domingo, 26 de febrero de 2012

El arte de seducir. Capítulo IX: Posiciones



Continuación de: El arte de seducir. Capítulo VIII: Las nueve variables.

Capítulo IX: Posiciones.



Para poder optar al éxito, debes conseguir que la persona a la que deseas seducir te posicione y te estime. A esto se le llama ganar la posición.

Ganar la posición es que seas reconocido, admirado o deseado por algo, es decir, de ti han de destacar varios puntos y esto lo conseguirás en función del uso que hagas de tus recursos y de como te preocupes en alimentarlos y en hacerlos crecer.

La persona a la que deseas seducir, ha de valorarte por tu:

Caballerosidad

Por lo morbos@ que le puedas parecer.

Por tu educación.

Por tu físico

Por tu cultura

Por tus viajes

En deportes

En arte

En literatura

Por tu sentido del humor

Por tu elegancia

Por tu dinero

Por tu conocimiento del cine

Por tu conocimiento de la naturaleza

Por tu conocimiento de los minerales

Por tus experiencias en las montañas

Por tu música

Etc.

Es evidente que resulta muy difícil dominar todos los ejemplos que he presentado más todos aquellos que existen y que no he reflejado aquí.

Sin embargo, lo que si resulta evidente es que son aspectos que podemos aportar a nuestras vidas, que nos enriquecerán y que deberíamos hacer queramos seducir o no solo por el simple hecho de querer crecer.

Por eso, el crecimiento personal debería ser anterior a nuestra preocupación en nuestro crecimiento como seductores o seductoras.

Seguro que todos nosotros tenemos conocimientos o habilidades en los ejemplos que he puesto, o en otros y esos son los que debemos mostrar.

Sin embargo mucho cuidado al hacerlo, ya que esto ha de realizarse de manera muy sutil. Imaginad que la persona que tenemos enfrente le tiene pánico al agua y nosotros queremos mostrar nuestro dominio del buceo. Puede suceder que aún así disfrute de la conversación, pero también es posible el caso contrario, por lo que deberemos estar muy pendientes de lo cómoda que se encuentra la otra persona con la conversación.



Debemos mostrarlos con una enorme sutiliza y dejar que sea la otra persona la que si tiene interés nos anime a usar ese recurso.

Por ejemplo, si hablamos de vacaciones, se puede dejar caer:

- Estuve buceando en Canarias.

Ya hemos dicho que buceamos, no es necesario insistir en ello, y si el tema interesa ya seremos preguntados.

Sin embargo, y si bien todo los puntos anteriores son opcionales y se puede elegir cualquiera de ellos, o mejor, varios de ellos, hay uno que alguien que pretenda seducir debe cumplir de manera rigurosa.

Caballerosidad.

Hace tiempo oí una descripción sobre que significa ser caballero que me gustó mucho:

Un caballero es aquel que siempre está pendiente de la comodidad de la gente que le rodea.

Por extensión, creo que la descripción es perfectamente válida para una dama.

Tampoco pretendo ser más papista que el Papa, pero observar con detalle el uso de las buenas maneras, acerca mucho a la comodidad de la persona que nos acompaña.

Tampoco pretendo profundizar demasiado en este aspecto, ya que podría ser motivo de una serie de textos dedicados a este tema.

Como resumen, si quiero insistir en la necesidad de que seamos valorados y reconocidos en algunos aspectos por la persona que queremos seducir y de la importancia de crecer internamente.

Sin embargo, y para esto recomiendo una segunda lectura del capitulo VIII en el apartado EGO, es imprescindible que tomemos este reconocimiento con la ventaja que nos ofrece y no nos ceguemos deseando alimentarlo, ya que eso, nunca podrá formar parte de una estrategia, sino de un acto de vanidad vacío que no solo no nos aportará ventaja, sino que podrá causar el efecto contrario, rechazo.

