sábado, 29 de marzo de 2008

No fui yo


Nyeri y yo llevamos tiempo fantaseando, ella aún no había tenido ninguna experiencia con más de una persona a pesar de su tremenda imaginación y de las situaciones que recreábamos a solas.

Deseaba llevarla de la mano, crear la situación propicia, que se sintiera cómoda, con gente agradable, una buena combinación entre una explosión de morbo y la seguridad y confianza que todos necesitamos cuando nos adentramos en este tipo de aventuras.

Nos creamos un perfil juntos, comenzamos a hablar con varias parejas y buscábamos alguna que nos ofreciera esa combinación que deseábamos, una combinación que no seria capaz de describir, quizás ese “feeling” del que todo el mundo habla.

El gran cariño que siento por Nyeri hacía que para mí esa situación fuera especial. Deseaba poder disfrutar de ese “su primer momento” estar a su lado y poder compartir sus primeras sensaciones al traspasar el límite. Inconscientemente asumí el rol de Cicerone, queriendo guiarla en ese nuevo camino a explorar.

Nyeri me había hablado de una pareja con la que chateaba hacía mucho tiempo, de la simpatía que les tenia y de lo que le apetecía conocerlos. Evidentemente cuando ella te habla así de alguien no te cabe la menor duda de que una cena con ellos resultaría muy agradable.

Cuando me hablaba de ellos siempre lo hacía con connotaciones de aprecio o cariño, sólo de manera velada en ocasiones surgía la posibilidad de ir a más. Fue un día antes de vernos cuando se contempló la posibilidad de ir a tomar una copa a Fusión y de paso que conocieran el local. Me apetecía mucho esa cena y conocer a quienes habían sido capaces de ganarse tan buenas referencias por parte de Nyeri.

Las expectativas se cumplieron. Jose y Maria eran realmente encantadores, una deliciosa compañía para una cena interesante y divertida.

Después fuimos a Fusión, donde continuamos charlando hasta que, cansados de estar de pie decidimos acomodarnos en una cama.

Nyeri y yo empezamos a besarnos, al igual que Jose y Maria. Poco a poco la situación nos iba incitando a desear más, comenzamos a acariciarnos, a excitarnos, ambas parejas cerca pero sin contacto aún.



Las risas eran interrumpidas por besos y en ocasiones acompañadas por caricias. A pesar de que la situación se iba calentando continuábamos divirtiéndonos y riendo.

Como si lo tuviéramos acordado así, y sin haberlo hablado entre nosotros, Jose y yo bajamos con nuestros besos a saborear la excitación de nuestras parejas y fue ahí cuando las caricias comenzaron a volar.

Mi mano jugaba con las piernas de Maria mientras la de Jose comenzaba a explorar a Nyeri, la situación cada vez aumentaba en un punto más la excitación.

Viendo la comodidad que flotaba en el ambiente me acerque a saborear el sexo de Maria, pasando ella a ser la protagonista en ese instante ya que los tres nos dedicábamos a su placer.

Mientras yo lamía cada vez con más intensidad su sexo, Jose hacía lo propio con su pecho y Nyeri comenzó a hacer lo mismo.

Nuestras miradas se cruzaron, disfrutaba verla besando el pecho de una mujer por primera vez a pesar de la exclamación de Maria;

- ¡Ufff....y eso que no tenía experiencia!!!.-


Nuestras miradas se cruzaban, yo disfrutaba tanto observándola como ella mirándome, como si me estuviera dedicando esos primeros besos en el pecho de una mujer.

Poco después Maria nos regalaba su primer orgasmo, el orgasmo que entre los tres le habíamos ofrecido

No quise descansar, ahora deseaba el placer de Nyeri, deseaba verla disfrutar, disfrutar de tres personas entregadas a su placer.

Con mis labios entre sus muslos me deleitaba en la excitación que le había proporcionado el momento anterior. Ahora eran Jose y Maria quienes besaban sus pechos. Nyeri, no sé si por lo divertido que fue toda la noche o quizás por los nervios de ser la primera vez no paraba de reír, no paro hasta ese momento que jamás olvidaré.



Cerró los ojos y se entregó, su cara cambio esa expresión divertida por la expresión del placer. Se entregó a mis labios en su sexo, a los besos en sus pechos, a las caricias con las que exploraba la erección de Jose y la humedad de Maria. Sus risas ahora eran jadeos, suspiros, gemidos que delataban la excitación que le producía la situación.

