lunes, 28 de julio de 2008

Un café


Esta mañana he salido a tomar un café. Lo he tomado con calma, disfrutando el tiempo y sobre todo, imaginando todo lo que me espera en este viaje.

El año pasado descubrí un país impresionante, Tanzania. Cuando volví, lo hice con la seguridad de que volvería para continuar descubriendo esas tierras llenas de vida y casi olvidadas por la civilización, esos paisajes majestuosos y cómo no, la posibilidad de vivir un sinfín de aventuras.

Este año me esperan nuevos retos y nuevos destinos. Volveré a vivir la naturaleza en plenitud, alejado de los destinos más turísticos, vuelvo con mi mochila al hombro sin tener claro aún el recorrido final, libre y dispuesto a coger los trenes que me lleven más lejos.

Espero poder compartir con vosotros parte de mi aventura en septiembre, hasta entonces os deseo que viváis lo mas intensamente posible.

lunes, 14 de julio de 2008

Jugando con desconocidos (II)



El desconocido comenzó a recorrer sus pechos, comprobando que esa chica vendada no recelaba, se quejaba ante su amiga, pero recibía cada caricia que él le ofrecía.

Lejos de comenzar a jugar con ella, nuestro amigo se dirigió directamente a su sexo, y volvió a sorprenderse al ver que no sólo no llevaba braguitas sino que, además, estaba tan empapada que su excitación llegaba a sus muslos. Sin vacilar introdujo dos dedos hasta dentro y comprobó nuevamente que las quejas que le hacía a su amiga no tenían nada que ver con lo que reflejaban sus gemidos y sus piernas abriéndose por completo.

- Ves cómo se deja? Bésala, es para ti...

Comenzó a besarla, a meter aún con más fuerza sus dedos y con más fuerza gemía cada vez Ana. Mientras decía:

- Ahh... Joder, que bien me lo hace, y que bien besa!!!! – tuvo que parar ante la nueva embestida del hombre que estaba aprovechándose de su cuerpo...
- Y que bien lo come!!!!!

El desconocido se había abalanzado a devorar su coño, lo saboreaba como si no hubiera tenido ninguno en años, quería beber toda esa excitación, mojaba sus labios en los de aquella viciosa desconocida que estaba entregándose a él, que estaba entregándose al primer cabrón que había pasado por la calle.

Empezó a meterle los dedos mientras lamía salvajemente su coño. Ana no tardó en correrse retorciéndose de placer. Su respiración comenzó a relajarse esperando el descanso merecido, pero no eran esos los planes de su amiga y su invitado.

Lejos de suavizar sus embestidas, comenzó de nuevo a lamerla con más insistencia, sus dedos la penetraban cada vez más dentro, y Ana de nuevo comenzaba a retorcerse de placer...

- Qué? Te dije que se dejaría o no? – Preguntaba Laura.
- Joder, es más puta de lo que me había imaginado. A esta me la quiero follar más veces, cuando vuelvas a Madrid dímelo, te pago lo que sea, este coño me está encantando!!!
- Claro que sí, te voy a dejar que te la folles siempre que quieras...
- Pero mírala que zorra es… cómo decía que no y como se deja…cómo se abre... Voy a bajar a llamar a mis compañeros de oficina, son cuatro, estos nos pagan 100 € cada uno por follársela.
- Noooooooo, pero que decís? Qué vais a hacer? Intentaba protestar Ana entre gemidos.
- CALLA ZORRA!!!!! Tu te vas a dejar hacer lo que queramos, no ves cómo disfrutas con el primero que pasa? Vamos a hacer de ti una buena putita...
- Pero Laura, de dónde has sacado este tío????

No pudo preguntar mucho más, Laura calló su boca ofeciendola su sexo y Ana no pudo hacer otra cosa que empezar a lamerlo con desesperación. Pasaba su lengua por sus labios, por su clítoris, estaba brutalmente excitada cuando gritó...

- Ahhhhhhh Joder que polla!!!!



