssss………..diosssss que suerte, justo una de las cosas que más le gusta a ella.

- Pero bueno, como vienes asíiiiii??? Tu lo que quieres es impresionarme…..

- nunca llevo ropa interior. – Responde él


Ella acaricia su polla, suave. Por fin, ahora si, ahora ya, ….vuelve poco a poco a reconocer su cuerpo.

Le quita los zapatos. Le quita los calcetines. Le quita los pantalones. Todo lo que ve, le gusta. Finalmente le quita la camisa, y si…..también le gusta. Le gusta mucho lo que por fin…..puede ver…..Y se lo dice.

- Mmmm si tienes tabletitas…- Y los dos estallan en una sonora carcajada.

Se distancia. Lo deja allí, desnudo, pegado a la pared y se aleja, se va al sofá que hay justo enfrente y se queda un rato observándole. Paladeando la situación….. Y hablan sobre su cuerpo. Y se ríen….

Él le confiesa que le gusta que la situación sea así. No pasando deprisa y rápido al sexo….

Ella le pregunta:

- ¿Quieres ayudarme a desnudarme?
- Claro.
- Déjame que vea el color de tu vestido….solo el color, me levanto la venda un poquito…¿verde?, pero si estaba esperando en la cafetería de enfrente y te juro que no he visto entrar a ninguna mujer de verde….

Coge su mano y junto con la suya empiezan a quitar el cinturón que rodea su vestido verde, sin botones, solo cruzado alrededor de su cuerpo. Él descruza su vestido, se lo quita y……ummmmmm

- Yo también acostumbro, a ir sin ropa interior, y …. especialmente hoy, ¿te ….gusta?
- Mucho, ….algún día jugaremos con eso…..
- Vale, pero de momento juguemos con lo que tenemos…..


Se acerca a él. Se pega a él. Quiere sentir su polla dura pegada a su cuerpo. Cálida. Se restriega contra él ……diosssss como le gusta eso…..mientras le besa, siente que se va a correr….es tan suave …. Y no se lo esperaba así….Se lo dice…..y aún sin acabar la frase…..mientras él pone su mano en su coño….se corre, despacio, …..se pega a él…, le besa….ummmmm diossss qué bien…..

Ella sugiere:
- Ven. Voy a hacer algo que me gusta mucho. Te voy a llevar junto a un mostrador que hay en la zona de la cocina. Te voy a poner encima, y te voy a besar, acariciar, chupar todo el cuerpo. Te apetece?.
- Joder!, que si me gusta?, la idea me vuelve loco…..

Le acerca un taburete alto, le ayuda a subir hasta allí y lo tumba, todo lo largo que es, con la espalda pegada a ese mostrador. Allí lo tiene, con los ojos vendados, desnudo, como un pastel encima de la bandeja. Y …..golosa, vuelve a alejarse para verlo con cierta distancia….joderrrr como disfruta de cada instante…..

Empieza a besar su pecho, sus hombros, sus brazos sus manos, su vientre, su pubis, sus nalgas, sus pantorrillas, sus pies….Sube sus pies hacia arriba, haciéndole doblar las rodillas. Desde esta posición puede ver su culito. Besa sus muslos por dentro….Le oye gemir….sabe que le gusta….Le hace bajar hacia ella, de modo que ella pueda meter su cabeza entre sus muslos….lo tiene justo enfrente, abre sus muslos, y entonces si, ahora si que tiene fácil acceso a su culito. Pone mucha saliva en el dedo de las de su mano derecha y poco a poco, mientras sigue lamiendo la parte interna de sus muslos, va deslizando su dedo hacía adentro.

Mientras, le pregunta:
- Esto también te gusta….?

Antes de escuchar la respuesta, escucha su respiración…..sí, rotundamente le gusta.

Mientras tanto, con la otra mano, le acaricia. Aquél miembro viviente, se va encabritando con espasmos bajo la punta de sus dedos. Lo manosea, lo coge con fuerza, lo aprieta….disfruta teniéndolo cogido así, por “los huevos”… Su verga está caliente, la mira como si de un simple objeto sexual se tratase, consigue que este primer tocamiento se transforme en verdadera dominación y le autorice a cualquier tipo más preciso de masturbación….

Quiere chupársela, pero no es la posición más cómoda. Le sugiere cambiar de postura y lo lleva a la cama.






Lo tumba boca arriba.... La “reina de las chuponas” hace su aparición… Busca con él una locura cómplice, por encima de la técnica. Pasa con verdadera obscenidad su lengua estirada por la punta de su glande, despacio, lamiéndolo, cerrando y abriendo sus labios sobre aquél sombrero, cosquillea por su corona, palpa con la yema de los dedos su base y allí dirige sus labios, rodeándolo y mordiéndolo a la vez. Toca su flauta como un instrumentista virtuoso. Y de pronto se la mete toda dentro de su boca, “garganta profunda” hasta el fondo, y …se para….. con picardía sobre ella….cuando casi no puede respirar, la saca de un golpe, para enseguida volver a metérsela despacio, girando sobre su propio eje…..diosssss él parece transportado, pero ella, lleva un rato volando…..

Ella quiere descansar. Se para. Se tumba en la cama….


Él se tumba sobre ella. Busca su boca. La besa despacio y dulcemente. Sube sus manos hacia arriba, como inmovilizándola y busca su coño. Quiere entrar y ella está loca por que lo haga….todo resulta tan suave…, tan dulce…., todo es distinto. Claro, ahora se da cuenta….!!!!!!

…Y es entonces cuando se lo dice:
- Esto no se parece nada a la vez anterior. Aquél día estabas más bestia, más animal, más visceral…Porqué hoy es diferente?, me gusta, pero porqué este cambio?
- Me gusta cambiar. No busco, ni tengo un modelo de actuación. En cada ocasión es diferente. ¿Qué opinas?
- Opino que está de puta madre,…. opino que estás de puta madre, …..opino que estoy de puta madre…..

Joderrrr, como le gusta tener aquella polla dentro, tan, tan, plácido, tan delicioso….y vuelve a correrse, diosss qué dulce, se corre despacio, y antes de acabar, otra vez, y otra…..Él no para de hablarle al oído, de decirle cosas, que luego ella no recordará, pero tenerlo encima, moviéndose así, para ella, para los dos. Ella también habla….Piensa que él también está a punto de explotar, pero no….La cambia de postura. No se cansa. La pone encima de él.

Ella se la clava sin vacilación. Antes de empezar a moverse, vuelve de nuevo a correrse. Diosss que le hace ese hombre, que la vuelve loca….está flotando es casi como, como, como…..con…..

Y entonces se acuerda….sí, es el momento, este es el momento….

- Harías una llamada si te lo pido?, así, mientras me estás follando?
- Claro
- Yo te marco, pregunta por Álvaro, se pondrá él. Dile lo golfa que estoy. Lo suave que estás conmigo. Cuéntale como me gusta estar así contigo, poniéndole los cuernos….

No lo puedo creerrrrrrr……... ¡!!!!!!!Sin dudar ni un solo instante, sin cortarse ni un ápice, coge el teléfono y se pone a hablar con Álvaro.