Hemos hablado de nuestro posicionamiento, pero tan o más importante resulta el posicionamiento y el reconocimiento de la persona a la que deseamos seducir.

Sea cual sea la situación, no debemos perder la oportunidad de reconocer sus méritos, de alimentar su ego.

Tal como el diablo decía en alguna película: “De entre todos, mi pecado favorito es sin duda la vanidad”

Cuando hablo de posicionamiento, me refiero a ese “poner en un pedestal” que de manera típica sucede con profesores, guías, monitores, actores o maestros en alguna disciplina.

Si conseguimos ser situados de manera similar, aumentaremos nuestras ventajas de una manera exponencial.

Si no resultamos interesantes o atractivos en ningún aspecto, muchas estrategias podremos usar, que los mismos fracasos cosecharemos.

Cuando nos dispongamos a reconocer a la otra persona, debemos actuar como siempre, con prudencia, ya que un “que bien dibujas” resulta halagador, nueve, suenan a peloteo.

Si somos capaces de halagar con sutileza, con prudencia y sin exceso, podremos elegir en que posición haremos sentir a la persona a seducir, evidentemente, en aquella que mejor convenga a nuestra estrategia.

Es muy importante no confundir el posicionamiento de la persona a seducir con “halagar por halagar”, ofrecer piropos o reconocimientos que no se ajustan a la realidad, eso es mentir.

Si la persona que tenemos enfrente no tiene una cara especialmente bella, siempre podemos resaltar otros aspectos, su pelo, su simpatía, sus manos, su inteligencia, su figura, su imaginación… Pero ante todo, que aquello que digamos sea cierto y lo sintamos. La mentira no forma parte de los recursos de quien quiera progresar en el arte de seducir.

Quien es capaz de posicionar y ser posicionado, dominará la situación.

domingo, 19 de febrero de 2012

Detrás de ti




Me encantaba verla disfrutar, jugábamos intercalando la lentitud y la suavidad con el desenfreno y el descontrol. Me excitaba ver como cada vez se volvía más morbosa, como jugaba con distintos roles, desde la inocente e inexperta que me suplicaba que por favor parara, hasta la zorrita que se dejaba hacer cualquier cosa.

Entre rol y rol me iba excitando cada vez más, sentía como me iba descontrolando. En ocasiones cambiaba el ritmo, y volvía a intentar retomar un juego lento y morboso. Jugar a penetrarla lentamente para hacer crecer su deseo, jugar en su boquita y por toda su cara con mi erección, pero entonces ella volvía a mirarme con esa mirada viciosa y volvía a convertirse en esa putita que nuevamente conseguía que perdiera el control para acabar embistiendo cada vez con más y más fuerza. Ella gemía y gemía como respuesta a cada una de mis embestidas y yo me sentía cada vez más fuera de mí, estaba consiguiendo sacar mi lado más salvaje.

Mientras la penetraba casi con brutalidad jugaba con su culito, disfrutaba viendo como me lo ofrecía como una perrita y como se volvía loca cuando sacaba lentamente mi dedito de él. Cada vez se lo abría un poquito más y por fin no pude resistirme.

La cogí en brazos, la llevé al salón y casi la tiré boca abajo en el sofá, apoyada en el reposabrazos con su culito en pompa a mi entera disposición.

Volví a apoderarme de su coño siempre húmedo y dispuesto mientras acababa de prepararla metiendo mi dedo hasta dentro para volver a sacarlo lentamente.

Por fin, sin poder contenerme por más tiempo dejé libre su coño para penetrarla lentamente por detrás. Lo hice con cuidado en las primeras embestidas, hasta que dilató lo suficiente como para poder moverme con la tranquilidad de no hacerla daño. Lo hacía despacio, llegando hasta dentro para después sacarla lentamente y hacerla notar como mi capullo la recorría centímetro a centímetro. Eso la volvía loca, se comportaba como una autentica zorrita que pretendía fingir una supuesta virginidad anal y eso, me estaba volviendo loco.