El desconocido la había penetrado hasta dentro por sorpresa, empezó a follarla con fuerza, sus embestidas cada vez eran más salvajes.

Ana no podía hacer otra cosa que dejarse usar, la estaban follando brutalmente mientras su amiga le ofrecía su sexo en la boca.

- Me corro!!!! Me corro!!!! Volvía a gemir.....

En cuanto el orgasmo comenzó a decaer su invitado volvió a devorar su coño…

- Pero bueno!!!! Es que no se cansa, ahhhh, no puedo más, dile que pare... dile que pare...

Ana se revolvía mientras entre Laura y el desconocido sujetaban con fuerza sus brazos. No tenían intención de acceder a sus peticiones, querían llevarla a la desesperación, volverla loca de placer.

- No puedo más... no puedo más, dile que pare por favor...

En ese momento se tomaron un respiro, ambos besaron a Ana suavemente, es como si con esa dulzura quisieran decirle, descansa... calma... shssss.

Se tumbaron a descansar. Charlaron sobre cómo Laura había salido a la calle, cómo le había dicho que subiera, y lo sorprendida que aún estaba Ana, quería verle, pedía insistentemente a su amiga quitarse el pañuelo hasta que...

- Y no te daría morbo no ver al tío que te ha follado? – dijo el invitado.

A Ana le gustó la idea y desde ese instante no volvió a insistir.

En ese momento llamó su novio, y se puso a hablar con él por teléfono. Mientras Laura y su nuevo amigo empezaron a besarse. Él pudo comprobar cómo ella también estaba completamente empapada, durante poco rato, eso sí. Ella no tardó en comenzar a recorrerle con sus labios en una dirección concreta, su sexo.

Poco después Laura deleitaba a su invitado con suaves movimientos, recorriendo su polla de arriba abajo. Él gemía y ella mantenía con suavidad el ritmo, observando cómo él se volvía loco de excitación mientras subía la mano para volver a acariciar el coño de Ana que seguía hablando con su novio.

Le estaba contando todo lo sucedido, el desconocido del parking, el otro en el hotel, como quería traerle a sus compañeros de oficina, como iban a pagarla...

El novio se excitaba mientras ella le contaba, hasta el punto de comenzar a hacerle peticiones, suficientes para que ella se acercara al oído del invitado y le dijera...

- Me vas a abrir el culo cabrón?

No tardaron en colocarla en posición y empezar a penetrarla, él volvía a abrir su coño con fuerza, mientras con el dedo preparaba el que sería su próximo objetivo.

Penetró con fuerza su culo mientras ella pedía suavidad. Fueron pocos instantes ya que Ana no tardó en exclamar...

- Ya no me duele!!!!!

Mientras, comenzaba a moverse y a decir...

- Es todo lo fuerte que sabes dar cabrón?

Fue estímulo suficiente para que sus embestidas se volvieran brutales, su mano empezara azotar su culo y robara gritos y gemidos de Ana mientras continuaba narrando a su novio cómo la estaban sodomizando.

- Joder cómo me lo está abriendo y... y ... y... Qué cabrón!!!! Y ahora se para!!!! Y me lo hace despacio!!!! Cómo me gusta!!!! Y ahora vuelve fuerte!!!! Me corro... me corro...

Las embestidas, los azotes del desconocido y los dedos penetrantes de Laura, hacían que Ana convirtiera sus gemidos en un nuevo orgasmo


Mientras recobraba el aliento, Laura y su nuevo amigo se dedicaron por fin el uno al otro.

Desde que él subió a la habitación se habían dedicado a Ana pero entre ambos resultaba evidente una terrible atracción, un deseo de explotar juntos que en ese momento se hizo realidad.

Mientras Ana continuaba con su chico al teléfono, Laura tumbada ofrecía su sexo completamente empapado a los deseos de aquel desconocido. Él deseaba hacía rato ver cómo ella se corría y comenzó a devorarla, lamía su coño a veces con calma, y casi con maldad, a veces desbocado y desmedido como si quisiera destrozarlo, metía sus dedos con fuerza y ahora la tenia allí donde ella había querido tener a su amiga, sintiéndose viciosa, zorra, y eso era lo que él quería. La penetró de golpe mientras le susurraba...