….Y no es que le diga lo que yo le he dicho, es que improvisa y añade su propio guión. Este hombre tiene vida propia…

De pronto me sacude dos sonoros azotes en el culo. Diosssss es ….. la pollaaaaa, me vuelvo a correr, me gusta….me gusta mucho…..también sabe sacudir…

Me pasa el teléfono y oigo una voz casi descompuesta que me pregunta:
- ¿Te gusta lo que te hace zorra?
- Si, mucho.
- ¿Cuánto es mucho, puta?
- Mucho es tanto como contigo….
- Díselo, dile que te gusta follar con él, tanto como conmigo!
- Vamos!, Díselo ya!, quiero oírlo!
No puedo articular palabra.
- No me oyes!!!, díselo ya!!!
Sin saber como, mi boca empieza a moverse. Me muero de vergüenza….
- Travieso, me gusta follar contigo, …..tanto como con él….
Y la voz vuelve a preguntar:
- ¿Podrías enamorarte de él?
- Creo que sí.
- Díselo
Pienso. Cómo voy a decirle eso…, eso no lo puedo decir….
- Díselo!!!
Mi boca vuelve a moverse, esta vez con voz todavía más suave:
- Sabes, Travieso, me gusta tanto follar contigo así… ,creo que podría enamorarme de ti….
La voz del teléfono dice:
- Olvídate de que existo. No quiero volver a verte.
Mi cuerpo se estremece. Se lo digo a Travieso. Nos quedamos un rato quietos, sin movernos.

Pero yo quiero su leche. Y no voy a acabar la sesión, no me voy a ir de allí sin ella….

lunes, 22 de septiembre de 2008

Regresando


Volví hace un mes de mi viaje. Este verano he repetido destino, Tanzania. El año pasado el país me impactó lo suficiente como para pensar que eran tierras con mucho por descubrir. Después de conseguir mi primer reto, hacer cima en el Kilimanjaro (5.985 mts.) y recorrer el país desde el norte hasta Zanzíbar, pasando por el Lago Tanganika sólo con una mochila, regresé a España para tomarme una semana de descanso y buceo en la costa.


Me ha costado volver a la realidad de Madrid, pero poco a poco por fin voy sintiendo que ya estoy de vuelta.

lunes, 28 de julio de 2008

Un café


Esta mañana he salido a tomar un café. Lo he tomado con calma, disfrutando el tiempo y sobre todo, imaginando todo lo que me espera en este viaje.

El año pasado descubrí un país impresionante, Tanzania. Cuando volví, lo hice con la seguridad de que volvería para continuar descubriendo esas tierras llenas de vida y casi olvidadas por la civilización, esos paisajes majestuosos y cómo no, la posibilidad de vivir un sinfín de aventuras.

Este año me esperan nuevos retos y nuevos destinos. Volveré a vivir la naturaleza en plenitud, alejado de los destinos más turísticos, vuelvo con mi mochila al hombro sin tener claro aún el recorrido final, libre y dispuesto a coger los trenes que me lleven más lejos.

Espero poder compartir con vosotros parte de mi aventura en septiembre, hasta entonces os deseo que viváis lo mas intensamente posible.

lunes, 14 de julio de 2008

Jugando con desconocidos (II)



El desconocido comenzó a recorrer sus pechos, comprobando que esa chica vendada no recelaba, se quejaba ante su amiga, pero recibía cada caricia que él le ofrecía.

Lejos de comenzar a jugar con ella, nuestro amigo se dirigió directamente a su sexo, y volvió a sorprenderse al ver que no sólo no llevaba braguitas sino que, además, estaba tan empapada que su excitación llegaba a sus muslos. Sin vacilar introdujo dos dedos hasta dentro y comprobó nuevamente que las quejas que le hacía a su amiga no tenían nada que ver con lo que reflejaban sus gemidos y sus piernas abriéndose por completo.

- Ves cómo se deja? Bésala, es para ti...

Comenzó a besarla, a meter aún con más fuerza sus dedos y con más fuerza gemía cada vez Ana. Mientras decía:

- Ahh... Joder, que bien me lo hace, y que bien besa!!!! – tuvo que parar ante la nueva embestida del hombre que estaba aprovechándose de su cuerpo...
- Y que bien lo come!!!!!

El desconocido se había abalanzado a devorar su coño, lo saboreaba como si no hubiera tenido ninguno en años, quería beber toda esa excitación, mojaba sus labios en los de aquella viciosa desconocida que estaba entregándose a él, que estaba entregándose al primer cabrón que había pasado por la calle.

Empezó a meterle los dedos mientras lamía salvajemente su coño. Ana no tardó en correrse retorciéndose de placer. Su respiración comenzó a relajarse esperando el descanso merecido, pero no eran esos los planes de su amiga y su invitado.

Lejos de suavizar sus embestidas, comenzó de nuevo a lamerla con más insistencia, sus dedos la penetraban cada vez más dentro, y Ana de nuevo comenzaba a retorcerse de placer...

- Qué? Te dije que se dejaría o no? – Preguntaba Laura.
- Joder, es más puta de lo que me había imaginado. A esta me la quiero follar más veces, cuando vuelvas a Madrid dímelo, te pago lo que sea, este coño me está encantando!!!
- Claro que sí, te voy a dejar que te la folles siempre que quieras...
- Pero mírala que zorra es… cómo decía que no y como se deja…cómo se abre... Voy a bajar a llamar a mis compañeros de oficina, son cuatro, estos nos pagan 100 € cada uno por follársela.
- Noooooooo, pero que decís? Qué vais a hacer? Intentaba protestar Ana entre gemidos.
- CALLA ZORRA!!!!! Tu te vas a dejar hacer lo que queramos, no ves cómo disfrutas con el primero que pasa? Vamos a hacer de ti una buena putita...
- Pero Laura, de dónde has sacado este tío????

No pudo preguntar mucho más, Laura calló su boca ofeciendola su sexo y Ana no pudo hacer otra cosa que empezar a lamerlo con desesperación. Pasaba su lengua por sus labios, por su clítoris, estaba brutalmente excitada cuando gritó...

- Ahhhhhhh Joder que polla!!!!



El desconocido la había penetrado hasta dentro por sorpresa, empezó a follarla con fuerza, sus embestidas cada vez eran más salvajes.

Ana no podía hacer otra cosa que dejarse usar, la estaban follando brutalmente mientras su amiga le ofrecía su sexo en la boca.

- Me corro!!!! Me corro!!!! Volvía a gemir.....

En cuanto el orgasmo comenzó a decaer su invitado volvió a devorar su coño…

- Pero bueno!!!! Es que no se cansa, ahhhh, no puedo más, dile que pare... dile que pare...

Ana se revolvía mientras entre Laura y el desconocido sujetaban con fuerza sus brazos. No tenían intención de acceder a sus peticiones, querían llevarla a la desesperación, volverla loca de placer.

- No puedo más... no puedo más, dile que pare por favor...

En ese momento se tomaron un respiro, ambos besaron a Ana suavemente, es como si con esa dulzura quisieran decirle, descansa... calma... shssss.

Se tumbaron a descansar. Charlaron sobre cómo Laura había salido a la calle, cómo le había dicho que subiera, y lo sorprendida que aún estaba Ana, quería verle, pedía insistentemente a su amiga quitarse el pañuelo hasta que...

- Y no te daría morbo no ver al tío que te ha follado? – dijo el invitado.

A Ana le gustó la idea y desde ese instante no volvió a insistir.

En ese momento llamó su novio, y se puso a hablar con él por teléfono. Mientras Laura y su nuevo amigo empezaron a besarse. Él pudo comprobar cómo ella también estaba completamente empapada, durante poco rato, eso sí. Ella no tardó en comenzar a recorrerle con sus labios en una dirección concreta, su sexo.