- Dame tu polla, deja que te la chupe.- Susurró a Jose


Fue en ese momento cuando pude disfrutar por primera vez de la imagen de Nyeri completamente entregada y disfrutando de una polla en su boca mientras yo lamía cada vez con más ansia su sexo y Maria la bañaba en caricias.

La situación estaba siendo tan morbosa, veía tan excitada a Nyeri que miré a Maria con esa mirada de quien sé esta comiendo un delicioso postre y ofrece. Ella sonrió y acepto la invitación.

En ese momento y sólo por unos segundos tomé distancia, me resultaba tremendamente excitante poder contemplarla morbosa, excitada, viciosa, entregada al placer que la estaban ofreciendo, observándola como en multitud de ocasiones habíamos imaginado.

Poco después y no recuerdo bien como, Nyeri y Maria decidieron obsequiarme con besos, las dos me chupaban, me lamían, sentía como mi polla viajaba de una boca a otra.

Una pareja se acercaba poco a poco a nosotros. El chico de manera muy educada comenzó a acariciar a Nyeri, sus caricias cada vez eran más atrevidas. Supongo que verla deleitándose en mi erección y sentirla húmeda le animarían a ir explorando más y más hasta que sus dedos se introdujeron dentro de ella. Yo no alcanzaba a ver con detalle cómo se movían, pero por el ritmo que ella tomaba al lamerme intuía que lo estaba disfrutando, intuición que en alguna ocasión ella me confirmaba arqueando su cuerpo, alzando su rostro lleno de placer y susurrándome...

- ¡Joder que bien lo hace!!!

No sé como habría acabado la situación si la chica de la otra pareja no hubiera entrado en escena.

- Tía!!! Mira que polla tiene mi chico!!! 22 cms!!! Que te folle!!! No veas como lo hace!!!
- Vamos!!! Besa a tu chica!!! Besa a tu chica!!!

Decía o profería, más bien, tocando un pecho a Nyeri como si de una pelota de goma se tratara.

Estallamos todos en carcajadas, la situación se había vuelto completamente surrealista y por mucho morbo que hubiésemos acumulado, tuvimos que hacer un alto en el camino para reír durante varios minutos, que aprovechamos para pedir alguna copa más cuando fuimos capaces de levantarnos y frenar las risas que esa chica alocada nos regaló esa noche.


Cuando nos recuperamos de las risas anteriores (no fue fácil), volvimos a acomodarnos. El recuerdo de los momentos vividos antes de la aparición de la espontánea asaltaban nuestras mentes aumentando nuestra excitación.

Nyeri decidió dedicarse a mí. Me tenia tumbado a su disposición. Comenzó lamiéndome y no tardo mucho en empezar a follarme. La notaba completamente viciosa y el placer que me estaba ofreciendo me hacia cerrar los ojos para solo disfrutar sus movimientos.

Al abrirlos encontré frente a mi cara y muy cerca de la de Nyeri la polla completamente erecta de Jose.

- Cómesela, cómesela zorra!!!! – Le dije

No dudo ni un instante, se la metió en la boca y continuó follándome mientras podía verla chupando viciosamente la polla de Jose.

Esa imagen me volvía loco, me excitaba y Nyeri entre su forma de lamer y su forma de moverse no tardo mucho en conseguir robarme un brutal orgasmo.

Continuamos jugando hasta que la noche tocó a su fin, dejamos a Jose y Maria en su Hotel y nos fuimos a casa. Era el momento de disfrutar a solas las experiencias vividas esa noche. Recordándolas, recreándolas nos follamos como si fuera la primera vez en mucho tiempo.

Al día siguiente repasaba lo sucedido y durante breves instantes me sentí orgulloso y contento de cómo había creado esa primera experiencia para Nyeri.

Digo durante pocos instantes porque fue el tiempo que necesité para darme cuenta que no fui yo. No fui yo quien tomó su mano y la adentro en su primera experiencia.

Ella eligió la pareja, ella provocó el encuentro, ella fue quien me invitó a participar en su primera experiencia.
Cuando tratas con una mujer como Nyeri, pensar que guías algo es un completo error. Una mujer que desprende esa fuerza tan sólo con su presencia no elige un guía, elige a alguien que la acompañe donde ella quiere ir y lejos de sentir orgullo el sentimiento que queda es el de agradecimiento por haber compartido con ella “su primera vez”.


martes, 18 de marzo de 2008

Lo que queda por compartir



“Crear un blog”... Llevaba ya demasiado tiempo viendo este enlace cada vez que visitaba alguno. Esa noche me senté frente al portátil con una única intención, “crearlo”.