Ver como se retorcía, gemía y arqueaba su espalda cuando yo salía de ella mientras suplicando me decía…

- No por favor, para ya… deja mi culito… no, no, no….

Me hacía sentir cada vez más cabrón.

- Mira putita – le decía mientras la cogía con fuerza del pelo – Tu a mi no me engañas, eres una zorra a la que le encanta que le abran el culito…

- No, no lo soy… no… para por favor… - me decía mientras me dedicaba sus miradas más lascivas…

- Ah no?... Pretendes que me lo crea?... Mira, voy a hacer una cosa, voy a sacar mi polla de tu culo hasta dejar solo mi capullo dentro, y sabes que voy a hacer después?

- No… que vas a hacer?

- Voy a darte un pollazo como no te lo han dado nunca, voy a metértela hasta dentro de golpe y con fuerza y si no gimes, te prometo que pararé…. Pero si se te ocurre gemir… si me demuestras el más mínimo placer… voy a seguir follándote así hasta rompértelo…

- No, no, por favor, no hagas eso, no, no, no, AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH



Creo que ni yo mismo era consciente de lo que iba a pasar. Siempre que he practicado sexo anal, he sido muy cuidadoso, no me gusta provocar dolor y supongo, que es algo que me he hecho siempre controlarme mucho en ese tipo de situaciones, sin embargo, en ese momento veía como Alma quería más, como me incitaba con sus gemidos, con sus movimientos a dejarme llevar, a perder por completo el control y de un golpe se la clavé con todas mis fuerzas hasta dentro.

Realmente no sé si gritó gimiendo, o gimió gritando, pero su espalda se arqueó todo lo que daba de sí, se giró y me miró con los ojos muy abiertos y con cara de sorpresa mientras noté como sus piernas comenzaban a temblar… Comencé a sacarla lentamente como me había demostrados que le gustaba, mientras sus piernas habían parecido entrar en un temblor constante e irrefrenable…

- Has gemido zorra, has gemido… Te lo dije, yo sé bien lo que a ti te gusta y te lo voy a dar, voy a seguir dándote pollazos hasta que te destroce…

- No, no, no…

Y volvía a gemir, y volvía a negar mientras no paraba de temblar y mirarme con cara de sorpresa mientras yo cada vez me embrutecía más y le daba con más fuerza.

- No, no, no, para por favor, para…

- Vale, quieres que pare? –y paré -

Me quedé quieto y en ese momento ella se giró todo lo que pudo, me cogió con la mano y me gritó…

- Noooooooooooooo Sigue por favor, no pares, no pares…

- Ves?????????? Lo ves???????????? Eres una Zorra!!!! Eres una zorra a la que le gusta que le rompan el culo a que si????

- Si, si, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, no pares!!!!! No pares por favor!!!!!!!!

Eso fue la gota que colmó el vaso, si yo ya estaba descontrolado, verla así me embruteció de tal manera que ya no la follaba entrando y saliendo fuerte. Cogí mi polla con la mano y la saqué del todo, y casi se podría decir que cogiendo carrerilla, la embestía de nuevo hasta dentro, la sacaba rápido del todo, y de nuevo, cogiendo algo de distancia volvía a abrirla con fuerza…

Alma se retorcía cada vez que entraba en ella, seguía temblando, gritando, podía ver como sus manos, sus uñas se clavaban con toda sus fuerzas en el sofá mientras yo, casi fuera de mi empujaba cada vez con más fuerza hasta que los dos caímos rendidos en el sofá.

Alma, con la sorpresa dibujada en su cara me dijo…



- Uffffffffff, sabes? Nunca me habían follado así por detrás. Me gusta hacerlo, lo disfruto mucho, pero… no sabia que se podía follar así, es que… jo, es que ha sido….. uffffffffffffffff Yo otras veces que lo he hecho por detrás, he disfrutado mucho, pero siempre ha sido, no sé, nunca ha sido de tantas maneras distintas, rápido, despacio, fuerte, otra vez despacio….