Poco después Laura deleitaba a su invitado con suaves movimientos, recorriendo su polla de arriba abajo. Él gemía y ella mantenía con suavidad el ritmo, observando cómo él se volvía loco de excitación mientras subía la mano para volver a acariciar el coño de Ana que seguía hablando con su novio.

Le estaba contando todo lo sucedido, el desconocido del parking, el otro en el hotel, como quería traerle a sus compañeros de oficina, como iban a pagarla...

El novio se excitaba mientras ella le contaba, hasta el punto de comenzar a hacerle peticiones, suficientes para que ella se acercara al oído del invitado y le dijera...

- Me vas a abrir el culo cabrón?

No tardaron en colocarla en posición y empezar a penetrarla, él volvía a abrir su coño con fuerza, mientras con el dedo preparaba el que sería su próximo objetivo.

Penetró con fuerza su culo mientras ella pedía suavidad. Fueron pocos instantes ya que Ana no tardó en exclamar...

- Ya no me duele!!!!!

Mientras, comenzaba a moverse y a decir...

- Es todo lo fuerte que sabes dar cabrón?

Fue estímulo suficiente para que sus embestidas se volvieran brutales, su mano empezara azotar su culo y robara gritos y gemidos de Ana mientras continuaba narrando a su novio cómo la estaban sodomizando.

- Joder cómo me lo está abriendo y... y ... y... Qué cabrón!!!! Y ahora se para!!!! Y me lo hace despacio!!!! Cómo me gusta!!!! Y ahora vuelve fuerte!!!! Me corro... me corro...

Las embestidas, los azotes del desconocido y los dedos penetrantes de Laura, hacían que Ana convirtiera sus gemidos en un nuevo orgasmo


Mientras recobraba el aliento, Laura y su nuevo amigo se dedicaron por fin el uno al otro.

Desde que él subió a la habitación se habían dedicado a Ana pero entre ambos resultaba evidente una terrible atracción, un deseo de explotar juntos que en ese momento se hizo realidad.

Mientras Ana continuaba con su chico al teléfono, Laura tumbada ofrecía su sexo completamente empapado a los deseos de aquel desconocido. Él deseaba hacía rato ver cómo ella se corría y comenzó a devorarla, lamía su coño a veces con calma, y casi con maldad, a veces desbocado y desmedido como si quisiera destrozarlo, metía sus dedos con fuerza y ahora la tenia allí donde ella había querido tener a su amiga, sintiéndose viciosa, zorra, y eso era lo que él quería. La penetró de golpe mientras le susurraba...

- Voy a hacer de ti una puta, una puta de verdad, te voy a hacer lo que le has hecho a tu amiga, pero esta vez sin antifaz, para que puedas ver al cerdo que voy a subir para que te folle... Después te voy a llevar a la Casa de Campo para que te la metan por 20.....
- Tan puta crees que soy?
- Me da igual.... Si no lo eres voy a hacer que lo seas....


Los gemidos con los que Laura respondía a cada envite estaban tan descontrolados que Ana tuvo que avisar que, o bajaba la voz o les podrían echar de la habitación...

El aviso cayó en saco roto, Laura se estaba corriendo y gemía como la puta que en ese momento parecía.

En el ambiente de la habitación se respiraba morbo y sexualidad, sólo fueron necesarios unos momentos para tomar aire antes de que Ana y Laura comenzaran a dedicarse la una a la otra. Decidieron ofrecer a su invitado esa imagen con la que sueña todo hombre, entrecruzaron sus piernas y comenzaron a rozar sus coños entre gemidos cuando Ana recordó algo.

- Anda!!!! A que no sabes que llevo en el bolso?

Increíble, era un juguetito doble, era enorme y sin embargo, Laura con una gran destreza lo introdujo en sus coños, parecía que era imposible que entrara entero pero pocos instantes después era imposible verlo.

Laura comenzó a mover la cadera follando a su amiga, ella gemía y su invitado completamente excitado no podía evitar masturbarse ante esa sugerente escena. De vez en cuando le metía la polla en la boca a Laura que parecía querer comerse todo.

Ana volvía a correrse, a estas alturas habían perdido la cuenta de cuántos orgasmos había tenido. Pero no podía acabar ahí...

- Cómeselo…no la dejes descansar.

Los deseos del invitado no tardaron en hacerse realidad, y Laura comenzó a lamer el sexo de Ana que volvía a gemir de nuevo casi sin haber tenido tiempo de reponerse.

- No pares, no dejes descansar a esta zorrita. -

Las instrucciones del invitado resonaron en la habitación mientras se colocaba detrás de Laura. Comenzó a follarla lentamente, quería deleitarse con los gemidos de ambas, pero la excitación de esa imagen se apoderó lo suficiente de él como para que el ritmo se acelerara rápidamente. Le estaba dando tan fuerte que en ocasiones la obligaba a cesar en sus obligaciones para dejar escapar los gemidos que no podía contener.

- Sigue zorra!!!! No pares!!!! He dicho que no quiero dejar de oírla gemir!!!!

Le gritó completamente asalvajado mientras castigaba su culo con tres fuertes azotes que dejaron su mano marcada en él

Laura intentaba cumplir las instrucciones que recibía, pero cada vez que sentía la polla de su nuevo amigo hasta dentro no podía evitar parar de nuevo. Los azotes resonaban en la habitación otra vez...

Por fin los tres cayeron exhaustos. Comentaban lo sucedido y recordaban cómo se había desarrollado todo, cómo Laura le “captó” en la calle, cómo fue una sorpresa tanto para Ana como para el invitado que aún no daba crédito...

- Pero en el parking te ha llevado a otro? - Preguntó el invitado.

- Siiii!!! Ha cogido a un obrero y le ha dejado que me metiera los dedos... Joder que cachonda me ha puesto. Y cuando me iba a correr le ha dicho que se fuera...

Todos rieron por la situación, por lo inusual de ella y mientras Ana se relajaba en una ducha, Laura y él disfrutaron cómplices por última vez.

Cuando salió de la ducha el desconocido besó por ultima vez a Ana, en esta ocasión no fue un beso morboso, sino dulce y cálido...

- Ha sido un placer... bueno... varios...


Minutos después, nuestro amigo paseaba por El Retiro cuando recibió un mensaje de Laura.

- Ya se lo he contado, ha flipado!!! Ha sido un placer compartir tantos momentos tan morbosos y excitantes contigo. Eres un encanto. Besos de las dos.


Hacía tiempo que Laura y yo hablábamos por Messenger. En una de esas conversaciones me dijo que venía a Madrid y quería sorprender a Ana con algo morboso, excitante y distinto. Metiéndome en el papel de dos desconocidos y gracias a la complicidad de Laura conseguimos que los deseos de Ana se hicieran realidad.


lunes, 7 de julio de 2008

Jugando con desconocidos (I)



Ana esperaba su llegada. Laura le había dicho, días antes, que se sentía muy relajada últimamente, por lo que pensó que sería un encuentro cómodo y tranquilo entre ellas.

Después de recorrer durante toda la mañana Madrid, llegó el momento de tomar un respiro en el hotel y una vez en la habitación...

- Espérame aquí, voy a bajar a comprar algunas cosas – Le dijo Laura

Ana esperó en la habitación aprovechando para descansar después de la mañana que habían tenido. Laura no tardó mucho en volver.