Comencé a elegir el diseño, la configuración y cada una de las opciones. Tenía en mi mente todos aquellos blogs que había visitado. Recordaba su estética, sus fondos, sus fotografías, sus relatos. Por último el título, que reflejaba claramente mis intenciones“ Compartir Fantasías”


Poco a poco comencé a darle forma. Escribí una breve presentación de lo que pretendía que fuera mi rincón, un rincón en el que plasmar algunas de mis fantasías. Inmediatamente subí mi primer relato, y fue ahí donde comenzó una aventura que jamás habría podido llegar a imaginar.


Poco a poco fui viviendo situaciones, algunas morbosas, otras atrevidas, otras eran fantasías propias o ajenas que convertíamos en realidad, y fui escribiéndolas y publicándolas.


Me daba cuenta que cada vez tenían más aceptación, el número de visitas aumentaba, los comentarios empatizaban con las situaciones vividas y la gente que lo leía se imaginaba protagonista de lo que ahí iba encontrando.


Me estaba gustando la dirección que tomaba. De un Blog en el que pensaba plasmar alguna vivencia, algún pensamiento, sensaciones o sentimientos y muchas fantasías e ideas, se fue convirtiendo en un espacio que únicamente contenía situaciones reales, situaciones vividas. Me daba cuenta de que estaba siendo capaz de sacar y de plasmar en el Blog algo que llevo dentro y que mucha gente posee; la imaginación, el morbo, la curiosidad por explorar nuevas experiencias, rebasar límites... Pensé que estaría bien que siguiera así, escribiendo sólo situaciones reales y así ha sido.





Casualmente hice unas fotos que me parecieron bonitas y que además me permitieron publicar. Deseaba poder ofrecer en el Blog una imagen cuidada y una estética sensual. Las fotos quedaban bien, así que pensé que seria buena idea que todas las fotos fueran reales, no usar ninguna de las que encontraba en internet por bonitas que fueran.


Poco a poco el Blog iba cobrando su propio estilo, me gustaba, vivía experiencias y las escribía, conocía gente y las llevaba de la mano a traspasar sus límites, deseos que pensaban imposibles, pero que acababan haciéndose realidad.


En Junio conocí a Ariadna, una chica llena de fantasías pero con el firme propósito de no traspasar sus propios limites, fue todo un reto, ya que pretendía ofrecerle el placer de un desconocido en contra de su deseo de no estar en la misma noche con dos hombres distintos. Al final las mejores ideas surgen de las mayores dificultades y de esa situación pude crear la experiencia que luego me llevó a escribir uno de los relatos que más he disfrutado “El masajista y los pinceles”


No era fácil, en realidad lo único que hacía era plasmar situaciones que todos conocemos y que todos imaginamos, vendas, tríos, atar, una habitación a oscuras, un local liberal... Quería buscar algo distinto, alguna idea nueva que no estuviera en la mente de nadie, que realmente pudiera ser original, pero no resulta sencillo, “El masajista y los pinceles” me había estimulado a salir de la “normalidad” a traspasar límites, a buscar situaciones más elaboradas, más riesgo y a obligarme a pensar y a imaginar más.


Así fue como llegué a la idea de narrar el relato de lo que estaba sucediendo en ese mismo instante, “Relato en tiempo real”. Me gustó la sensación de lo nuevo, de lo distinto, pero yo quería más, necesitaba algo que no se hubiera hecho, o al menos que yo no lo conociese, quería ser el creador.

No tengo ni la menor idea de cómo surgió, fue un día sentado en mi sofá, relajado en casa recordé una idea que hacia tiempo había tenido intención de preparar, pero se quedo en eso, en una intención.





En ese tiempo había conocido a Inma, y pensé que sería la chica ideal para mi nueva idea, crear una casa temática; “La casa del sexo” resultó una experiencia salvaje y al igual que “el masajista y los pinceles” dos de los relatos que más he disfrutado en su preparación, ya que resultaba bastante laborioso de organizar y como en alguna otra ocasión he comentado los preparativos iniciales crean una maravillosa expectación y un gran disfrute por anticipado.


A veces, cuando yo leía mis propios relatos me ponía en la situación de la persona sorprendida, esto me acercaba un poco a quienes lo leen, me identificaba con la situación me gustaba imaginarme en ella como “víctima” pero es complicado, es complicado encontrar gente que se tome tantas molestias.