No sé si estaba disfrutando más con lo que me estaba contando o con su cara de sorpresa, parecía la de un niño que hubiera visto como los reyes magos le dejaban su regalo y por fin hubiera descubierto que realmente existen.


Alma, había conseguido desligarme de ese control que nunca he perdido y que me abandonara completamente convirtiéndome durante esos momentos en un verdadero cabrón con el único deseo de follar lo más salvajemente que fuera posible.








domingo, 12 de febrero de 2012

El arte de seducir. Capítulo VIII: Las nueve variables.




Continuación de: El arte de seducir. El arte de seducir. Capítulo VII Maniobras.



Capítulo VIII: Las nueve variables.

1

En general, el sistema para emplear nuestros recursos es conocerlos, dominarlos y dosificarlos.

2

Nunca se debe avanzar cuando las circunstancias no sean favorables.

3

En circunstancias favorables genera y aprovecha las ventajas.

4

No te permitas el lujo de perderte o enredarte en caminos que no llevan a ningún sitio.

5

Ante barreras imprevistas, se requiere saber recurrir a los recursos.

6

Ante el momento de la verdad, avanza firme, con valor.

7

Existen algunos caminos que no deben seguirse, no todas las ventajas han de aprovecharse en el momento, no todas las personas han de ser seducidas. Saber retirarse, es tan importante como saber avanzar.

8

Hay ocasiones, en las que la estrategia marcada ha de ser destruida, saber adaptarse es tan importante como saber planificar.

9

Un experto en las ventajas de las nueve variables, sabe como emplear el arte de seducir.





Como consecuencia, resulta evidente que quien no domine estas nueve variables, no sabrá maniobrar entre las ventajas y las oportunidades que pueda encontrar en su camino. Incluso aunque las situaciones a las que tenga que hacer frente le resulten familiares.

Por estos motivos, la estrategia es tan importante. Se ha de valorar con igual importancia tanto lo favorable, como lo desfavorable, sin dejar que ninguno de los dos aspectos nos nuble, nos anime en exceso o nos amedrente demasiado.

Considerando los aspectos favorables, puedes realizar tus planes; considerando los desfavorables, podrás resolver las dificultades.

Una doctrina importante en el arte de la seducción, es no contar con la invulnerabilidad de la persona a la que queramos seducir, sino ir creciendo con cada paso que damos, enriquecernos y hacernos cada vez más fuertes.

Si entrenamos tal como recomendaba al inicio de estos textos, somos capaces de observar las reacciones de la gente a nuestros comportamientos como seductores, podremos crecer como tal, y lo que es más importante, como persona. Podremos usar nuestras habilidades no solo para seducir en su sentido más sexual o sentimental, sino en cualquiera de los aspectos de nuestra vida.

En cualquier caso y aunque hasta ahora hemos hablado de las debilidades de la persona a la que queremos seducir y como actuar o maniobrar ante ellas, es de suma importancia conocer cuales son las cinco debilidades del carácter que pueden hacernos fracasar.

Temeridad: Se puede ser valiente a la hora de enfrentarse a situaciones, pero esa valentía, sin prudencia se convierte en temeridad y es camino seguro al fracaso.

Cobardía: Alguien que no es capaz de reunir el valor necesario para acometer ciertas empresas, fracasará con total seguridad. La cobardía genera indecisión, y en estas lides la indecisión es una calamidad.

Ira: Si te dejas llevar por la ira, sin duda acabarás siendo motivo de mofa, chistes y el único destino de tu camino podrá ser el fracaso. Si has llegado a este punto, retírate, no tienes nada que hacer y si algo tienes, es mejor que ya no lo hagas. No hay nada peor que perder las formas.