- Listo, nos vamos?
- Vale – Respondió Ana.
- Sabes? Llevo todo el día cachonda pensando en lo guarra que querías sentirte... voy a hacer algo... deberás confiar en mí...

Salieron de la habitación, y en el ascensor Laura comenzó a besarla, le comentaba lo excitada que estaba y cómo le gustaría hacer alguna locura. Cómo le apetecía verla con un desconocido...

Días atrás, Ana, le había comentado las ganas que tenía de sentirse muy zorra, muy guarra, muy puta... y Laura se lo recordaba, comenzaba a meterle la idea en la cabeza de cómo le gustaría que un desconocido se aprovechara de ella.

Cuando el ascensor llegó al parking Laura sacó un pañuelo y la vendó.

- Estoy excitada... y quiero verte, quiero ver como el primer desconocido que pasa te mete mano, el primero que vea...
- Pero qué dices????? Es que has preparado algo???? Dónde me llevas??????

Ana estaba nerviosa, conocía el atrevimiento de Laura, su morbo desbocado y hasta donde podía llegar. De todas formas aún se encontraba tranquila, pensaba que todo esto se lo podía estar diciendo sólo para excitarla, seguro que no se atrevería a llamar a un desconocido.

Cuando llegaron al coche, Laura sentó a Ana en el asiento del copiloto y le dijo con tono firme...

- Espera aquí.
- Pero... A dónde vas? Qué vas a hacer? Laura por favor...

Poco después Ana podía oír como Laura volvía como se acercaba a ella de nuevo y como decía:

- Mírala, qué te parece? Te gusta?
- Joder!!! Que buena está!!! – Exclamó el desconocido que Laura había encontrado en las escaleras del parking.
- Tócala si quieres, puedes hacer con ella lo que quieras.
- Pero Laura!!!! Quién es este??? A quién me has traído????- El nerviosismo de Ana era evidente.
- Puedo tocarla donde quiera?- se aseguraba el desconocido.
- Sí, puedes hacer con ella lo que quieras.

Dejándose llevar por la situación, su invitado comenzó a acariciar la suave piel de la pierna de Ana, no se entretuvo demasiado, tenía ante él a una preciosa chica a la que le permitían hacer lo que quisiera y no tenía intención de dejar pasar semejante oportunidad, y menos, viendo lo atractiva que era esa mujer. Deslizó su mano por debajo del vestido, las piernas de Ana aún permanecían juntas.

- Le he encontrado en las escaleras, es un obrero que está trabajando aquí. Déjate... si te va a gustar...-

Mientras la mano de aquel extraño se iba acercando cada vez más a su sexo.

- Pero cómo me haces esto??? Quién es este tío??
???? Porqué le dejas que me toque.... ahhh. – Un gemido ahogó sus quejas.

Nuestro amigo había llegado por fin donde quería. Había visto como Ana comenzó a recibir sus caricias con las piernas cerradas, como según iba avanzando, su mano las iba abriendo levemente. Era evidente que era una viciosa, una viciosa que a pesar de sus quejas no podía evitar abrirse de piernas cuando un desconocido manoseaba sus muslos, pero lo que no se esperaba es que por muy zorra que fuera se pudiese encontrar con un coño tan mojado. Empapó su mano mientras seguía intentando quejarse.

- No le dejes!!!! Me esta metiendo mano un tío que no he visto.... Joder!!!! – dio un respingo – Pero que bien lo toca!!!! – sus quejas ahora se combinaban con gemidos.

El desconocido no sólo sobaba su clítoris, si no que, no tardó en meter su dedo hasta dentro dejando que su mano se empapara entera.

Ana ya sólo gemía, sus piernas se abrían más invitando a que su nuevo amigo se aprovechara más de ella. No podía verle, sólo oía a Laura hablar.

- Has visto lo puta que es? Has visto como se deja? Le esta gustando... chúpala, hazle lo que quieras.
- Joder!!! Joder!!!! Era lo único que alcanzaba a decir el afortunado obrero, mientras se lanzaba a devorar los pezones de Ana.
- Laura que bien me lo hace!!!! Joder como lo toca!!!! Y encima huele bien!!!!-
- Sabía que te iba a gustar... Sabia que te gustaría que te sobara el primer cerdo que pasara por aquí... eres una zorra y tú lo sabes...
- Me voy a correr!!! Este cabrón va a hacer que me corra!!!! – Intentaba decir Ana entre gemidos....
- No te corras!!!! No se te ocurra correrte!!!!
- Joder no me digas eso que me corro antes....
- Sí… sí... Toma... – Era lo único que se le oía decir al invitado con voz extremadamente lasciva.
- Me corro..... Exhalaba Ana entregada ya a los deseos de su desconocido.

Pero los planes de Laura estaban muy lejos aun de dejar que se corriera. No tenía ninguna intención de que el juego acabase ahí. Quería jugar con ella, pero no sólo un ratito, no solo un orgasmo. Quería verla entregada, zorra, lasciva, vendida a cualquier cosa que quisieran hacer con ella, y eso sólo podía conseguirlo desatando su deseo hasta traspasar sus límites

­- NO!!!!! Exclamó con voz autoritaria. NO QUIERO QUE TE CORRAS!!!! Tú, para, déjala ya.
- No... se va a correr la zorrita.. - dijo el intentando revelarse.
- QUE NO!!! QUE TE VAYAS, LARGO, FUERA.


La voz y el tono de Laura fueron inequívocos, no había lugar a más, el juego había acabado y el desconocido debía conformarse con el regalo que se había encontrado de manera imprevista, un regalo que a buen seguro podría recordar en sus noches de masturbación durante mucho tiempo.

Cómo no podía ser de otra manera se marchó.

- Y ahora porqué se va? Joder he estado a punto de correrme... puedo quitarme el pañuelo ya?
- No, me has puesto cachonda, te voy a subir a la habitación y voy a traerte al primer cabrón que encuentre por la calle para que te folle.
- Pero que dices????????


Poco después Ana se encontraba sola en la habitación, continuaba con el pañuelo puesto, y esperaba nerviosa, sus piernas se movían combinando el nerviosismo, el miedo y la excitación que aun resbalaba por sus muslos después de la experiencia vivida. Sintió como se abría la puerta, la voz familiar de Laura y... Oh dios!!!!

- Jajaja, vale, y ahora qué? De verdad no sé lo que quieres de mí – una voz masculina, de nuevo desconocida, irrumpía en la habitación.- Tu amiga donde est.... – la voz del nuevo invitado desapareció cuando vio la imagen de Ana. Una preciosa morena de pelo largo con vestido de vuelo amarillo y un tipo muy muy deseable.
- Qué te parece?
- Si la tienes vendada!!!!
- Sí, es para ti, puedes hacerle lo que quieras.
- De verdad?

Ana preguntó, y Laura le dijo que, simplemente, había bajado a la calle y fue el primer chico que pasó.

Nuestro nuevo amigo se acercó cuidadosamente, no podía creer lo que estaba viendo.
El juego volvía a empezar…

lunes, 23 de junio de 2008

El reencuentro





En una de mis noches insomnes, de pura casualidad, te encontré.
Y gracias a tu blog, sentí el deseo de crear mi propio espacio donde compartir contigo algunas de mis experiencias, como tú, sin saberlo, estabas compartiendo ya conmigo.
Yo te llamo Apolo. Si deseas saber por qué, o simplemente quieres saber algo más de mí, entonces, guarda mi secreto...
http://guardamisecreto.blogspot.com/2007/07/envidia-y-admiracin.html
Yo te estaré esperando.
Cire



Una noche de Octubre recibí este correo, como es evidente no pude evitar entrar a leer el enlace que me proponía.