- Voy a hacer de ti una puta, una puta de verdad, te voy a hacer lo que le has hecho a tu amiga, pero esta vez sin antifaz, para que puedas ver al cerdo que voy a subir para que te folle... Después te voy a llevar a la Casa de Campo para que te la metan por 20.....
- Tan puta crees que soy?
- Me da igual.... Si no lo eres voy a hacer que lo seas....


Los gemidos con los que Laura respondía a cada envite estaban tan descontrolados que Ana tuvo que avisar que, o bajaba la voz o les podrían echar de la habitación...

El aviso cayó en saco roto, Laura se estaba corriendo y gemía como la puta que en ese momento parecía.

En el ambiente de la habitación se respiraba morbo y sexualidad, sólo fueron necesarios unos momentos para tomar aire antes de que Ana y Laura comenzaran a dedicarse la una a la otra. Decidieron ofrecer a su invitado esa imagen con la que sueña todo hombre, entrecruzaron sus piernas y comenzaron a rozar sus coños entre gemidos cuando Ana recordó algo.

- Anda!!!! A que no sabes que llevo en el bolso?

Increíble, era un juguetito doble, era enorme y sin embargo, Laura con una gran destreza lo introdujo en sus coños, parecía que era imposible que entrara entero pero pocos instantes después era imposible verlo.

Laura comenzó a mover la cadera follando a su amiga, ella gemía y su invitado completamente excitado no podía evitar masturbarse ante esa sugerente escena. De vez en cuando le metía la polla en la boca a Laura que parecía querer comerse todo.

Ana volvía a correrse, a estas alturas habían perdido la cuenta de cuántos orgasmos había tenido. Pero no podía acabar ahí...

- Cómeselo…no la dejes descansar.

Los deseos del invitado no tardaron en hacerse realidad, y Laura comenzó a lamer el sexo de Ana que volvía a gemir de nuevo casi sin haber tenido tiempo de reponerse.

- No pares, no dejes descansar a esta zorrita. -

Las instrucciones del invitado resonaron en la habitación mientras se colocaba detrás de Laura. Comenzó a follarla lentamente, quería deleitarse con los gemidos de ambas, pero la excitación de esa imagen se apoderó lo suficiente de él como para que el ritmo se acelerara rápidamente. Le estaba dando tan fuerte que en ocasiones la obligaba a cesar en sus obligaciones para dejar escapar los gemidos que no podía contener.

- Sigue zorra!!!! No pares!!!! He dicho que no quiero dejar de oírla gemir!!!!

Le gritó completamente asalvajado mientras castigaba su culo con tres fuertes azotes que dejaron su mano marcada en él

Laura intentaba cumplir las instrucciones que recibía, pero cada vez que sentía la polla de su nuevo amigo hasta dentro no podía evitar parar de nuevo. Los azotes resonaban en la habitación otra vez...

Por fin los tres cayeron exhaustos. Comentaban lo sucedido y recordaban cómo se había desarrollado todo, cómo Laura le “captó” en la calle, cómo fue una sorpresa tanto para Ana como para el invitado que aún no daba crédito...

- Pero en el parking te ha llevado a otro? - Preguntó el invitado.

- Siiii!!! Ha cogido a un obrero y le ha dejado que me metiera los dedos... Joder que cachonda me ha puesto. Y cuando me iba a correr le ha dicho que se fuera...

Todos rieron por la situación, por lo inusual de ella y mientras Ana se relajaba en una ducha, Laura y él disfrutaron cómplices por última vez.

Cuando salió de la ducha el desconocido besó por ultima vez a Ana, en esta ocasión no fue un beso morboso, sino dulce y cálido...

- Ha sido un placer... bueno... varios...


Minutos después, nuestro amigo paseaba por El Retiro cuando recibió un mensaje de Laura.

- Ya se lo he contado, ha flipado!!! Ha sido un placer compartir tantos momentos tan morbosos y excitantes contigo. Eres un encanto. Besos de las dos.