Sin embargo un día recibí un mensaje en el móvil, Candela me había avisado que me iba a preparar algo, y pensaba que se quedaría en eso. Pero esta vez recibí ese mensaje. “A la luz de las velas” narra la primera vez que me han dado un “gran sorpresa”, se convirtió en un anhelo hecho realidad.

Durante este año he continuado escribiendo, viviendo, sintiendo... disfrutaba los comentarios que la gente me dejaba, ver que lo que yo plasmaba en el blog era recogido en muchas ocasiones como fantasías propias de quien lo leía me estimulaba para intentar superarme.



Por unas cosas u otras disfrutaba de todos los relatos, de cada una de las personas, las vidas y las historias que iba viviendo entre bambalinas.


Así continué con mi blog en marcha, aficionándome a la fotografía, creando un espacio que me gustaba cada vez más, que conseguía aunar mis conceptos de erotismo, de fantasía, de sentimientos, de morbo y de libertad.


Hace poco me di cuenta de que se acercaba la fecha en la que hace un año pinché ese enlace, que era momento de hacer repaso de estos meses, de todo lo vivido, de todo lo sentido hasta encontrarme aquí, escribiendo este relato sobre mi Blog.


Miro atrás y veo a ese chico ilusionado con la idea de que alguien pudiera llegar a leerle, le veo y ahora esta aquí, frente al teclado, contento, feliz por todo lo vivido, por todo lo compartido, por todo lo que queda por vivir y por todo lo que queda por compartir.


Sin duda sin vuestra colaboración, la de quien lee y la de quien ha participado, no habría podido escribir este relato hoy,


GRACIAS.



domingo, 9 de marzo de 2008

Sentir a un desconocido


Llegamos a casa como cualquier otro día, muertos de frío por las bajas temperaturas de Enero, habíamos pensado pasar la noche bajo mantas y viendo alguna película.

Al llegar comencé a besarla, al principio con cariño y luego cada vez de manera más sensual, más apasionada, más morbosa.

No tardamos en pasar a la habitación, nos habíamos animado en contra de nuestros planes iniciales. Después de desnudarnos y haber disfrutado de unos cortos preliminares, me levanté y dije...

- Se me ha ocurrido algo... –

Con una mirada muy traviesa la observé mientras me dirigía a poner algo de música.
Volví con mi antifaz y mis esposas. Sara ya sabía cual era mi intención. Me había comentado en multitud de ocasiones lo mucho que le apetecía esa situación.

Vendé sus ojos, esposé sus muñecas al cabecero de la cama y comencé a recorrer su cuerpo con caricias.

- ¡Sin palabras! – susurré al oído, buscando en el silencio un aliado para mis intenciones.


Continué acariciando su cuerpo, besándolo, lamiéndolo en silencio sólo con la música tranquila de fondo que nos acompañaba.

Sara se encontraba tremendamente excitada, mis besos en su sexo lograban que su cuerpo se arqueara, se estremeciera y que me regalara los gemidos que yo tanto deseaba.

- No aguanto más, quiero follarte ya... –


Me levanté del lado donde me encontraba recostado para colocarme frente a ella. Sara sintió como se mullía la cama entre sus piernas, como los muslos rozaban los suyos, como las manos cogían su cadera, se sintió penetrada.

No tardó mucho en sentir las diferencias, supongo que cada uno de nosotros se mueve de manera distinta, tiene distintas formas de tocar, de acariciar, de besar...

Desde la primera penetración notó que no era yo quien estaba disfrutando de ella. Le excitó mucho la situación, pensar que alguien a quien no conocía estaba disfrutando de su cuerpo, que estaba haciendo disfrutar a un desconocido.

Aunque en multitud de ocasiones me había comentado sus deseos de realizar esta fantasía, yo aun temía por su reacción, pero esta fue impresionante.

Su excitación se fue disparando, comenzó a mover sus caderas salvajemente, sus labios buscaban la boca de Álvaro ansiosamente, gemía y yo la oía;

- Joder sí!!!!, más... más... me gusta... me gusta esta polla... FÓLLAME!!!! FÓLLAME!!!



Yo me encontraba excitadísimo viéndola disfrutar, y conociendo como deseaba que continuara su fantasía, le indiqué a Álvaro que le retirara el antifaz mientras la besaba.

Lo hizo, y continuaron besándose con los ojos cerrados. Sara tardó unos segundos en abrirlos, cuando ambos lo hicieron, se saludaron con una sonrisa, Sara me miró y me encontró desnudo y terriblemente excitado, la sonreí, sonrisa que la animó a entregarse de nuevo al placer que estaba disfrutando.