En cada línea que leía mi sorpresa iba creciendo, me sentía participe de una historia casi de película, mi blog despertó su inquietud por compartir experiencias y fantasías, inmediatamente perdió mi rastro y me buscaba mientras yo desconocía su existencia. Me parecía inmensamente bonito, emocionante, entrañable…

Devoré todos sus relatos en una sola noche, volvía a leer el mail, volvía a visitar su blog... La curiosidad me invadía, con cada línea que leía me sentía mas identificado con esa mujer que derrochaba imaginación, que demostraba determinación, sensualidad y que hacia gala de una mente sorprendentemente abierta


Respondí a su mensaje y en ese momento comenzó nuestro juego. En cada mail dejábamos un halo de misterio, excitación, emoción y pretensión de continuar. Alimentábamos el deseo de conocernos, pero parecía que el destino no nos iba a dar ese capricho, al menos…durante meses.

Cire no es una mujer fácil de seguir. Sus publicaciones y sus mails pueden sucederse de manera vertiginosa o desaparecer de la manera más insospechada durante largo tiempo. Por un lado, deseaba tener respuestas ya, conocer mas relatos suyos, pero por otro me maravillaba esa libertad que demostraba publicando sólo cuando realmente le apetecía o contestando a mis correos cuando yo ya casi había olvidado que le había escrito uno.

Por fin llegó el día que tanto tiempo había esperado. Iba a conocer a esa mujer misteriosa, a esa mujer que había cautivado mi curiosidad.


La cita se preveía como una gran explosión de deseo contenido y más, tras los sms que intercambiamos durante todo el día, que no hicieron mas que añadir excitación al inminente encuentro.

Sin embargo la velada nos regaló un ambiente cómodo, relajado, muy alejado de la tensión sexual que ambos esperábamos.

Cenamos tranquilos, nos devorábamos con la mirada, con nuestras conversaciones, ambos deseábamos conocernos, saciar la curiosidad que tanto tiempo habíamos alimentado.

La seducción parecía querer esconderse, parecía querer mantenerse oculta, y charlábamos como dos amigos que han salido a cenar, sin embargo por oculta que quisiera estar, asomaba en cada palabra, en cada mirada, en cada acercamiento para llenar la copa...

Nuestra conversación navegaba desde nuestros viajes a nuestros trabajos, pasando por nuestras relaciones e incluso comenzando a discutir sobre lo conveniente o no de “hacerlo” en la primera cita.

Casi de manera inconsciente nuestros cuerpos fueron acercándose, los roces aunque intencionados, fluían con una naturalidad pasmosa. Nuestras piernas se entrecruzaban, nuestras manos comenzaban a jugar y lo hacían, como si nos conociéramos hace tiempo, no eran pasos a dar, simplemente surgía...

Nos encontrábamos tan cómodos allí que no fuimos conscientes de la hora, cerraban el restaurante pero para nosotros la noche no habia hecho mas que comenzar.

La excusa de tomar una copa en un local cerca de la Gran Vía, fue suficiente para dar un relajado paseo por Madrid hasta llegar al lugar donde volveríamos a brindar por nuestro deseado “reencuentro”

Al igual que en el restaurante nos volvió a sorprender la hora del cierre, por lo que retomamos nuestro divagar por las calles que parecían haberse vaciado para nosotros.

Mientras nos dirigíamos al parking comentábamos entre risas como el encuentro nos habia sorprendido por igual, como ambos esperábamos algo mucho más “sexual” y como sin embargo habíamos disfrutado de la comodidad, de la libertad de no tener que demostrar nada, de no estar obligados a sorprender... También volvíamos una y otra vez a retomar nuestra discusión...

Las paradas en nuestro camino se hacían mas frecuentes, mirábamos escaparates, y nuestros labios comenzaban a jugar entre ellos con un deseo contenido, el deseo de querer dejar pasar esa noche, de recordarla así, pero ese era un deseo enfrentado al que nuestros cuerpos nos pedían cada vez con mas insistencia.

Cuando llegamos al parking parecíamos haber conseguido nuestro propósito, dar esa noche por terminada y aprovechar el juego que podía darnos dejar el momento tan deseado para una segunda cita, sin embargo cuando subimos al coche nos besamos antes de irnos, nos volvimos a besar, una vez más... los besos se hacían mas largos, mas profundos, mas sensuales y mas sexuales.

Comenzábamos a excitarnos, pero recordábamos las frases dichas minutos antes..

- Que agradable la noche... parecía un encuentro más sexual y mira... me voy muy a gusto, no echo en falta nada esta noche...


Ambos jugamos a intentar mantenerlas...

- Sí, no necesito más, deberíamos irnos – decía yo mientras ella besaba mi cuello...
- Sí, tienes razón, la noche a estado bien así, no nos ha hecho falta nada más... - casi gemía Cire mientras mis manos jugaban peligrosamente entre sus ingles...
- Sí... Tienes razón... sí...- susurraba yo mientas nuestros cuerpos ya se frotaban...


Poco a poco fuimos abriéndonos camino entre la ropa para poder explorar nuestra excitación, esta era evidente en ambos. Jugábamos con ella, buscábamos abonarla, aumentarla, hacerla tan irresistible que el otro no pudiera aguantar más y se lanzara a sofocar el deseo de ambos. Jugábamos a provocarnos, ninguno de los dos quería “perder”, dar el paso.

Se había establecido un juego improvisado en el que todo valía, tocarnos, besarnos, lamernos, chuparnos, masturbarnos..... pero nada más. Queriamos provocar lo suficiente al contrario para que no pudiera evitar iniciar el acto final.

Nos tocábamos mientras nos provocábamos...

- Ufffff lo tienes empapado... tu sabes lo que quiere verdad?
- Sí...
- Dáselo...
- Y.... la tuya que quiere?
- Ya lo sabes...
- Porqué no se lo das?


Nuestros cuerpos acompañaban a nuestras palabras en la provocación, se acercaban. Cire subida sobre mí se frotaba, me mojaba, mi sexo presionaba el suyo acompañando cada movimiento de cadera que ella me ofrecía.

- Lo tienes cerca... dale lo que quiere..
- La tienes durísima, no la hagas sufrir...
- Quiere que se lo follen, que cruel eres...


No recuerdo, no estoy seguro quién fue, quién “perdió” o quién “ganó” no recuerdo quién dio el paso, sólo recuerdo como ambos gemíamos mientras nuestras caderas peleaban, se empujaban, se embestían de forma salvaje, mientras pensábamos en quien podría vernos, mientras dejábamos explotar el morbo y el deseo contenido durante tanto tiempo.

Esa noche terminó una preciosa relación en la distancia y comenzó una sincera relación de aprecio y deseo.

lunes, 16 de junio de 2008

En la distancia.



Que sorpresa más simple. Y es que si lo reducimos a lo absurdo, es así como podríamos definirla. Pero sin embargo, una sorpresa simple, o mejor dicho, sencilla puede ser un juego realmente emocionante e interesante.

Aunque reducida a su más mínima expresión, esta sorpresa constaba de los ingredientes necesarios para ser tratada como tal. Juego, seducción, desenlace incierto, y por supuesto, el tan apreciado factor sorpresa.

Estábamos pasando tres días de trabajo en Valencia, no estábamos muy emocionados ya que el frío de Enero se nota incluso allí.