Hacía tiempo que Laura y yo hablábamos por Messenger. En una de esas conversaciones me dijo que venía a Madrid y quería sorprender a Ana con algo morboso, excitante y distinto. Metiéndome en el papel de dos desconocidos y gracias a la complicidad de Laura conseguimos que los deseos de Ana se hicieran realidad.


lunes, 7 de julio de 2008

Jugando con desconocidos (I)



Ana esperaba su llegada. Laura le había dicho, días antes, que se sentía muy relajada últimamente, por lo que pensó que sería un encuentro cómodo y tranquilo entre ellas.

Después de recorrer durante toda la mañana Madrid, llegó el momento de tomar un respiro en el hotel y una vez en la habitación...

- Espérame aquí, voy a bajar a comprar algunas cosas – Le dijo Laura

Ana esperó en la habitación aprovechando para descansar después de la mañana que habían tenido. Laura no tardó mucho en volver.

- Listo, nos vamos?
- Vale – Respondió Ana.
- Sabes? Llevo todo el día cachonda pensando en lo guarra que querías sentirte... voy a hacer algo... deberás confiar en mí...

Salieron de la habitación, y en el ascensor Laura comenzó a besarla, le comentaba lo excitada que estaba y cómo le gustaría hacer alguna locura. Cómo le apetecía verla con un desconocido...

Días atrás, Ana, le había comentado las ganas que tenía de sentirse muy zorra, muy guarra, muy puta... y Laura se lo recordaba, comenzaba a meterle la idea en la cabeza de cómo le gustaría que un desconocido se aprovechara de ella.

Cuando el ascensor llegó al parking Laura sacó un pañuelo y la vendó.

- Estoy excitada... y quiero verte, quiero ver como el primer desconocido que pasa te mete mano, el primero que vea...
- Pero qué dices????? Es que has preparado algo???? Dónde me llevas??????

Ana estaba nerviosa, conocía el atrevimiento de Laura, su morbo desbocado y hasta donde podía llegar. De todas formas aún se encontraba tranquila, pensaba que todo esto se lo podía estar diciendo sólo para excitarla, seguro que no se atrevería a llamar a un desconocido.

Cuando llegaron al coche, Laura sentó a Ana en el asiento del copiloto y le dijo con tono firme...

- Espera aquí.
- Pero... A dónde vas? Qué vas a hacer? Laura por favor...

Poco después Ana podía oír como Laura volvía como se acercaba a ella de nuevo y como decía:

- Mírala, qué te parece? Te gusta?
- Joder!!! Que buena está!!! – Exclamó el desconocido que Laura había encontrado en las escaleras del parking.
- Tócala si quieres, puedes hacer con ella lo que quieras.
- Pero Laura!!!! Quién es este??? A quién me has traído????- El nerviosismo de Ana era evidente.
- Puedo tocarla donde quiera?- se aseguraba el desconocido.
- Sí, puedes hacer con ella lo que quieras.

Dejándose llevar por la situación, su invitado comenzó a acariciar la suave piel de la pierna de Ana, no se entretuvo demasiado, tenía ante él a una preciosa chica a la que le permitían hacer lo que quisiera y no tenía intención de dejar pasar semejante oportunidad, y menos, viendo lo atractiva que era esa mujer. Deslizó su mano por debajo del vestido, las piernas de Ana aún permanecían juntas.

- Le he encontrado en las escaleras, es un obrero que está trabajando aquí. Déjate... si te va a gustar...-

Mientras la mano de aquel extraño se iba acercando cada vez más a su sexo.

- Pero cómo me haces esto??? Quién es este tío??
???? Porqué le dejas que me toque.... ahhh. – Un gemido ahogó sus quejas.

Nuestro amigo había llegado por fin donde quería. Había visto como Ana comenzó a recibir sus caricias con las piernas cerradas, como según iba avanzando, su mano las iba abriendo levemente. Era evidente que era una viciosa, una viciosa que a pesar de sus quejas no podía evitar abrirse de piernas cuando un desconocido manoseaba sus muslos, pero lo que no se esperaba es que por muy zorra que fuera se pudiese encontrar con un coño tan mojado. Empapó su mano mientras seguía intentando quejarse.

