domingo, 4 de marzo de 2012

El arte de seducir. Capítulo X: El terreno.




Continuación de: El arte de seducir. Capítulo IX: Posiciones


Capítulo X: El terreno.


El terreno en el que disfrutaremos de nuestros encuentros será clave para el desarrollo de nuestras estrategias. De este modo, al igual que no elegiríamos un parque de bolas infantil para la cita en la que queremos besar por primera vez, siempre deberemos buscar el terreno más propicio en función de las disposiciones y de la estrategia que vayamos a utilizar.

Para poder entender bien las ventajas y dificultades que puede ofrecernos cada tipo de terreno, los dividiremos en:

Dispersivo, fronterizo, clave, comunicador, convergente, hostil, difícil, rodeado y mortal.

Dispersivo: Que serán aquellos lugares cercanos a la casa de la persona a la que deseamos seducir, donde podrá retirarse sin dificultad.

Fronterizo: Cuando este se encuentra a similares distancias de tu casa y de la suya.

Clave: Un lugar que tan ventajoso para ti como para ella.

Comunicador: Un lugar donde podáis conversar agradablemente sin problemas de música, gritos, silencios (como el cine), y cómodo, será un lugar comunicador.

Convergente: Si te encuentras en cualquiera de los terrenos detallados, y tienes otro “cerca”, esté terreno será convergente.

Hostil: Cuando te encuentres en un terreno en el que no tienes dominio sobre ninguno de sus aspectos, este será un terreno hostil.

Difícil: Será aquel que no sea ventajoso ni para la otra persona, ni para ti.

Decisivo: Será aquel que propicie el desenlace final de todos nuestros esfuerzos. No existe uno en concreto y si bien, usualmente pueden ser su casa, tu casa o un hotel, éste también puede ser cualquiera improvisado.

Estimulante: Cualquiera que estimule cualquier sentido, inquietud o curiosidad de la persona a la que deseamos seducir.

Ventajoso: Aquel en el que goces de especial ventaja, bien por la cercanía a tu casa, por el dominio que tienes del lugar o por cualquier otro motivo.

Mortal: Cuando te encuentres en un terreno en el que tengas en tu contra más aspectos de los que seas capaz de dominar, este será un terreno mortal.

Por supuesto, un terreno en concreto puede ser más de uno de los aquí detallados. Ya que un restaurante donde por ejemplo se cena a oscuras y que esté muy cercano a su casa, será estimulante, dispersivo e incluso alguno o algunos más.

Por eso, no pretendas iniciar grandes avances en terrenos dispersivos. Si has quedado cerca de su casa, convierte su comodidad en ventaja y no en dificultad al querer aprovechar la cercanía de esta.

Aunque hayamos leído esta frase “donde podrá retirarse sin dificultad”, no debemos tomarlo como un terreno poco propicio, en especial en las primeras citas, ya que contribuirá a la comodidad y confianza que debemos aportar.

Nunca elijas terrenos difíciles ni fronterizos. Resulta evidente que el primero siempre nos ofrecerá más dificultades y el segundo nunca tiene sentido. Si vas a quedar en terreno fronterizo, aprovecha para inclinar la balanza hacía el que más convenga a tu estrategia.

En los terrenos mortales es preferible evitar los enfrentamientos, establecer una estrategia defensiva y evasiva, ya que en caso de no poder llegar a dominar esos aspectos, ellos serán los que te dominen a ti y habrás perdido cualquier oportunidad de seducción. Si deseas enfrentarte a ellos, deberás hacerlo con todo tu coraje, tus mejores estrategias y todos tus recursos.
En terrenos convergentes aprovecha las ventajas que pueden ofrecerte los que tienes cerca.

En terrenos hostiles, como puede ser una fiesta de sus amigos, despliega todo tu valor y recursos, convierte la adversidad en ventaja y forma alianzas, si dominas el arte de crearlas, serán estos los que te posicionen ante ella.

Prepara y construye las posiciones (las tuyas y las suyas) en terrenos comunicadores.

Los terrenos estimulantes son especialmente indicados para crear fuego.

Usa tus mejores estrategias y recursos en los terrenos clave.

Si el terreno es ventajoso, por lo general la otra persona es conocedora de esta situación, por lo que se convierte en uno de los lugares más difíciles. Resulta muy sencillo pensar que ya que tenemos esa ventaja podemos relajarnos, esto sería un error tan grande como hacerlo en un terreno decisivo.

En los terrenos decisivos, solo hay una premisa y es de gran importancia, no te relajes, no creas que por haber sido capaz de llegar a él está todo hecho. Quien en el camino de la seducción, no trabaja de igual manera e intensidad desde el principio hasta el fin, no solo cosechará fracasos, sino que nunca se podrá decir que ha hecho de ello un arte.


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