Álvaro y ella volvieron instantáneamente a dejar salir todo su deseo, la cara de placer de Sara me estaba volviendo loco, tanto que no pude evitar acercarme a ella y ofrecerle mi erección para que la saboreara con sus labios mientras sentía como a la vez era penetrada por alguien más.

Jugábamos con ella, Álvaro la penetraba con fuerza, y yo disfrutaba del buen hacer del que siempre había hecho gala con su boca.

Soltamos sus manos para que pudiera ser más libre, los dos dejamos que nos lamiera a la vez mientras nuestras manos jugaban con su sexo.

Estaba completamente empapada, desbocada, su boca viajaba entre nuestros sexos, primero a uno, luego a otro. Estaba tendida en la cama, ofreciendo su cuerpo para nuestro disfrute y como no... para el suyo.

Álvaro se tumbó e indiqué a Sara;

- Disfrútale –


Arrodillada comenzó a lamérsela a chupársela, aproveché la postura que había tomado para empezar a penetrarla, lo hacia con fuerza, la situación me había excitado mucho, y ya no podía contenerme más.

En esa posición pensé que era momento de realizar otra de sus fantasías.

- Fóllatelo – Susurré a Sara...


Cuando lo hizo, cuando se colocó encima de él y se dejo caer hasta sentirse completamente penetrada, me coloqué detrás de ella y la hice sentirse doblemente penetrada.

Abrí su culito con suavidad, mientras ella se movía, y con delicadeza al principio, y hasta el fondo al final, entre Álvaro y yo la robamos sus mayores gemidos. La fantasía que llevaba años deseando se hizo realidad.


martes, 4 de marzo de 2008

Nadie nos miraba








Habíamos quedado furtivamente en Tequila, un local de Torre Europa. Yo me escapaba de un cumpleaños y ella iba acompañada por una amiga.

Le indiqué que aunque me reconociera no reaccionara, que se mostrase indiferente, el juego que ello daría sería nuestro secreto para esa noche...

Cuando entré en el local pensé que tardaría más en encontrarlas y sin embargo al girar la cabeza ahí estaban. Me acerqué lo suficiente para que nuestras miradas se cruzaran, nos sonreímos y me dirigí a la barra a pedirme una copa, no quería levantar las sospechas de su amiga.

Poco después me fui acercando a ella por detrás, estaban en la barra, por lo que me coloqué a su lado, casi rozándola... Ese “casi” duró escasos segundos, ya que al ser su amiga más bajita, enseguida me di cuenta que no podría ver nada de lo que yo hiciera por detrás.

Ruth llevaba un vestido de tirantes de Custo, por lo que quise saludarla con una caricia que recorriera su espalda hasta el cuello...

Su cuerpo se estremeció mientras hablaba con su amiga, una sonrisa compartida y alguna mirada furtiva me hacían creer que había sido de su agrado.

Continué jugando, mis caricias buscaban su espalda, en ocasiones exploraban su cadera. Ruth respondía tímidamente dejándose hacer.

Mis manos, aprovechando el anonimato, cada vez exploraban un poquito más allá, recorrían su cuerpo de arriba a abajo, sus costados y en ocasiones bajaban un poquito más y se deleitaban con el agradable tacto que su firme culito me ofrecía bajo el fino vestido.

La situación me estimulaba y más aún, pensar cómo se estaba excitando ella, cómo sabía perfectamente que mis caricias en un momento u otro dejarían de ser tan castas, sabía perfectamente que pasarían a ser mucho, mucho más atrevidas...


Mi morbo se disparó cuando bajando desde su costado comencé a explorar sus piernas, noté por encima del vestido el tacto de sus medias. Sentir, saber que una chica las lleva es una debilidad para mí, me excita, dispara mi imaginación, mi imaginación y mi atrevimiento.

Quise notar, sentir el tacto de sus medias, y mi mano bajó hasta el final del vestido para acariciarlas. Con más atrevimiento comenzaba a subir, a hacer las caricias cada vez un poco más íntimas adentrándose en el interior del vestido, hasta que llegaron al final de la blonda, el final que anuncia un comienzo, el de su piel, el del tacto tibio, suave y cálido del interior de sus muslos...

Protegidos por la barra a un lado y por su cuerpo y el mío al otro, mi mano ya se encontraba en el interior de su vestido. No quería ir directo a su sexo, quería provocar, alargar ese juego que nos estaba excitando. Metía mi mano entre sus muslos, subía acariciando su culito, entreteniéndome en él, dejando que mis dedos anunciaran cual iba a ser su próximo destino, y así fue.