- No le dejes!!!! Me esta metiendo mano un tío que no he visto.... Joder!!!! – dio un respingo – Pero que bien lo toca!!!! – sus quejas ahora se combinaban con gemidos.

El desconocido no sólo sobaba su clítoris, si no que, no tardó en meter su dedo hasta dentro dejando que su mano se empapara entera.

Ana ya sólo gemía, sus piernas se abrían más invitando a que su nuevo amigo se aprovechara más de ella. No podía verle, sólo oía a Laura hablar.

- Has visto lo puta que es? Has visto como se deja? Le esta gustando... chúpala, hazle lo que quieras.
- Joder!!! Joder!!!! Era lo único que alcanzaba a decir el afortunado obrero, mientras se lanzaba a devorar los pezones de Ana.
- Laura que bien me lo hace!!!! Joder como lo toca!!!! Y encima huele bien!!!!-
- Sabía que te iba a gustar... Sabia que te gustaría que te sobara el primer cerdo que pasara por aquí... eres una zorra y tú lo sabes...
- Me voy a correr!!! Este cabrón va a hacer que me corra!!!! – Intentaba decir Ana entre gemidos....
- No te corras!!!! No se te ocurra correrte!!!!
- Joder no me digas eso que me corro antes....
- Sí… sí... Toma... – Era lo único que se le oía decir al invitado con voz extremadamente lasciva.
- Me corro..... Exhalaba Ana entregada ya a los deseos de su desconocido.

Pero los planes de Laura estaban muy lejos aun de dejar que se corriera. No tenía ninguna intención de que el juego acabase ahí. Quería jugar con ella, pero no sólo un ratito, no solo un orgasmo. Quería verla entregada, zorra, lasciva, vendida a cualquier cosa que quisieran hacer con ella, y eso sólo podía conseguirlo desatando su deseo hasta traspasar sus límites

­- NO!!!!! Exclamó con voz autoritaria. NO QUIERO QUE TE CORRAS!!!! Tú, para, déjala ya.
- No... se va a correr la zorrita.. - dijo el intentando revelarse.
- QUE NO!!! QUE TE VAYAS, LARGO, FUERA.


La voz y el tono de Laura fueron inequívocos, no había lugar a más, el juego había acabado y el desconocido debía conformarse con el regalo que se había encontrado de manera imprevista, un regalo que a buen seguro podría recordar en sus noches de masturbación durante mucho tiempo.

Cómo no podía ser de otra manera se marchó.

- Y ahora porqué se va? Joder he estado a punto de correrme... puedo quitarme el pañuelo ya?
- No, me has puesto cachonda, te voy a subir a la habitación y voy a traerte al primer cabrón que encuentre por la calle para que te folle.
- Pero que dices????????


Poco después Ana se encontraba sola en la habitación, continuaba con el pañuelo puesto, y esperaba nerviosa, sus piernas se movían combinando el nerviosismo, el miedo y la excitación que aun resbalaba por sus muslos después de la experiencia vivida. Sintió como se abría la puerta, la voz familiar de Laura y... Oh dios!!!!

- Jajaja, vale, y ahora qué? De verdad no sé lo que quieres de mí – una voz masculina, de nuevo desconocida, irrumpía en la habitación.- Tu amiga donde est.... – la voz del nuevo invitado desapareció cuando vio la imagen de Ana. Una preciosa morena de pelo largo con vestido de vuelo amarillo y un tipo muy muy deseable.
- Qué te parece?
- Si la tienes vendada!!!!
- Sí, es para ti, puedes hacerle lo que quieras.
- De verdad?

Ana preguntó, y Laura le dijo que, simplemente, había bajado a la calle y fue el primer chico que pasó.

Nuestro nuevo amigo se acercó cuidadosamente, no podía creer lo que estaba viendo.
El juego volvía a empezar…