Susceptibilidad: Si muestras esta debilidad, si respondes de manera susceptible a lo que te dice la persona a la que quieres seducir, la coartarás en su manera de expresarse y perderás una cantidad de información de incalculable valor.

Ego. Un exceso de ego nublará tu mente, el ego es algo que debemos llevar guardado para nosotros y no debe ser exhibido. Alardear en demasía o buscar el reconocimiento de nuestros actos, no podrá ser encuadrado jamás en el arte de seducir, es solo una manera de alimentar nuestro ego que no lleva a ningún sitio, más que a la muestra de nuestras inseguridades, de nuestras debilidades.

Conocernos a nosotros mismos, es el principio del camino del arte de seducir.



sábado, 4 de febrero de 2012

Sensaciones (Por Alma)




Hubo 2 veces que planifiqué a conciencia asistir a una fiesta nocturna con C. Pensé la coartada, fui preparando a mi pareja con antelación, compensándole de antemano por el tiempo que le iba a robar, teniendo cuidado de no pelear para que no hubiera ningún impedimento, asesorando a las personas que me darían la coartada caso de ser preguntados… y las dos veces, en el último momento, me eché atrás. Pensaba que había sido por miedo, falta de valentía y decisión, por temores infantiles infundados… ahora sé que fue porque el destino es el que decide, y el viernes pasado, pensando que quizás también al final me rajaría, él ya había decidido de antemano que me haría pasar una noche tremendamente especial.

Había una fiesta organizada por una amiga de C. y no las tenía todas conmigo. No conocía más que esa chica, yo iba sola sola solita, tenía toque de vuelta a casa a hora muy temprana y encima no podía arreglarme demasiado para no levantar sospechas. Pero eso no me importaba demasiado, me inquietaba más, por ejemplo, saber si me tomaría una copa, dos, o me cogería el coche en menos de 5 minutos y el camino de vuelta a casa…


Pero no, el destino ya lo tenía todo apañado. Había decidido que esa noche, pese a tantos impedimentos, yo tenía que salir porque me iba a encontrar contigo. ¿Quién sino él fue el que me impidió salir en las otras ocasiones? Si lo hubiese hecho nada de lo de esta noche, seguramente, abría llegado a pasar…


Llegué, “Qué bien”: … En cuanto entré, me tranquilicé. Ya no había peligro: ya estaba ahí, ahora sólo debía disfrutar, era mi noche y tenía que aprovecharla al máximo. Apareció otro hombre conocido, con el que me une también la cultura y viniendo acompañado de una escritora, no sé ni cómo, me encontré largo rato charlando con ella acerca de su libro, la edición del mismo, el argumento, los detalles económicos… muy interesante pero …joder! yo no había venido hasta ahí y montado todo este jaleo para hablar de literatura por muy erótica que fuese.


Entonces, a la que pensé eso mientras me decía “Tengo que hablar con otra persona”, levanté la mirada y te vi a ti: fue como si tu sonrisa fuese una gran linterna, me enfocases con ella, casi me obligases a sonreírte yo también y me dijiste algo tan sencillo como “Hola!!” pero un hola especial, un hola alegre y expansivo… que me arrastró y sin saber ni cómo, (jajaja, ahora que lo pienso, igual dejé a la escritora con la palabra en la boca!!!) me encontré hablando animadamente contigo, muy, muy animadamente.


Porque tenías razón: no somos iguales con todos y si yo saqué lo mejor de ti, tú también hiciste eso conmigo pero creo que todo empezó por ti: tú sentaste las bases de una conversación animada, interesante, alegre, divertida y con ese tono picante que te caracteriza y que trato, haciendo un gran esfuerzo de memoria, de recordar de dónde provenía sin lograrlo (por eso tengo tantísimas ganas de volver a verte, me provoca descubrir de dónde salía tu magia) No sé si salía de tu risa, de tu sonrisa, de las palabras que escogías, de lo que contabas… tengo ahí una laguna.