Era jueves, Álvaro, mi compañero de trabajo, y yo decidimos salir esa noche a ver si encontrábamos animación. Encajamos muy bien, el desprende simpatía por los cuatro costados, un enorme y acertado sentido del humor siendo capaz de sacar el matiz que a todos se nos queda oculto en cualquier situación. Esta casado, y aunque intente provocarle cuando salimos por ahí, no me excedo, ya que está muy a gusto en su situación y no me gustaría desencadenar ningún suceso del que se pudiera arrepentir. En cualquier caso su simpatía le lleva a hablar fácilmente con las chicas y sabe perfectamente “regatear sin llegar a meter gol”.

Me estaba arreglando en la habitación del hotel cuando recibí un mensaje de Laura en mi móvil

“hoy vas a estar en algún sitio con alguien?... yo voy a salir a tomar algo. Te apetece que nos veamos en la distancia”

No pude evitar soltar una carcajada. Desde el principio me pareció una genialidad.

Laura aunque de origen francés llevaba mas de la mitad de su vida en España, y casi 5 años viviendo en Valencia. Habíamos hablado bastante por teléfono y teníamos ganas de conocernos, esperábamos que la situación “surgiera” y ella había propiciado en primer encuentro completamente fuera de lo normal además de completamente inesperado ya que me había dicho que esos días no estaría en su ciudad por motivos de trabajo.

La llamé de inmediato y entre risas, acordamos la zona y una hora aproximada.

- Yo no te conozco de nada -me dejó completamente claro sentando así muy bien las bases del juego.
- Se muy mala – le rogué.

Estuve tapeando con Álvaro, me encontraba inquieto, quería encontrar el rostro de Laura en cada una de las chicas que me cruzaba.

Nos fuimos a tomar la primera copa al LOCO CLUB, la gente de la empresa para la que trabajamos nos lo habían recomendado y así se lo hice saber a Laura.

“De momento estamos en el LOCO CLUB tomando la primera”
“Estoy cerca, si no llego a tiempo nos vemos en Aquarium”

Llegó.

Yo había tomado la posición idónea para poder ver quien entraba justo antes de que lo hiciera. Examinaba cada chica, buscando el que yo creía bonito rostro de Laura, hasta que por fin la vi llegar.

Su entrada fue triunfal, lo cual me vino muy bien para poder justificar después mis movimientos.

No se si me había visto o fue casualidad el motivo que la llevara a colocarse en la barra justo a mi lado, creo que fue lo segundo. Al pasar junto a mi nos miramos, pude ver en su cara la sorpresa reflejada, una mirada que desbordaba picardía y una sonrisa de complicidad que no estoy muy seguro si decía, ahora empieza el juego o... eres mío!!!

Por mi parte la miré travieso, y la ofrecí una sonrisa cómplice pero bastante discreta para no ser descubierto por su acompañante, mientras me daba cuenta lo equivocado que había estado respecto a su rostro. Laura es una chica terriblemente hermosa, a la que las fotos que me había mandado (a pesar de salir muy guapa) no le hacían ninguna justicia. Su sonrisa, la alegría que desprende serian capaces de hacer caer un imperio.

Al situarse en la barra, deslizó con una elegante soltura el abrigo por sus hombros, este caía por su esbelta espalda mientras dejaba al aire sus hombros desnudos, desnudo que caía vertiginoso hasta su precioso top de elegantes y discretas transparencias.

Estaba absorto en ella cuando:

- Me encantan las chicas que cuando se quitan el abrigo parece que no llevan nada debajo- Me sorprendió la voz de Álvaro.

A el tampoco le había pasado desapercibida, era imposible que lo hiciera.

Laura se situó cerca con su “amigo” y asegurándose que su línea visual apuntara directamente hacia mí, yo hice lo propio con Álvaro.

Nos mirábamos, aprovechábamos el despiste de nuestra compañía o su giro para coger la copa para dedicarnos una sonrisa cómplice, un “guiño”
No tardé mucho en escaparme para ir al baño, pasando por su lado, haciendo evidente mi destino y con ello, un mensaje claro para el que no hicieron falta palabras ni gestos “Te espero allí”

Esperé en la puerta del baño el tiempo prudencial para no levantar las sospechas de Álvaro pero... NO VINO!!!!!!

Fue en ese momento cuando me di cuenta de la situación. No, esta vez no soy yo, esta vez no soy yo quien juega, es ella quien esta jugando conmigo, es ella quien con un sòlo mensaje al móvil y unas sonrisas me ha arrebatado las riendas del juego, es ella quien va a jugar conmigo.


Volví junto a Álvaro quien me advirtió de los movimientos de dos preciosas chicas que estaban no muy lejos de nosotros,

- Se han quedado mirándote y cuchicheando entre sonrisas, señalándote cuando te has ido –

Me habría encantado incorporarlas al juego, tontear, seducirlas acercándome mucho a ellas, a su rostro o a su cuello mientras mi mirada se posaba en Laura tal como ella hacía cuando hablaba con su amigo o cuando le besaba.

Otro día, en otra situación, habría sido terriblemente certero, pero mi atención estaba rendida. No podía quitar los ojos de ella, no podía escaparme del juego de sonrisas y gestos que había provocado.

Laura estaba marcando muy bien las reglas del juego, las distancias de “hasta donde sí” y “hasta donde no”. Mi carácter rebelde buscaba saltárselas, por un lado me moría por iniciar una conversación con ellos, por otro quería dejar las riendas en sus manos, me sentía controlado, me sentía movido por ella, como me quería y donde me quería, y esa sensación era completamente nueva para mí.

A punto de irnos, volví al baño, mi mirada y mis gestos volvían a transmitirla un mensaje claro “VEN”

Mientras esperaba apostado en la antesala de los servicios y después de un rato que me hacía pensar que ya no vendría... Apareció.

Se acercó a darme dos besos y el roce en la comisura de mis labios del primero me llevo a la confusión de besarla en el segundo. Se retiró entre risas y con ademanes simpáticos de “noooooooo no hagas eso.....” cuando salió del baño me volvió a dedicar sus miradas picaras, una caricia en el brazo y volvió a desaparecer hacia su compañía.

¡¡¡¡Quería explotar!!!! Con esos sencillos gestos, me había atado, me había esposado, me sentía como el gladiador encadenado que quiere salir a la arena y tira de sus cadenas intentando romperlas. Así no soy yo, yo juego, avanzo, induzco, siempre voy a más, y ella, me tenía bien situado donde quería, sin dejarme capacidad de reacción, estaba a su merced y esa nueva sensación me cautivaba.

Álvaro y yo salimos del LOCO CLUB, en cuanto traspasé la puerta envié un mensaje:

“Si mi pequeña travesura no te ha importunado y cumpliendo tus deseos, vamos a Aquarium”

No habíamos llegado a la mitad de la primera copa cuando de nuevo la vi entrar radiante, sobresaliendo sobre todas las demás.

Nuestros juegos comenzaron de nuevo, miradas, sonrisas, bailes compartidos en la distancia...

Una cosa es que no tuviera mucha capacidad de reacción y otra que mi carácter rebelde, travieso y provocador me permitiera quedarme allí sin más, sin provocar ninguna travesura.

Volví a hacer una escapada al baño, ni entré. La situación de este era mucho más indiscreta, su pasillo era mucho más corto y la posibilidad de ser vistos mucho mayor.