Al ser su amiga más bajita en ocasiones cuando le decía algo a Ruth, esta se inclinaba hacia ella, dejando su culo en una posición tremendamente deseable... Deseable y accesible, -ufffffffff- Yo ya no podía más, deseaba tocarla, notar su sexo, presionarla en él, allí mismo, delante de todo el mundo y sin que nadie se diera cuenta. Deseaba que Ruth sintiera mi caricia, mirando a su amiga, hablándola, y sin que ella sospechase absolutamente nada...

Mi dedo presionó la fina tela de su tanga contra su sexo, con cuidado, pero de manera firme, me deleité en ello, presionando unos segundos y moviendo mi dedo suavemente después.

Mi excitación iba aumentando, la suya también. Su tanguita estaba húmedo, mojado, tanto que dejó una leve humedad en mi dedo, su sexo por fin había sido mío.




Entre caricia y caricia hacía pausas, no quería que todo fuese continuado, quería jugar con el tiempo, hacerla desear más y eso era lo que sucedía, los dos queríamos más...

Aprovechaba sus inclinaciones cuando hablaba con su amiga para acercar, para pegar mi cadera a ella y hacerla notar mi excitación, mi mano la cogía fuerte por la cintura y la presionaba contra mí. Ella jugaba a restregar su culito contra mi sexo, sabía que me excitaba, y yo jugaba a ofrecerle ligeros empujones (no demasiado fuertes para no evidenciarnos ante su amiga) que le hicieran imaginar lo que ambos deseábamos.

Había ya notado su humedad, su excitación, pero quería más...

Mi mano volvió a colarse debajo de su vestido y esta vez cogió la fina tela del tanga para bajarlo un poquito, para que fuera más fácil retirarlo y así hice...

Su coño quedó expuesto a mí, a mis caricias, a mis deseos y como no, a lo que más deseaba, a dejar que mi dedo se introdujera en él. Después de dos suaves caricias en sus labios entró, suave al principio, y continuado y hasta dentro después. Pude notar como Ruth se arqueaba con disimulo, como su sexo vertía sus fluidos en mi mano, como respondía a la penetración furtiva a la que estaba siendo sometido...

-ufffffffffffffff- Mi excitación se estaba disparando, tuve que parar a beber de mi copa, y aprovechando la distracción de su amiga le susurré...

- Voy al baño –
Al pasar a su lado, con un gesto la invité a seguirme. Allí nos encontramos, ella distraída ya que no me encontraba, respondió a mi asalto con el mismo arma con el que estaba siendo atacada, un beso contra la pared mientras nuestros cuerpos y nuestras caderas se juntaban.

Unas sonrisas, unos besos y unas miradas cómplices compartían el deseo de continuar jugando, y eso hicimos, volvimos a nuestro lugar, al lado de la barra.

Su abrigo colgando de su bolso hacia las perfectas funciones de cortina, por lo que ahora mis caricias se hacían aún más osadas.

Ya no era por detrás, introducía mi mano por su cintura hasta llegar a su sexo.

La situación de estar masturbándola allí, en medio de todo el mundo y que nadie se diera cuenta, ni siquiera su amiga, me excitaba y me excitaba aun más cuando ella con disimulo llevaba su mano hacia atrás para acariciar mi erección. Podía notarla dura y firme a través del pantalón.

La reacción de la gente que nos rodeaba, era nula, nadie se percataba, por lo que nuestra osadía no hacía más que crecer, tanto que desabroché mi pantalón lo suficiente como para que Ruth pudiese meter su mano dentro y notar, sentir y acariciar mi sexo casi a punto de reventar.

Allí estábamos los dos, ocultos ante los ojos de todos, furtivos ante su amiga, rodeados de gente con la que incluso estábamos hombro con hombro y sin embargo, masturbándonos mutuamente con total impunidad, llevando nuestra excitación a sus límites. No podíamos continuar así, el juego debía tocar a su fin, debíamos acabar lo que tan secretamente había comenzado

A su amiga la esperaban en un local próximo, por lo que poco después nos quedamos solos, decidimos buscar un lugar donde acabar libremente lo que de manera escondida habíamos comenzado.

Encuentros fue nuestro destino, allí, nos entregamos al deseo que habíamos alimentado horas antes. La lujuria, el sexo y el placer dejaron de contenerse para ser mostrados.