Sólo sé que me fuiste seduciendo con una alegría y una excitación que fue ganando terreno poco a poco. Te escuchaba muy interesada y atenta a todas las señales: lo que decías, cómo lo decías, lo que tú cuerpo confirmaba o negaba con tus gestos, cómo te movías pero… estaba cada vez más hechizada, era como que iba cayendo en un embrujo, y no podía seguir concentrándome en analizarte y me dejaba arrastrar por tu pasión, por esa que le ponías a todo lo que decías y por una arrolladora personalidad que descubría una persona cabal, atractiva, llena de intereses, profunda, reflexiva y a la vez, tan vital, tan llena de vida…


Muchas cosas las he olvidado, me llenaste la mente (y luego el cuerpo) pero estoy segura que caí rendida a ti con eso de que uno tiene que estar lleno de sí mismo para poder dar y que el problema de muchos (mi actual caballo de batalla) es buscar fuera, fuera fuera… Por paradójico que suene ahí fue cuando me llené de ti y pensé por primera vez “Y si le beso??”



Tú… jajaja, estabas como lleno de vida (otra vez lo digo, es que lo que mejor define lo que me trasmitías) y yo pensaba que totalmente ajeno al deseo que ibas despertando en mi pecho… Jajaja, recuerdo que ahí, conscientemente empecé a intentar seducirte con mi forma de moverme, de hablarte y de acercarme a ti… intentaba hacerme deseable a tus ojos y ofrecerte mi imagen más seductora a la vez que … me sentía traspasada por la buena comunicación y lo buen oyente que eres y lo mucho de sinceridad y buen rollo que se notaba en todo lo que decías… parecías tan buena gente, trasparente y sin un ápice de doblez… Pero parecía que no te influían mis artes de seducción: a veces me tocabas por error o porque alguien nos empujaba y te apartabas rápidamente con un perdón en los labios. “Oh, pensaba yo, no ha aprovechado la ocasión de tocarme, no me desea”.


Entonces decidimos acomodarnos cerca de la entrada y yo te dije: “Dame la mano!!” porque yo sí me moría por tocarte! Y tú me la diste sin un segundo de duda… me encantó. Hablamos más, apareció la chica esa, un chico, y yo pensé: “Hasta aquí lo bueno, ahora se amplía el grupo y adiós embrujo”… pero nooooo, de pronto, otra vez tú y yo nos encontramos hablando el uno sólo para el otro y creando un espacio mágico dónde sólo importaba lo que el otro dijese y parecía q los demás habían desaparecido aunque nos rodeaban… Y entonces, te acercaste y me besaste. Recuerdo que me derretí, literalmente, es decir, mi tanguita se mojó de deseo por ti… Busqué tu pecho, que es lo segundo que más me gusta en un hombre, y luego, no sé en qué momento, busqué tu sexo que estaba, también, buscándome a mí, duro, fuerte, potente y deseándome…


¿Qué más pasó? No sé, sólo sé que besabas muy bien, que me abrazabas mejor, que me ponías muy cachonda y me moría por ser tuya… Entonces alguien dijo de ir abajo, ¿tú, yo? No sé. O a pedir una copa primero, no? Y luego de pedir la copa, antes de bajar, yo quise ir al baño, y mientras esperaba la cola tú apareciste y me dijiste que querías estar conmigo a solas y no con un montón de gente alrededor. “Joder, pensé, lo siento por la fiesta y su organizadora pero yo me voy con Muy Traviesillo ahora mismo al fin del mundo!”.