Consciente de ello y buscando no ponerla en un compromiso sólo pretendía una provocación, un estar muy cerca un instante...

Volvió a tardar, pero allí apareció con esa preciosa sonrisa que me estaba volviendo loco.

- Me van a pillar – Me susurró y desapareció en el baño de las chicas.

No era eso lo que pretendía, pero si aumentar el nerviosismo, la excitación de ese momento.

Al salir, y con una mirada y sonrisa tan traviesa como cómplice, acaricie su brazo de manera que no hacia falta decir – Corre ve, no quiero que te pillen –

Los juegos continuaron, ella se acercaba a pedir una copa justo donde yo estaba situado, consciente de que eso me enloquecería, tenerla pegada a mi espalda y ni siquiera poder dedicarle una caricia para no ser descubierto por los ojos vigilantes de su amigo.

Volvía a tenerla frente a mí. Ella sentada frente a su amigo, y yo de pie a escasos dos metros, me miraba divertida, sabiéndose dominadora de la situación, cosa que me encantaba pero... debía provocarla, aumentar su nerviosismo...

Cuando me enfilé directamente hacia ella, sus ojos se abrieron como platos, decían -NO, NO, NOOOOOOOOO no vengas por favor que me pillan - , se giró hacia su amigo en un gesto de rechazo a lo que pudiera ir a decirle.

Sólo pretendía dejar la botella correspondiente a mi copa. Podía haberlo hecho de dos formas, simplemente dejándola en cualquier sitio o simulando dirigirme directo hacia ella como si la fuera a decir algo. Evidentemente preferí la segunda opción.

Quería más, quería jugar más, pero no podía, quería hablar con ella, jugar a seducirla, provocarla, pero no podía!!!!!!!! Mis márgenes de reacción, salvo pequeños guiños o travesuras estaban en sus manos. Me pedía fuego casualmente, bailando nos chocamos y nos pedimos disculpas como dos perfectos desconocidos y yo... No podía hacer más.

Laura, estaba consiguiendo enloquecerme, dominarme, guiarme...

Esta vez fue ella, se dirigió al baño, sabia perfectamente lo que haría yo después, sabia que no podía ser una decisión mía, sabía que como una marioneta la seguiría, y así fue.

Coincidimos en la entrada, me dedico un sencillo...

- Muy mal... muy muy mal...-

Mientras nuestras frentes acariciándose dejaban bailar nuestros labios en la distancia justa donde se juega al sí y al no.

Dominante de la situación se marcho al baño, sabiendo que me dejaba allí quieto, queriendo que yo permaneciera sin poder moverme el tiempo que ella tardara, sabiendo que así lo haría, sabiendo que me tenía a su merced.

Salió, se acercó, radiante, segura y decidida. Me beso, recorrió levemente el interior de mis labios, los hizo suyos, y con la mayor crueldad del mundo se fue de nuevo.

Continuamos nuestros juegos, ella se iba a la barra a pedir algo, y aprovechando que alguien tapara la visual de su amigo, yo recorría su espalda con mi vaso y notaba como Laura se tensaba nerviosa entre mi provocación y el temor a ser descubriera...

No paró de provocarme, no paré de jugar, tal y como ella me había dicho en su mensaje al móvil... en la distancia.


domingo, 8 de junio de 2008

36 años


Esta vez no he mirado atrás en mi vida, he releído el post que subí el año pasado y he hecho balance de este último año.

Habitualmente hago repaso de lo vivido a diario. Me gusta saber donde estoy y, aunque sea difícil, intentar dilucidar hacia donde me dirijo.

En cualquier caso hoy he vuelto a hacer repaso de este año.

No me siento tan distinto, vuelvo a sentir ese deseo de exprimir la vida, vuelvo a verme hoy y me vuelvo a sentir pleno, feliz con lo que tengo, con lo que me rodea y sobre todo, terriblemente afortunado por las experiencias que el día a día me ofrece.

Siento que estas experiencias son más ricas que hace un año. No sé si porque estoy preparado para hacer frente a nuevos retos o simplemente porque van apareciendo y no los dejo escapar.

Este año he subido montañas más altas, he vivido experiencias más morbosas y he sentido experiencias realmente inolvidables.

Miro hacia delante y veo que el año que viene, simplemente me ilusiona, lo deseo y muero por vivirlo con toda la intensidad que me sea posible.


domingo, 1 de junio de 2008

Un bonito regalo


Nos levantamos perezosos, con ganas de pasar el día descansando sin hacer nada, tirados el uno junto al otro.

Alquilamos una película y nos tumbamos en el sofá para verla. Pero es difícil tener nuestros cuerpos tan cerca y tener que contener el deseo que nos invadía desde que nos levantamos esa mañana. La película, ademas de excusa para estar tirados en el sofá y para entretenernos, sirvió también para poder alargar el momento que ambos esperábamos.

Yolanda, traviesa y cruel como suele ser en ocasiones, me besaba, jugaba conmigo hasta el punto en el que, sin poder soportar más sus caricias en mi sexo y sus besos en mis pezones, detenía la película a lo que ella me decía con voz terriblemente sensual...

- No la paressss –

Era ella la que paraba sus jugueteos conmigo y continuábamos nuestra sesión de cine.

En otra ocasión hubiera parado la película e incluso tirado el reproductor de DVD por la ventana, pero cuando Yolanda empieza a jugar, cuando coge las riendas, merece la pena dejarse hacer.

Así continuó enredando alguna que otra vez conmigo hasta que acabó la película. Volviéndose una gata con ganas de jugar, se acerco de rodillas en el sofá a besarme.

Tapada sólo con mi camisa azul, me parecía una de las imágenes más sensuales que un hombre puede imaginar.

Me recosté en el sofá y me dejé hacer, el momento que deseaba se acercaba, estaba seguro que daría rienda suelta a todos sus deseos y me follaría de la manera más salvaje y morbosa que me pudiera imaginar.

Pensé que se dedicaría a lamer mi erección y ahí vino la primera sorpresa, no tardó prácticamente nada en sentarse sobre mí y penetrarse...

Me estaba volviendo loco, sólo pensaba en que me echara un polvo salvaje y dejar salir todo lo que se habia contenido dentro de mí durante la película.

Empezó a asalvajarse, a morderme el cuello, cada vez más fuerte hasta casi llegar a hacerme daño, la veía desbocada, me estaba excitando, quería más, lo quería más salvaje y así la veía a ella.

De repente frenó, se paró. Me miro, me besó despacio, suave, con cariño. Volvió a mi cuello, era como si quisiera curar las heridas que hubiera podido ocasionarme instantes antes. Me besaba despacio en cada lugar en el que antes mordía casi sin mesura.

Ya no me estaba follando, ahora sus movimientos no eran salvajes, eran caricias, su sexo acariciaba el mío suavemente cada vez que entraba y salía.

En alguna ocasión quise erguirme para besarla, para cogerla. Me lo impidió, me tumbó, me abrazaba fuerte contra ella, me besaba suave, se movía con delicadeza.

Nunca me habían hecho nada así, me habían follado, me habían hecho el amor, pero jamás había sentido como sin palabras me ordenaban: relájate, déjate disfrutar y déjame que te regale este cariño, este cuerpo y este amor.

Cuando estalle en un lento orgasmo, la abracé con fuerza, no quería salir de ella, quise parar el tiempo y disfrutar del regalo que me habia hecho, un regalo que me derritió y que me derrite cada vez que lo recuerdo, ELLA.

lunes, 26 de mayo de 2008

A mi entera disposición






En ocasiones, debido a mi trabajo, he de viajar a alguna ciudad de España. Me estaba empezando a resultar demasiado cansado coger un vuelo muy temprano para llegar pronto a mi destino. Así que tomé la decisión de pasar la noche anterior en la ciudad y poder llegar descansado a mis reuniones.

En esta ocasión iba a Caceres. Hacía tiempo había contactado con Cristina, una chica encantadora que resultó vivir muy cerca del hotel en el que me alojaba.

Nuestras conversaciones no eran muy habituales a pesar del buen clima que en ellas habíamos creado, pero mi viaje a Caceres precipitó la frecuencia y la intensidad de estas.

Cuando le conté mi agenda no tardamos en coincidir en el mutuo deseo de conocernos. Mientras hablábamos a los dos se nos intuían las ganas de evitar una cita común. Al intentar indagar en sus preferencias me respondió:

- Sorpréndeme! Tú eres el escritor.


Cuando llegué a Caceres le envié un mensaje. Lo cierto es que podía haberle dado las instrucciones por teléfono en la conversación que tuvimos durante mi viaje, pero este era un mensaje al que no me podía resistir:

- Habitación 222, 21:00 hrs.


El juego ahora sí comenzaba. Me senté en una terraza con una perfecta visual de la entrada.

Pude ver como aparcaba, bajaba de su coche y se dirigía hacia el hotel. Continué enviando instrucciones:

- La llave se encuentra debajo del cenicero de pie del pasillo, pasa y ponte lo que hay encima de la almohada.


Cuando entré la encontré allí, nerviosa, tumbada en la cama, con los brazos extendidos, vestida sólo por sus medias, y un conjunto blanco de corpiño y tanga. Movía sus piernas flexionándolas y extendiéndolas, me transmitía su inquietud. Desde el principio noté su deseo de oírme hablar, sentía que mis palabras le harían sentir mas cómoda y relajada. Nada más lejos de mi intención.

Permanecí en silencio, paseándome a su alrededor, cogiendo la tira del ligero y soltando para que le picara un poquito. Con uno de los pañuelos que había en la cama até sus manos, mientras acercaba mis labios a los suyos, cada vez más, casi rozándose, ese era mi deseo.

Estaba en la habitación con una mujer tremendamente morbosa tumbada en mi cama, vendada y atada, era un regalo, un regalo a mi entera disposición para disfrutarlo a mi antojo, y así hice.

Recorría su cuerpo con mis manos, me sentaba, me levantaba, acercaba mis labios. Mi lengua, de vez en cuando, exploraba fugazmente su pecho, su cuello, sus muslos...




Cada vez que acercaba mis labios a los suyos notaba como ella sentía que ese era el momento del primer beso... me gustaba mantenerla así.

Sabiendo que en esa situación su oído estaba pendiente de cualquier sonido que pudiera indicarle alguna pista de lo que estaba sucediendo, comencé a desnudarme cuidando que los sonidos le contaran lo que estaba sucediendo.

Desabroché mi camisa, y al quitármela procuré que sonara lo suficiente para que ella supiera que mientras observaba con deseo su cuerpo me estaba desnudando.

Me quité el cinturón de manera brusca y podía ver como su cuerpo sabía que el momento que deseaba se acercaba...

Dejé caer mis pantalones, y ya desnudo volví a sentarme cerca de ella. Mi mano volvía a recorrerla y quise comprobar cual era su estado de excitación.

Encontré lo que imaginaba, lo que deseaba... Su tanga estaba completamente empapado, y mis dedos se mojaron con sólo tocarlo. Quise indagar más y metí mi mano por debajo, mis dedos resbalaron hasta meterse hasta el fondo. Me encanta sentir así a una mujer, me pierde.


Vista su excitación y lejos de querer satisfacerla decidí aumentarla. Comencé a recorrer su cuerpo con el mío. Completamente excitado, mi polla recorría sus muslos, su pecho, su cuello, y se acercaba lo suficiente a su boca como para poder ver que Cristina intentaba lamerla, no lo conseguía, no la dejaba, al menos durante un rato. Poco después fui yo el que empezó a pasársela por la cara permitiendo que pudiera alcanzarla con la lengua y acercándome cada vez más a su boca, mientras dibujaba pequeños círculos que recorrían sus labios hasta que se la metí casi entera.

Cristina la recibió con deseo, mi cuerpo acompasaba las caricias que me regalaba con su boca, estaba penetrándola y notaba como su excitación había crecido más de lo que hubiera podido imaginar.

Ahora me tocaba jugar a mí. Bajé a su sexo y retirando sus braguitas hice una pasada lenta e intensa con mi lengua. Me paraba, quería disfrutar de su reacción, cuando se calmaba volvía otra vez, reducía cada vez más la frecuencia de mis envites, hasta el punto de estar devorándoselo mientras Cristina gemía de placer.

Mis dedos y mi boca tenían una sóla intención, y ni los propios deseos de Cristina iban a interponerse en los míos

- Podría correrme ahora mismo!!!!!
- HAZLO!!!!!!!!!!
- Noooooo, Nooooooo, ahora, no, quiero luego...
- NOOOOOOOO

No pasó mucho tiempo después de mi contundente “no” cuando se desató una lucha encarnizada entre mi boca y la cadera de Cristina. El orgasmo que la aferraba hacía que moviera sus caderas de manera tan descontrolada que me costaba seguirla.

En cuanto acabó de correrse, abrí sus piernas y aprovechando la sensibilidad de su coño en ese momento la penetré hasta dentro. La relajación en la que parecía desembocar el final de su orgasmo volvió a convertirse en un mar de gemidos al sentir como estaba disfrutando de ella a mi antojo.

Cristina aun permanecía vendada, había tenido un orgasmo mientras alguien a quien no había visto nunca, ni siquiera cuando devoraba su coño, ahora se la estaba follando.



La coloqué a cuatro patas y volví a embestirla con fuerza, cogía su melena y tiraba fuerte de ella hacia atrás mientras empujaba con las ganas de hacerla sentir mi polla muy dentro.

Después de jugar con distintas posturas me tumbé exhausto, pero para Cristina aún no había acabado, quería sentirme y quería sentirme en su boca.

Me estaba encantando la situación, en ese momento debíamos llevar aproximadamente dos horas y media juntos y ella todavía llevaba su antifaz, aún no me había visto. Me gustaba tanto que incluso pensé en no quitárselo en ningún momento. Me gustaba la idea de que se fuera a su casa después de haber compartido una noche de sexo con alguien a quien ni siquiera había visto, pensaba que era la mejor forma de crear una nueva fantasía a partir del cumplimiento de otra.

En esta ocasión fue Cristina la que empezó a jugar con mi polla, combinaba perfectamente el placer que me ofrecía con su boca y con sus manos.

Yo me retorcía de placer, su imagen vendada mientras me la comía me estaba volviendo loco, y así continué hasta que estallé en su boca y en su cara en un tremendo orgasmo.

Me encantaba ver como todo mi fluido bañaba su boca, su cara... y a pesar del morbo que me ofrece esa imagen, pensé que debía quitarle el antifaz para que pudiera lavarse.

Al retirárselo, su exclamación además de casi ruborizarme me hizo estallar en una gran carcajada.

El resto de la noche continuamos disfrutándonos, entre sexo, confidencias y risas.

Por la mañana llegué a la reunión igual de cansado que siempre o más, eso si, mucho mas contento...