Siguiéndote en el coche, pensaba, Qué locura! Pero ni por un momento porque me fuese a pasar nada malo, tenía plena confianza en ti. Sólo pensaba que tenía tantas tantas ganas de arrodillarme entre tus piernas y descubrir lo que había bajo tu pantalón…


Llegamos a tu casa, y tú, como un caballero (no me esperaba menos) me ofreciste algo de beber y yo tenía sed, de verdad, me hubiera tomado una copa pero también tenía una urgencia vital que era beber de tu sexo y eso te dije, “Sí – sonreí pícara- quiero beberte a ti..." Me llevaste a tu cuarto, ví que tenía una pared forradita de espejos, me reí de purita felicidad, Espejos para verme follar!! Me chifla! Te pusiste detrás de mi, yo había ido conduciendo y quitándome a la vez, no sé ni cómo, el sujetador y tú subiste mi camiseta para sacármela… pufffffffff, qué excitante imagen yo medio desnuda y tú con la camisa abierta, tu pecho potente, no podía esperar un segundo más para desabrochar tu pantalón, arrodillarme como la perrita deseosa en que me estaba conviertiendo por ti, entre tus piernas y descubrir con alegría y excitación que no llevabas calzoncillos y que tu sexo duro miraba al cielo buscando mis labios…


La 1º vez que te comes la polla de un hombre es una experiencia fascinante… descubrir su olor, su sabor, su textura, lo que él hace cuando se la chupas… es una prueba de fuego. Algo que ocurre no pocas veces, es que mucha excitación, mucho deseo pero llegada la hora de verdad, no hay felling por algo: el olor no te agrada, o el sabor, o lo que él hace… Tú no. Yo… exactamente no sé lo que hacías, no sé cómo olías, no recuerdo tu sabor, es por esto que necesito tanto volver a saborearte porque no sé a ciencia cierta qué hubo, no lo logro recordar, pero sé que me fascinaba!!! Me ponía a morir, me encantaba, me volvía loca, me excitaba locamente rodar contigo por la cama, follar, besarnos, hablar, comernos, cambiar de postura, hablar, reir, jugar… Oh, Dios a eso yo le llamo sexo del bueno, del bueno buenísimo y desde mi limitada experiencia, es tan difícil que se dé, que me sentía terriblemente afortunada de haber respondido entregada a tu simpático Hola! Podía no haber pasado pero no, ahí estaba, entre tus brazos, gimiendo, gozando, sintiéndome de puta madre, con un tío atento, sexy, divertido, interesante, bien tratada y muy muy bien follada… ¿Recuerdas que a veces me reía? Te juro, era de pura alegría y de tanto placer. Otras era porque pasaban cosas realmente divertidas: estábamos en plena batalla y de pronto, la cama se rompió!!! Acaso nos importaba? Para nada! Yo reía un poco, tú seguías, y yo me olvidaba rápidamente de la cama y volvía a unirme a tu movimiento de nuevo buscando tu esencia q deseaba beber, recuerdas? Te lo pedía: “Córrete en mi boquita, quiero saborearte, no te olvides”.


En esa locura de folleteo que tanto disfruté contigo y gracias a ti, recuerdo con especial excitación el final: te dije: “Nadie me ha follado nunca así”: tú me ponías de lado, abrías mis piernas y acomodándote entre ellas entrabas en mi… y me besabas, Muy Travisesillo, y me hablabas sin parar, te inventaste una historia superexcitante de que me ibas a ofrecer en algún sitio a todo hombre que entrase, que iba a ser follada hasta reventar, que un hombre me llenaría de leche y otro enseguida ocuparía su lugar, que estaría horas follando y luego, luego vendrías tú a amarme más todavía…


Pufffffffffffffffff. Siempre he pensado que los hombres eran visuales y las mujeres auditivas y que por eso a vosotros os gusta ver: la lencería, las formas de la mujer, etc y a nosotras que nos hablen... pero estar contigo y hablar tanto mientras follábamos y follar tan bien y sentir tanto placer y saborear tan exquisitamente tu cuerpo, y gustarme tantas cosas de ti y que todo fuese tan excitante, agradable, divertido… Pocas veces en mi vida he tenido un encuentro tan fascinante en tantos sentidos!!! Y voy a hacer mucho, vas a ver, porque se repita.

Texto: Alma